El alcalde más joven de Vila analiza su primer año de mandato, en el que ha superado el reto de aprobar a tiempo el nuevo PGOU, ha desatascado la contrata de la limpieza y ha desalojado la manzana más conflictiva de sa Penya, pero también se ha topado de bruces con la realidad con el retraso en la reapertura del Cetis. Por delante tiene la peatonalización de Vara de Rey y un cambio de movilidad que no será sencillo.

- ¿Se está gustando como alcalde?

- Es difícil para mí. Soy docente y normalmente pongo notas. A mí me las pondrá la ciudadanía dentro de tres años. El primer año ha sido bastante satisfactorio, hemos conseguido objetivos importantes y creo que vamos por buen camino. Esto es una maratón. Habrá retos y dificultades, pero con un equipo unido y trabajador trataremos de salir adelante.

- Del plan de mandato, le queda bastante pendiente. ¿Dará tiempo a hacerlo todo en tres años?

- Tenemos un Ayuntamiento necesitado de recursos humanos, una ciudad que crece cada vez más, con cada vez más visitantes, tendríamos dinero para contratar personal pero hay limitaciones del Gobierno, que sigue en funciones. Aun así, estamos cumpliendo los objetivos y firmo que el segundo año sea como éste y avancemos a este ritmo. Aunque el programa de mandato es muy ambicioso, lo reconozco. Puede que demasiado.

- La oposición sostiene que quien gobierna en Vila es Alfonso Molina.

- Esta misma gente que me despreció y pronosticaba que sacaría seis concejales, especialmente la señora Virginia Marí (la portavoz del PP), que cree que esto me debilitará o me hará daño. El mérito no es del señor Molina ni mío, es del equipo. Estoy orgullosísimo de todos, porque hemos creado un equipo cohesionado, que trabaja. Si esta crítica es la del PP, que sigan.

- También le ven más pendiente de Twitter que de gobernar.

- Virginia Marí no tiene Twitter. Es muy significativo. Dice que es postureo y yo creo que es una herramienta para estar cerca de la ciudadanía, y muchos compañeros suyos que son alcaldes usan Twitter. También intentaron dividir a PSOE y Guanyem, no lo consiguieron. Somos una piña.

- Sus críticos dicen que su gestión parece una continuación de la de Lurdes Costa. Con ejemplos como la Casa de la Música.

- Precisamente ese no era un proyecto de Lurdes Costa.

- Estaba en Eivissa Centre.

- Bueno, Costa es mi madre política. Si es esta la crítica, la acepto de buen gusto. Pero no era un proyecto como el que nosotros planteamos. Entonces se incluía en una urbanización completa. No será ni siquiera donde dijimos al principio, para hacerlo más versátil.

- ¿No estará en el solar de la Delegación del Gobierno?

- No. Cuestión de espacio, más que nada. Era muy ajustado y buscamos otras ubicaciones que tengan la infraestructura adecuada. En Can Ventosa están muy apretados y en ese solar cabía algo similar. También valoramos si con aparcamiento o no. Pero no le diré dónde estará.

- ¿Y a qué se dedicará entonces?

- Por el momento seguirá siendo un aparcamiento.

- Le he leído ofrecer bastantes invitaciones a cafés para tratar cuestiones espinosas. ¿Se las aceptan a menudo?

- Sí, bastante. Reconozco que dificulta el día a día y, a veces, mi familia me lo echa en cara, pero creo que la proximidad se había perdido y eso ha hecho que la gente se distancie de la política. No es lo mismo Twitter que mirar a la cara a la gente, y a mí me gusta mucho hablar con la gente.

- ¿Y quién paga?

- A veces los ciudadanos, otras yo y otras, cada uno lo suyo. Cuando pago lo hago de mi salario.

- Dará gracias cada día por que Podemos y Guanyem no se entendieran para las listas en Vila.

- No estoy contento con que los progresistas no nos entendamos. De Podemos siempre he admirado su frescura, su organización y su capacidad de entusiasmar a la gente, pero creo que se ha articulado de una forma, al final, que ha hecho fuerte al PP. Quiero que los progresistas sumemos para ganar a la derecha. Desgraciadamente, eso no sucede y por eso estoy triste. Ahora están más tranquilos. Hablé con la vicepresidenta del Consell, Viviana de Sans, y creo que por el camino nos iremos entendiendo. Igual que espero que ocurra a nivel estatal, como pasa en Balears y la isla, porque coincidimos en que el PP no gobierna para la mayoría.

- El plan de mandato dice que el Martillo debía ser una plaza, y sus socios recalcan que eso lo incluyó el PSOE.

