El pleno de Sant Antoni aprobó ayer por unanimidad una modificación de la ´Ordenanza para fomentar y garantizar la convivencia en el municipio´ para «clarificar» que la intención del texto no es prohibir beber en la calle cualquier tipo de bebida alcohólica o no alcohólica «sino que lo que se persigue son las aglomeraciones y comportamientos incívicos asociados a este comportamiento».

Así lo matizó el concejal de Cultura, Educación, Patrimonio Cultural y Nuevas Tecnologías, Francisco Tienda, que admitió al acabar el pleno que la redacción inicial del texto «tal vez no era al cien por cien la que tocaba» y por ese motivo ha incluido unos matices «para no tener problemas en un futuro».

Así, han incluido una serie de puntualizaciones en el artículo 42 de la citada ordenanza para subrayar que la atención está dirigida «tanto a personas como a colectivos que en la calle muestren una actitud incívica», acompañada de la ingesta de bebidas, especificó Tienda, que remarcó que, obviamente, «un policía no puede saber si lo que se está bebiendo es alcohol o no es alcohol». Incluyendo los dos tipos de bebidas en la ordenanza «conseguimos que la policía pueda actuar aunque la persona le diga que lo que está bebiendo no es alcohol», subrayó Tienda, que matizó que «lo importante de la ordenanza es evitar aglomeraciones y ruidos nocturnos», es decir, «que no se multará a nadie que vaya bebiendo por la calle una lata de cerveza o un refresco si no hay una acción incívica asociada».

«Hemos redactado de nuevo toda la ordenanza para evitar aquellas expresiones que podían dar lugar a dudas sobre el fin último de la ordenanza, así evitamos dar la imagen de que Sant Antoni quiera prohibir a una persona que anda por la calle sola que beba un vaso de agua o un zumo. Esa no ha sido nunca la intención del equipo de gobierno, es ilógico, y creo que con el redactado nuevo queda muy claro que lo que queremos es prohibir actividades en la calle que provoquen una distorsión de la vida cotidiana», añadió el concejal.

El PP no ha presentado alegaciones a la ordenanza y ayer dio su voto afirmativo a su aprobación definitiva, que incluye varios puntos nuevos en relación con la primera redacción que incluyen medidas del Plan Municipal sobre drogas, además de una apuesta para intentar solucionar el problema de los botellones juveniles. «Permite a los policías confiscar las bolsas que los menores lleven por la calle en el momento en el que van desde el autobús hasta el punto de botellón. Se llamará a las familias para advertirles, aunque no se denunciará a los menores», avanzó el concejal.

Retrasos en las licencias

El segundo teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Juan José Ferrer, admitió ayer que la tramitación de licencias de actividad y obras está sufriendo importantes retrasos pero no aceptó que este servicio esté «colapsado», como denunció el concejal del PP, José Sala, durante el pleno.

Ferrer achacó los retrasos a importantes problemas de dotación de personal que esperan ir solucionando este verano. Por una parte, una de las dos arquitectas «lleva más de ocho meses de baja por problemas de salud», un hecho que se suma a que tres funcionarios veteranos se jubilaron en 2015. La otra arquitecta se incorporó en enero, un aparejador lleva trabajando desde el lunes y Ferrer confía en cubrir una plaza de ingeniero este verano.

Sala denunció demoras de más de un año, mientras que Ferrer explicó que están sacando las licencias en orden cronológico, de manera que salgan antes «las que llevan más tiempo esperando».