El actual albergue municipal de transeúntes de Ibiza (CAM), el único que existe en la isla, «no cumple ninguna característica de las que requiere este servicio». Lo dice el teniente de alcalde de Guanyem y responsable de los servicios sociales municipales, Joan Ribas, que anuncia que por este motivo está buscando un emplazamiento «mas adecuado» para reubicar estas instalaciones antes del próximo verano. El nuevo centro de acogida permitirá pasar de las 20 plazas actuales hasta las 30. No solo eso, Ribas espera poder llegar a «doblar o incluso triplicar la capacidad actual» ante situaciones de emergencia.

Aunque el CAM de la calle Carlos III ha prestado servicio «durante muchos años», al concejal de Bienestar Social le resulta «estrecho» y critica que «no tiene salidas de emergencia y está en un tercer piso sin ascensor». Tal como lo ve Ribas, «es totalmente inadecuado». Por ello espera poder reemplazarlo con un nuevo local que Vila empezará a buscar en breve mediante un concurso oficial, cuando los propietarios interesados podrán ofertar sus inmuebles.

Vila busca un local «situado en el centro de la ciudad», en una planta baja y con unas dimensiones de entre 400 y 500 metros cuadrados. Que tenga un doble acceso y que una de esas entradas permita el paso de vehículos.

«Lo ideal es que tenga salida a dos calles diferentes», apunta Ribas. No sería interesante un local de planta baja y piso «por problemas de accesibilidad» debido a las dificultades que tienen muchos usuarios del CAM para moverse. «No puedes hacer un recurso nuevo con estas pegas, como las que tenemos ahora», reflexiona el edil.

De hecho, Ribas señala que ya ha hecho alguna prospección del mercado y ha constatado el interés de al menos el propietario de un local con las características necesarias. Además, está cerca del actual albergue. «No nos sirve si está alejado porque el usuario del albergue no tiene vehículo y ha de poder llegar andando». Por ello el Ayuntamiento busca que el nuevo centro de acogida esté también cerca.

En este caso, no se pudo ir más allá de los contactos previos por la obligación de la Administración de adjudicar el alquiler por concurso. El concejal señala que se busca un arrendamiento de la máxima duración posible, los diez años que permite la ley. El edil calcula que, a precio de mercado, el alquiler le podría costar al Consistorio «entre ocho y 10 euros el metro cuadrado», así que se situaría en una horquilla entre los 3.200 y 5.000 euros mensuales. Ribas espera rebajar ese precio con la garantía que da trabajar con la Administración: «Es un buen inquilino, que paga seguro y paga siempre», añade.

La reforma posterior del local se llevará entre 300.000 y 400.000 euros, según el anteproyecto de que se dispone, aunque se tendrá que adaptar y la cifra variará. La cifra incluye el mobiliario «resistente e impermeable» que el concejal ha visto «en otros centros del resto del Estado» que ha visitado.

La idea es cerrar el contrato cuanto antes para poder empezar las obras «a partir de Reyes», calcula Ribas. Así se llegaría a tiempo para abrir las puertas del nuevo centro antes del próximo verano, el momento de mayor demanda.

El nuevo CAM incluirá su propio comedor, orientado a atender en primer lugar a los propios usuarios, y un centro de día (ambos, servicios que hoy sólo ofrece Cáritas). Con ello Ribas quiere «cerrar el circuito» con la idea de «seguir aumentando sus propios recursos».

Servicios «complementarios»

El concejal tiene claro que al aumentar los medios dedicados a luchar contra la exclusión «no se le hace la competencia a nadie, sino que todo suma», por ello considera que las instalaciones municipales «se complementarán» con las de la entidad diocesana. Y lo mismo con el futuro centro de baja exigencia previsto en es Gorg. «Cuantos más tengamos, mejor podremos atender a la gente», insiste.

El Ayuntamiento proyecta un albergue para 30 usuarios. A diferencia del centro de Carlos III, dotado de literas, en el nuevo centro se busca «un modelo más singularizado». Por ello se equipará con camas individuales , aunque de un modelo que permita acoplar literas «en caso necesario». Por ejemplo, frente a olas de frío, con lo que se podría incluso «triplicar» la capacidad de acogida actual. También se busca espacio suficiente «para cubrir las necesidades de los próximos 10 ó 15 años», según Ribas.

El Ayuntamiento no cree que se necesite más que el refuerzo «de una o dos personas más» para atender el nuevo albergue, además de la plantilla actual. «A veces no es cuestión de aumentar el personal, sino de que la gente tenga las herramientas para trabajar bien y dar un buen servicio», y en la situación actual la mejor herramienta es un centro mayor.