- En el pasado mandato los portavoces firmamos las alegaciones a la delimitación de usos del puerto con un apartado que decía que nos oponíamos al edificio porque no se aclaraban sus usos. Una vez aclarados, los podíamos aceptar. Y lo tuvimos que hacer porque había una licitación comprometida, de la anterior legislatura, no lo sabíamos cuando escribíamos el plan de mandato. Hemos podido incidir en el diseño. Se penaliza demasiado un cambio de opinión, cuando es una cuestión que bastante gente ve bien. Un lugar con servicios, sin competencia al resto de comercios, con una plaza que recuperará la ciudad, un espacio libre que antes no teníamos... Creo que ha sido un mal menor.

- Dice que con la APB ha habido un cambio de talante, que ahora se negocia. Pero los proyectos que tramita se contradicen con esa negociación, como los 1.700 metros cuadrados de comercios en la estación de Formentera.

- Son las pautas que tendrán que seguir los diseñadores del proyecto definitivo y que el PP tenía cuando estaba gobernando y me lo encontré ya hecho. No estoy de acuerdo con que haya 12 locales comerciales, pero sí ha de haber unos servicios como pueda ser un restaurante, una papelería, un alquiler de coches..., dos o tres cosas.

- La APB pide en los diseños de las estaciones marítimas que se tenga previsto el uso lúdico.

- El Plan General dice que no habrá ninguna discoteca más en la ciudad. No mientras sea alcalde.

- Pero sí puede haber actividades esporádicas como la que se celebró el pasado miércoles.

- Sí. Es un equilibrio que no es fácil. Eivissa es lo que es e intentamos establecer límites. No hemos de hacer de la música un demonio. Pero tendremos que ser estrictos y rigurosos, poner limitadores y hacer entender que para nosotros el descanso de los residentes es lo más importante.

- ¿Pone la mano en el fuego en que en el puerto no se hará nada con lo que el Ayuntamiento no esté de acuerdo?

- Lo que tenemos es un documento consensuado por ambas partes, un trabajo arduo de seis meses, y hemos conseguido cosas muy buenas. La construcción de un parking de 550 plazas en la avenida de Santa Eulària no es un mal acuerdo, tampoco que la APB asuma limpiar la zona portuaria. El primer compromiso, que haremos aquello en lo que estemos de acuerdo, no tengo por qué dudar de que no se cumplirá. Si me fallan, lo reconoceré y me enfadaré.

- Se comprometió a que el Plan General no aumentaría el suelo urbano salvo en equipamientos, pero hay 3.000 viviendas más.

- Hemos bajado bastante el techo de población, de los 92.000 del PGOU de 2009 a los 77.000 de este. El municipio está bastante desarrollado y nuestra identidad es la de la racionalización. No cabemos, tenemos la densidad de población que más alta de Balears. Hay urbanos que crecerán, pero si se hacen viviendas, que sean accesibles a todos, y eso es una de las políticas punteras del PGOU, ese 30% de obligado cumplimiento para VPO y de éste, el 50% en alquiler.

- ¿Cómo se puede frenar la especulación con los alquileres?

- Es una problemática extendida a toda la isla, aunque en Vila seguramente esté agudizada. Hasta la derecha reconoce que el problema nos ha sobrepasado. En el PGOU el residencial es suelo para vivienda y no para pisos turísticos.

El alcalde analiza un año en el cargo en su despacho de Can Botino. Foto: Juan A. Riera

- El plan de mandato planteaba subir el IBI a los pisos vacíos.

- No es un tema que tengamos avanzado, es una idea. Siendo realistas, no hay herramientas para poderlo cambiar. Los hoteleros, que antaño alojaban a sus plantillas, nos han de ayudar a solucionar un problema de toda la sociedad. Lo comentaba con el conseller Marc Pons y me decía que tenemos el mayor problema de acceso a la vivienda del Estado.

- EL PGOU encarga mucho trabajo y habrá que empezar por algún sitio. ¿Ses Feixes?

- Se han de poner en valor y no podemos tardar más. Gran parte de la ciudadanía lo ve como un nido de ratas. La presión urbanística las ha dejado encajonadas. Uno de mis objetivos es conseguir dinero del impuesto turístico. Espero lograr financiación para convertir es Prat de Vila en un humedal recuperado como la Albufera de Mallorca, para que nadie ponga en duda su valor ambiental.

- Estrenan contrata de limpieza, pero la ciudad sigue sucia.

- Entiendo que la expectativa era máxima, llevamos siete años de retraso y la ciudad está en un estado muy mejorable. La empresa tiene seis meses para implantar el servicio. Cuando todo esté en marcha, se tardará aún un tiempo en darle la vuelta a la situación, también a ciertos hábitos. Tenemos muchas quejas, pero también denuncias de comportamientos incívicos.

