El Plan Hidrológico de Balears (PHIB) dibuja un panorama preocupante sobre los recursos de agua disponibles en las Pitiusas, aunque la situación es reversible en la mayoría de casos si se pone coto a la sobreexplotación de los acuíferos. Entre las medidas para reequilibrar las maltrechas reservas subterráneas de Ibiza y Formentera, está la restricción de abrir nuevos pozos en 13 de sus 17 masas de agua.

El artículo 119 del PHIB, publicado ayer en un número extraordinario del Butlletí Oficial de la Comunitat (BOIB) para dar a conocer las «determinaciones de su contenido normativo», especifica que «con carácter general no se pueden otorgar concesiones de aguas subterráneas» en las masas consideradas «en seguimiento» que estén en mal estado cuantitativo, las que estén «en deterioro reversible» y las que se encuentran «en deterioro estructural».

Este último es el estadio más grave, en el que solo está el acuífero de Formentera. En este caso se considera que «no podrá alcanzar el buen estado durante la vigencia de la Directiva Marco del Agua».

Con el resto de acuíferos el PHIB es más optimista. Seis de ellos están considerados en «deterioro reversible». Se trata de las masas subterráneas de Santa Agnès, Roca Llisa, Port Roig, Santa Gertrudis, Jesús y Serra Grossa. Esta clasificación implica que, a pesar de estar sobreexplotadas, «pueden asumir un buen estado» en cuanto a su cantidad y calidad -presencia de cloruros-, aunque en un plazo largo: hasta 2027.

Otras ocho masas de agua subterráneas están en situación de seguimiento en las Pitiusas, lo que implica que presentan un mal estado cuantitativo o cualitativo, con un nivel de cloruros inferior a los 250 miligramos por litro de media entre 2006 y 2012. De estos acuíferos, los de Portinatx, Pla de Sant Antoni, Riu de Santa Eulària, es Canar y Cala Tarida están sobreexplotados y se considera que mermará su aporte en el horizonte hasta 2021. Estos acuíferos padecen un déficit de calidad o su explotación se considera delicada en el PHIB y por ello también se les aplican las restricciones.

También están en «seguimiento» los acuíferos del Port de Sant Miquel y de Balàfia, pero en este caso su pronóstico es mejor y, de hecho, se prevé que sus recursos aumenten hasta 2021. Como en las otras ocho masas de agua, se considera que las extracciones pueden ser sostenibles «con una vigilancia adecuada» y su estado actual es «aceptable».

Dos acuíferos en buen estado

En las Pitiusas solo existen otras dos masas que se consideren en situación de «mantenimiento», y que se hallen en buen estado por un régimen de explotación «completamente sostenible». Es el caso de es Figueral y Sant Agustí.

Las nuevas concesiones en el resto de bolsas de agua subterráneas estarán limitadas a la reordenación de los pozos existentes, a usos geotérmicos y a aquellos casos en que se mejore el suministro público sin superar lo fijado en el balance hídrico de la demarcación.

El PHIB detalla la dotación máxima de agua en cada isla, y establece que a día de hoy cada ibicenco recibe 214 litros al día, mientras que en Formentera el dato baja a los 201 litros diarios. En ambos casos se trata de las cifras más bajas del archipiélago (cada mallorquín recibe 290 litros diarios, y 283 cada menorquín). De todos modos, en el horizonte a 2027 se prevé que el promedio de agua para ambas islas baje hasta un máximo de 270 litros por habitante, mientras que la dotación para cada ibicenco pasará a los 250 litros diarios, diez litros menos para los habitantes de Formentera.

Ello se logrará por el aumento de producción de las desaladoras -que deberían generar 15,7 hectómetros cúbicos anuales en 2012, hasta superar los que14,7 hm3/año que hoy se extrae de los pozos. También, en menor medida, por el aumento de recursos de los acuíferos (se estima que las reservas aumentarán en 1,2 hectómetros cúbicos al año) en el próximo lustro.

También para ahorrar agua de pozo, se espera dar un uso al agua depurada y obtener 4,56 hm3/año para el riego agrícola en cinco años. Hoy solo el golf recibe 0,46 hm3/año. El resto se vierte al mar.