- ¿Cómo surge la idea de crear la asociación Abrazos Eivissa?

- Cuando vino la presidenta de Fades, la federación estatal de familias de acogida, nos invitaron a las familias de acogida de la isla. Antes el Consell no nos podía dar datos entre nosotras por la ley de protección de datos, pero allí nos conocimos. Dijimos que para luchar mejor por los derechos de los niños había dos opciones: o nos asociábamos con Fades y hacíamos una delegación o un grupo de trabajo, o creábamos nuestra asociación. Tras reunirnos y valorarlo decidimos que dada la insularidad, que en muchos aspectos es un problema, sería mejor montar la nuestra propia.

Las familias pueden contactar con ellos en abrazos.eivissa@gmail.com.

- ¿No lo habían intentado antes?

- Yo llevo dos años con los niños en acogida, en este tiempo he estado preguntando sobre otras familias pero siempre me decían que no me podían dar datos. Me dieron el teléfono de Fades, me puse en contacto con ellos, pero estaba un poco... No sabía cómo hacer para contactar con otras familias, y lo dejas pasar. Pero asociarnos era una cosa que, independientemente, todas las familias teníamos claro que debíamos hacer. Y no solo para luchar por los derechos de los niños, sino también para ayudarnos entre nosotras.

- ¿Por qué?

- Es muy bonito y está bien poder conocer a otras familias, ver cómo lo hacen ellos. Y así no cargar tanto al Servicio de Protección de Menores por cosas que entre nosotras podemos hablar y solucionar.

- Presentaron Abrazos Eivissa el pasado mes de mayo. ¿Cuántas familias forman parte ya del colectivo?

- Ahora en la asociación somos las cinco familias que la hemos montado. La hemos registrado pero estamos esperando a que esté realmente constituida [están inmersos en trámites] para empezar a publicitarla. Tenemos muchas familias que se quieren asociar, pero hasta que no tengamos todos los papeles en regla no se puede.

- ¿Cuántas familias de acogida hay ahora mismo en Ibiza?

- Los últimos datos que yo tenía eran que hay 41 familias y 47 niños en acogida.

- ¿Pero también hay familias en cartera, esperando a que les asignen algún niño o niña?

- Sí, también hay. Y niños que están esperando. Ahí es donde empezará nuestro trabajo, en intentar conseguir que el proceso sea más ágil. En la asociación tenemos familias que han esperado años, y los niños, mientras, estaban en el centro de acogida.

- Ese es precisamente uno de los problemas que denunciaron en la presentación del colectivo, la demora en las asignaciones. Una madre contaba que llevaba diez años esperando. ¿A qué se debe?

- Esto es algo que no pasa solo en Ibiza; en España hay 18.000 niños en centros de acogida y nosotros creemos que no debería ser así. Un niño necesita una familia. Si me quieren hacer creer que hay niños que no son compatibles para derivarlos a una familia de acogida, no me lo quiero creer del todo.

- ¿Pero por qué se tarda tanto?

- Es algo que se escapa de mi conocimiento. Yo creo que es por la típica burocracia que se ha creado, que todo se debe hacer por triplicado y ´rerevisar´, ´reremirar´. Mucho ´re´ y poca acción.

- ¿Con qué otros problemas se encuentran las familias de acogida en la isla?

- Uno es que cuando acoges a un niño la sensación que tienes es de que te lo dan y ya está; aunque últimamente esto ha cambiado bastante y se nota que se está trabajando y que las instituciones quieren estar un poco más encima y ser más cercanas. Otro es que el horario de trabajo de los trabajadores sociales se desarrolla por las mañanas; nosotros tenemos niños en edad escolar y eso un problema. Es difícil, pero se tendría que intentar que los niños no pierdan horas de clase. Y luego, en Ibiza no existe ningún punto de encuentro donde las familias biológicas puedan ir a ver a sus hijos, y eso se tendría que mirar.

- ¿Algo más?

- También hemos pedido un teléfono de urgencias porque si pasa algo por las noches, no sabemos a quién acudir, porque nosotros sí tenemos la guarda pero no tenemos la custodia ni la tutela de los niños. Y otro gran tema es el de las subvenciones.

- Criticaban el retraso que había para realizar los pagos.

- Sí, hay muchísimo retraso. Si saben que se tiene que hacer cada año y la última convocatoria se cerró el 30 de noviembre, no puede ser que las nuevas bases salgan en julio, siete meses después. Debería ser un poco más ágil. Porque hasta que nos paguen pueden pasar otros dos meses. Aparte, queremos luchar para que las subvenciones se conviertan en prestaciones.

- ¿Qué quiere decir?

- No es justo que tengas que cumplir requisitos para optar a una ayuda que la institución tiene que dar porque los niños son su responsabilidad directa. Esta es una gran lucha; en muchísimos sitios es una prestación, en Mallorca lo es y no entendemos por qué en Ibiza no.

- Porque prestación supone que simplemente por acoger al niño te asignan una cantidad, sea cual sea tu situación.

- Exacto, es como la manutención del niño, porque la responsabilidad es de la institución que tiene la competencia. En cambio en Ibiza sacan unas bases para la subvención, tienes que solicitarla y si cumples los requisitos optas y si no, no. Y hay una cláusula de tope salarial, que nosotros creemos que no es justa, pues los niños comen igual tengas mucho dinero o poco. Sabemos que la conselleria trabaja en ello, pero este año no ha podido ser, es lo que se nos ha dicho.

Mónica Fernández, en las instalaciones de Diario de Ibiza tras la entrevista. Foto: P. Ferragut

- Todas las familias necesitan el dinero...