- Ya hay autorización para desalojar la última casa de la UA-27, ¿basta para regenerar sa Penya?

- Se está trabajando en varios frentes, el social, el urbanístico, el policial... Hemos dado un paso reconocido por la ciudadanía. Esta semana dimos otro paso más, importante, pero no definitivo. El ritmo es bueno. Pons ha hecho ya un proyecto para la rehabilitación. También nos ayudará en la gestión de estas VPO y estamos en el camino para ponerlas en el mercado este mandato. El concejal de Patrimonio tiene muchas ideas. Posiblemente antes del final de la legislatura tengamos un tanto por ciento elevado del objetivo conseguido.

- Vila y Sant Antoni quieren mancomunar el agua. ¿Lo abrirán a más municipios?

- Es una puerta abierta que dejamos. Ni el alcalde Pep Cires ni yo tenemos problema en aceptarlo en el futuro. Estamos empezando a caminar nosotros juntos. El resto de alcaldes y yo creemos en la agencia insular del agua y este podría ser el germen.

- Acaba julio y el Cetis no está abierto. ¿Es su espina clavada?

- Quizás sí pecamos de optimistas cuando lo anunciamos, pero ahora tenemos una hoja de ruta, un acuerdo en el que se avanza con menos ritmo del que pensábamos, pero creo que el objetivo lo lograremos. El compromiso del presidente del Consell es que se abrirá y yo no quiero pensar otra cosa. Solo me queda reclamar que el trabajo se haga de forma diligente porque la ciudadanía lo sufre.

- ¿Hay que limitar la entrada de coches en la isla?

- No podemos hablar de cupos porque no sabemos cuántos hay. Da escalofríos ver la ciudad colapsada cuando hacemos políticas de movilidad en la idea de que no todo el mundo puede entrar en coche y por una ciudad más peatonal. ¿Cuántos coches de alquiler hay en la isla? No lo sabemos. Tenemos que saber cuántos podemos aceptar. No hemos de demonizar el turismo, pero se ha de saber gestionar e ir con cuidado de no morir de éxito. Eivissa es un lugar ideal para el transporte público y medios más sostenibles como la bicicleta. El coche nos ha ganado la partida, pero queremos cambiar esa visión con pedagogía y mano izquierda.

- ¿Preocupa que con las obras de Vara de Rey se agrave la congestión, que se alargue?

- Las obras siempre son incomodas, pero estamos convencidos de que será un beneficio para la ciudad. Lo cómodo es no hacer nada. La peatonalización, los cambios de circulación para que los coches no entren a buscar aparcamiento en la ciudad, aparcamientos disuasorios exteriores conectados y bien acondicionados. Vamos a implementar esos cambios que darán un aire diferente a la ciudad y si seguimos recibiendo presión ya veremos otras medidas.

- ¿Y no habría sido buena idea acometer antes el aparcamiento del Reina Sofía para compensar las plazas que se perderán?

- Se compensan al principio de la avenida de España, Ignasi Wallis y la avenida de Santa Eulària. El aparcamiento era una obra muy costosa y que ahora mismo no nos planteamos. Sí nos proponemos redistribuir y mejorar los aparcamientos actuales. Y también trabajamos para que a finales de año o principios del que viene tengamos un bus que conecte con los disuasorios, que sea económico y rápido, una lanzadera a la ciudad.

- ¿Confía en que dé frutos ese trabajo discreto que decía para lograr la capitalidad de Vila?

- Hay un estudio muy documentado de 2008 que estamos actualizando y es uno de los retos que nos marcamos para mediados de la legislatura. Nadie nos marcará el paso, pero si quiere colaborar que colabore. Tampoco podemos explicar todo lo que hacemos porque se ha de trabajar con tacto.

- ¿Ha cambiado mucho la situación respecto a hace 8 años?

- El máximo dirigente de Endesa me decía que la ciudad es de los pocos lugares donde el consumo de luz no ha bajado ni durante la crisis. Tenemos 50.000 residentes, mucha población flotante, 15.000 en invierno, y muchos visitantes en verano. Tenemos todos los servicios, el hospital, los Juzgados, el Consell, ahora se habla del centro de es Gorg. Y todo ello, lo hemos de tener reconocido. Dificulta el día a día de la Administración y requerimos ayuda.

- En el plan de mandato también se comprometía a un debate anual sobre el estado de la ciudad. ¿Está pensando fecha?

- No me escondo, me gusta debatir y dar explicaciones. Creo que en políticas de participación ciudadana estamos siendo punteros, hemos hecho el primer presupuesto participativo de la ciudad y tenemos un portal de transparencia modélico y el debate del estado de la ciudad me interesa. No le hemos puesta fecha pero estaré encantado de hacerlo.