La operación Mar contra la explotación sexual ­-que agentes de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (Ucrif) de la comisaría de Ibiza culminaron el 24 de agosto con seis detenciones en la isla, una en Tarragona y dos más en Rumanía- comenzó a raíz de la llamada que hizo una ciudadana a la línea gratuita y confidencial 900 10 50 90 de la Policía Nacional. La mujer alertó de las condiciones en las que se encontraba una mujer que, según la información que facilitó, parecía estar siendo obligada a ejercer la prostitución.

En esta operación la Policía liberó a diez mujeres, una de ellas embarazada de seis meses, que trabajaban en el burdel Red Zone de la calle Galicia de ses Figueretes y, al parecer, en otros prostíbulos de la isla.

La Policía Nacional aún no había informado sobre esta operación de forma oficial, ya que el Juzgado de Instrucción número 2 de Ibiza mantiene el secreto de las actuaciones.

Finalmente, ayer, la Policía Nacional reveló que, una vez comprobada la información que facilitó la ciudadana que llamó al número 900 10 50 90, agentes especializados en la lucha contra la trata de seres humanos comprobaron la información y, después de localizar a la víctima y ofrecerle «todas las medidas de protección que la ley establece», comenzaron una investigación que los condujo hasta dos hermanos de nacionalidad rumana que dirigían una organización criminal dedicada al tráfico y explotación sexual de mujeres.

El día 24 de agosto la Policía Nacional realizó las detenciones de forma simultánea en Ibiza -donde arrestaron a seis personas, cuatro hombres y dos mujeres, todos ellos rumanos menos una uruguaya-, en Tarragona y en la ciudad rumana de Calasari, adonde se trasladaron dos agentes de la Ucrif de la comisaría de Ibiza que colaboraron con las autoridades rumanas.

Los hermanos tenían a sus respectivas parejas sentimentales en Rumanía y, en connivencia con las mismas, buscaban a mujeres jóvenes en su propia localidad natal (Calarasi) o las captaban a través de redes sociales. Seducían a las víctimas utilizando el método del ´lover boy´, prometiéndolas una vida en común como pareja en Ibiza.

Los agentes averiguaron que las víctimas habían sido captadas cuando aún eran menores de edad o con 18 años recién cumplidos, entre los estratos más desfavorecidos de la población. Según la Policía, pertenecían, en su mayor parte, a familias completamente desestructuradas, y carecen de lazos familiares y afectivos.

Los captadores se aprovechaban de estas circunstancias y, fingiendo empezar una falsa relación sentimental con ellas y prometiéndolas una vida mejor en España, accedían a acompañarlos a Ibiza.

Tras un breve periodo de relación, los tratantes convencían a las víctimas para que trabajaran como prostitutas «por el bien común». En ese momento era cuando las jóvenes se daban cuenta de que habían sido engañadas y de que había otras mujeres en su misma situación, destaca la Policía.

En la isla llevaban al menos dos años, explicó ayer una vecina de la calle Galicia en cuyo portal vivieron las mujeres durante un tiempo. «Ahora no sé dónde están, aunque a veces veo a una de ellas», añadió la mujer.

Una vez desveladas las auténticas intenciones de quienes hasta ese momento eran sus ´parejas´, comenzaba el verdadero calvario para estas mujeres. Para que no se negaran a ejercer la prostitución eran sometidas por los tratantes a «violentas agresiones físicas, humillaciones y todo tipo de vejaciones, así como a abortar si se quedaban embarazadas», relata la Policía. Además, los detenidos utilizaban plataformas móviles para ver en directo las agresiones, las humillaciones y los castigos físicos a los que eran sometidas las víctimas.

Entre las diez víctimas liberadas por los agentes había una mujer embarazada de seis meses que también estaba siendo obligada a ejercer la prostitución. «La joven era obligada a permanecer durante seis horas de rodillas sin poder dormir mientras uno de los miembros hablaba con el cabecilla de la organización y le mostraba cómo la estaban agrediendo», describe la Policía.

Varios intentos de suicidio

Varias víctimas relataron a los agentes que la situación a la que estaban siendo sometidas las mujeres era tal que se produjeron intentos de suicidio.

Las parejas sentimentales de los principales responsables de la organización estaban en Rumanía, donde se ocupaban, además de la captación de posibles víctimas, de recibir los beneficios obtenidos de la explotación sexual de éstas. Los agentes tienen constancia del envío de casi 700.000 euros.

Todos los arrestados -los seis de Ibiza y el de Tarragona- ingresaron en prisión sin fianza acusados de trata de seres humanos, pertenencia a organización criminal, delitos relativos a la prostitución, blanqueo de capitales, contra la salud pública y lesiones. Los dos detenidos en Rumanía llegarán a la isla en los próximos días, donde declararán en el Juzgado de Instrucción número 2 de Ibiza.

Casualmente, también el 24 de agosto se culminó en Reino Unido y Rumanía una operación contra la explotación sexual que tiene características muy parecidas.

La operación ha sido llevada a cabo, por parte española, por la Brigada Central contra la trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, las Ucrif de Balears y Barcelona, la Brigada de Extranjería de Tarragona, las de Extranjería y Seguridad Ciudadana de Ibiza y Guías Caninos de Balears, coordinados por la Fiscalía Especializada en Extranjería y con la colaboración de la Agregaduría de Interior de Rumanía en España.

Por parte de la Policía rumana, han trabajado el Servicio de Investigaciones Criminales, el de Acciones Especiales y el de Criminalística de Calasari, y la Policía de Budesti (Calasari), coordinados por la Fiscalía Especializada en la Lucha contra el Crimen Organizado y el Terrorismo y con la colaboración de la Agregaduría de Interior de España en Rumanía.

Contra la trata

Esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual puesto en marcha en abril de 2013, que motivó la activación de la línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de este tipo de delitos.

Desde su puesta en marcha, a través de la línea telefónica 900 10 50 90 y del correo trata@policia.es, se han recibido más de 6.500 comunicaciones, que han originado más de 1.400 intervenciones policiales.