- Todas somos familias humildes, por así decirlo, que hemos acogido, yo por ejemplo a mis sobrinos porque les quiero y les quiero evitar el mal trago de entrar en un centro. Y así somos muchos, muchos que decimos que no puede ser que haya niños en centros y familias sin niños. Si un niño entra en una familia para tener estabilidad, es importante que la familia tenga también una estabilidad económica. Suena muy feo porque parece que queremos que nos paguen, pero si tú sabes que tendrás 100 euros más al mes, puedes jugar con eso, y en cambio si en enero no sabes si en julio te darán o no la subvención te planteas: ¿qué hago? ¿meto al niño en las actividades extraescolares? ¿le pudo pagar el repaso? Y es una angustia para la familia.

- ¿Han trasladado todas estas demandas a la conselleria insular de Bienestar Social?

- Sí.

- ¿Qué respuesta les han dado?

- Que trabajarán en ello. Queremos solicitar una reunión con el presidente del Consell. Nos hemos reunido ya con la consellera [Lydia Jurado] y hemos llegado al acuerdo de que esas reuniones deberían ser periódicas para que nosotros podamos trasladar las necesidades que tenemos, las cosas que vemos, y cuando empecemos a trabajar y mirar cómo se hace en otros sitios, podremos aportar muchas soluciones. Porque eso es de lo que se trata: no es poner trabas a lo que se está haciendo sino mejorarlo. Ese es nuestro mayor reto.

- Por el bienestar de los niños.

- Por supuesto. Eso es lo principal.

- Según los datos del Consell de Ibiza, en 2015 aumento un 35% el acogimiento familiar. Sin embargo, siguen faltando familias de acogida. ¿Por qué?

- Yo creo que hay poca información o la información no se da correctamente. Para una familia a la que le gustaría acoger es muy difícil saber qué cauces tiene que seguir. Y en realidad es muy fácil: vas al Consell o al Servicio de Protección de Menores y preguntas y haces una solicitud. Lo normal es que se hagan cursos para la formación de las familias o buscar compatibilidades con los niños. Y si alguien quiere, se puede poner en contacto con nosotros y le acompañaremos en lo que podamos.

- La presidenta de Fades, Justi Carretero, también mencionaba el miedo, además del desconocimiento. ¿Qué opina usted?

- Cuando una pareja decide tener un hijo biológico también existe el miedo. Cada cambio en tu vida supone cierto temor e inseguridad. Y en este caso la vida cambia muchísimo. Si cambia con un hijo biológico, imagina con uno al que tienes que llevar a sesiones de psicología, a ver a sus padres. Y además, muchos de ellos han sufrido mucho y es un tema que tienes que abordar, y esto puede suponer un desgaste psíquico para la familia. Y ahí creo que está el trabajo de prestarnos ayuda las unas a las otras, de escuchar a las familias que tienen miedo y hablarles de nuestras experiencias, porque así es como mejor se visualiza que no hay nada que se temer. Pero también creo que hay familias que tienen miedo no solo al cambio de la vida, sino a lo que suponen las instituciones.

- ¿Por la burocracia?

- Las entrevistas, que van a venir a casa... Te sientes observada y es una cosa que puede echar atrás.

- Pero merece la pena pasar por todo ello.

- Claro. Merece la pena por la satisfacción personal, por ver a los niños felices, son muchas cosas. Los niños siempre dan felicidad; también muchos quebraderos de cabeza. Pero la satisfacción de ayudar a alguien que realmente lo necesita yo creo que es lo máximo.

- ¿Aporta más la familia a los niños o al revés?

- Es recíproco. Al principio los niños lo pasan... mal no quiero decir. Yo creo que los que han estado en centros de acogida están bastante contentos de salir, no porque sean malos -los trabajadores sociales realizan una gran labor-, pero no es lo mismo. No es igual estar en un centro que en una familia y decir: ´Voy a mi casa y tengo mi cama´. Los niños agradecen mucho, aunque al principio les cueste demostrarlo. Los niños llevan una mochila cargada de preocupaciones que no deberían tener, y ahí entramos las familias para intentar que sea lo más liviana posible.

- El acogimiento es de urgencia, temporal o permanente. ¿Para cuál de ellos es más difícil encontrar familias? Hace unos meses desde el Servicio de Protección de Menores señalaban que faltaban familias para casos urgentes.

- Se hizo un curso de familias de urgencia, lo que no sé es si al final en la bolsa hay. Las familias de urgencia son muy importantes porque los niños de uno a tres años legalmente no pueden ir a un centro.

- Además del cambio que explicaba que supone el acogimiento, en el caso de familias de urgencia y temporales tienen que asumir también que el niño se irá...

- Claro, y eso es una de las cosas que también [puede echar atrás]. Es muy duro, pero si ves la felicidad del niño... También depende de la relación que la familia de acogida establezca con la biológica. Si tú sabes que será un acogimiento temporal, intentar mantener una relación un poco cordial con los padres biológicos puede suponer que luego no sea tan cruel separarte de él.

Además, yo lo he vivido, mi hermana es familia de acogida en Alemania, tuvo un bebé de urgencia que volvió con sus padres y ella lo sigue viendo, y ya tiene creo que diez años. Eso es muy bonito, que los menores quieran seguir viendo a sus familiares de acogida.

- ¿Es necesario fomentar el acogimiento familiar? ¿Cómo?

- Sí. Y ese es el reto que tenemos. ¿Cómo? A través de talleres, de encuentros, de cursos, de los mecanismos que tenemos para hacer llegar a las familias la necesidad y la preciosidad del acogimiento.

- Cuando esté totalmente constituida la asociación, ¿saben qué actividades llevarán a cabo?

- Tenemos previsto hacer talleres. En otoño queremos hacer un encuentro de familias para conocernos. Y queremos invitar a los niños que están en los centros para que vengan y conozcan la asociación.