Una pequeña representación de Classic Automóvil Club Ibiza puso la nota de color ayer a las fiestas de Sant Cristòfol de sa Capelleta. Los propietarios de estas joyas quisieron cumplir con la tradición, honrar a su patrón y ´angel de la guarda´ de los conductores, como se le conoce popularmente, y protagonizar un pequeño desfile por el barrio, por las calles Joan Xico y Via Púnica, acompañado por la bendición de los coches por parte del obispo de Ibiza, Vicente Juan Segura, que justo antes ofició una misa en honor del patrón del barrio en la capilla del colegio Nuestra Señora de la Consolación. Un oficio religioso por Sant Cristòfol que también sirvió para reunir a los vecinos, sobre todo vecinas, que saludaron con cariño a las monjas de este centro escolar que forma parte del corazón del barrio vilero.

José Juan Guasch Pep Caseras y Brian Pollard, presidente y vicepresidente, respectivamente del Classic Automóvil Club estaban encantados de colaborar con la comisión de fiestas de sa Capelleta y más este año que se ha cumplido el 20 aniversario de su constitución formal como club en 1996. Pollard trajo su precioso MG Magnette de 1957 de color verde botella y que tiene una historia fascinante, como muchos de los coches que forman parte de este club. «Lo encontré en un estado de abandono total, prácticamente podrido, en el bosque de cala d´Hort. Dejé un mensaje en el parabrisas para el dueño y un par de años después me llamaron, lo compré y empecé la restauración que fue desde la chapa a... todo», relata el propietario que, se mueve por la isla con esta joya. «Pero sobre todo en invierno y casi nunca en verano. No tiene aire acondicionado y hay demasiado tráfico», relata.

Por su parte, Pep Caseras explicaba que ayer participaron en la bendición un Renault Gordini, un Seat 600 E y otro 600 D, un Citroën 2CV, un Jeep, un Jaguar, un Porsche y un Volkswagen escarabajo descapotable. No pocos turistas que se dirigían a cenar o a tomar algo por la plaza del Parque o el puerto se pararon a sacar fotos de los coches que llamaban la atención, lustrosos a la luz del atardecer.

La bendición contó además con la actuación de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Cautivo de Santa Cruz, que primero protagonizó un pasacalles por la zona y después acompañó el desfile de los coches clásicos.

La tarde comenzó con la popular fiesta del agua que, aunque esta vez no tuvo la afluencia de otros años, sí congregó a niñas y niños que jugaron con pistolas de agua, cubos y mangueras en el parque Reina Sofía.

El programa del día se completó con una actuación de la colla de Sa Bodega, el reparto de bunyols, orelletes y vi y la actuación, ya por la noche, de Coro de Santa Cruz en el escenario del parque.