Cuando el helicóptero aterrizó en la discoteca Amnesia aún quedaban algunos clubbers por el lugar. Entre la luz del día, el ruido del motor y la ventolera de las aspas, es posible que se tuvieran que frotar los ojos. Un testigo que a esa hora acudía a su puesto de trabajo explicó que eran más o menos las siete de la mañana cuando los investigadores de Madrid de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil tomaron las oficinas de Amnesia a toda velocidad. Pese a que la operación está tutelada por un juzgado de Ibiza, casi nadie en la isla estaba informado. A primera hora de la mañana todo eran incógnitas. Nadie estaba seguro de qué hacían en Amnesia agentes de varias unidades de la Guardia Civil, de Madrid y Palma, ayudados por compañeros de Ibiza, con perros policía, tal vez especializados en rastrear droga, tal vez dinero. Ni siquiera la Comandancia de Balears estaba informada y, de hecho, no facilitó datos acerca del desarrollo de la investigación, sobre la que se ha decretado el secreto de las actuaciones.

En el lugar cada vez se hacía más evidente que se trataba de una investigación de carácter fiscal: los agentes de la Guardia Civil se aseguraron de llegar súbitamente a las oficinas del local a primera hora de la mañana, justo al final de la jornada de la discoteca, y luego, poco a poco, se fueron incorporando al registro funcionarios de la Agencia Tributaria.

Los investigadores de la UCO se preocuparon especialmente de incautarse de toda la documentación que buscaban sin que nadie, previamente, la pudiera manipular. Tal vez ése fuera el motivo por el que se decidió emplear un helicóptero, una circunstancia que confirió espectacularidad a la operación y que no quedó libre de críticas por su aparatosidad. Después se supo que el propierario de Amnesia, Martín Ferrer, estaba detenido, al igual que su hijo, el apoderado de diversas de sus empresas y el contable de la misma.

Ayer todo el mundo acabó agotado. A las nueve de la noche la Guardia Civil continuaba en las oficinas de Amnesia y no se vislumbraba el final. Sólo en la discoteca los agentes cargaron decenas de cajas con documentación contable, tanto en formato digital como en papel. A todo esto hay que sumar la documentación incautada en los registros de las viviendas y en otros locales, así como en el barco de uno de los detenidos y en cajas de seguridad de varias sucursales bancarias de la isla. La documentación fue trasladada a las dependendias del Juzgado de Instrucción número 1 de Ibiza, a la espera de que la Agencia Tributaria comience su examen.