­La mujer que rompió aguas estando de cinco meses y para la que el personal del centro de salud de Sant Antoni no pidió una ambulancia, según denunció a principios de abril un testigo, presentó ayer una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Sant Antoni contra el Ib-Salut. La mujer, que prefiere mantenerse en el anonimato, señaló ayer tras salir de las instalaciones policiales que presenta la denuncia no tanto por lo que le ha pasado a ella sino porque quiere «que no le ocurra a nadie más».

La joven señaló que, en su caso, al final todo ha salido bien. Su pequeña nació prematura, sin llegar a los seis meses de gestación, pero ahora ya está bien. A pesar de esto, la mujer no olvida lo que podría haberle pasado a la niña. En estos momentos tanto ella como el testigo están a la espera de que la denuncia, por omisión de socorro, llegue al juez.

En la denuncia la mujer explica que el 1 de abril llegó al ambulatorio de Sant Antoni con síntomas de parto -«había roto aguas», apunta- para pedir ayuda. Allí, recuerda, la persona que esa noche atendía el mostrador de la recepción le dijo que tenía que dirigirse al hospital Can Misses y que debía ir por su pie ya que ella no podía solicitar una ambulancia.

«En ningún momento me vio ningún médico», denuncia la mujer, que considera que, dada su situación, «no costaba nada» que uno de los facultativos comprobara que había roto aguas de forma prematura y solicitara el transporte sanitario. La joven insiste en que le dijeron que esperara y, ante la pasividad del personal del ambulatorio, fue un chico, Mario Ribas, que se encontraba en el centro de salud acompañando a su novia quien se ofreció a llevarla al hospital. La mujer matiza lo que, en su momento, dijo la gerencia del área de salud pitiusa: «No llegué al ambulatorio conduciendo. Había llegado horas antes para dar un paseo y cuando ya volvía al coche, que estaba en la parada de autobuses, muy cerca del centro de salud, noté que había roto aguas». Así fue cómo la mujer llegó, caminando, al ambulatorio.

Esa misma noche Ribas presentó una reclasobre la que aún no ha recibido respuesta, y aseguró a la madre que la apoyaría si decidía presentar denuncia.

La joven explica que al llegar al hospital todo fue «rapidísimo». Eso sí, visto el riesgo para el bebé, decidieron trasladarla de forma urgente, en helicóptero, hasta el hospital de Son Espases, en Mallorca. Antes, sin embargo, le administraron algunos medicamentos para intentar frenar el parto. «Se ve que funcionó, porque la niña nació diez días más tarde», explica.

Diez días de preocupación

La madre señala que pasó esos diez días en reposo absoluto y que, al nacer sin haber completado los seis meses de gestación ella y la recién nacida han tenido que pasar dos meses y medio en Mallorca antes de poder regresar a Ibiza. Volvieron hace «unas tres semanas», pero no han podido presentar la denuncia hasta ahora. La madre destaca la preocupación que pasó durante los diez días que estuvo ingresada, temiendo que el bebé sufriera algún problema.

En su momento, una portavoz del Área de Salud de Ibiza y Formentera se comprometió a investigar qué había ocurrido esa noche, aunque ya adelantaba que desde un ambulatorio únicamente puede reclamar una ambulancia un sanitario, por eso era imprescindible que viera a la mujer uno de los médicos. Días más tarde, en el Parlament balear, la consellera balear de Salud, Patricia Gómez, señaló que la mujer no había querido esperarse a que la atendiera una de las doctoras que esa noche estaban de guardia en el servicio de Urgencias del Centro de Salud de Sant Antoni.