Los bomberos del Consell de Ibiza se vieron ayer desbordados por una serie de servicios que se registraron casi de forma consecutiva y, en dos casos, al mismo tiempo. El parque cuenta tan solo con cinco o seis bomberos, de forma que, en algunos momentos, cuando se produce una emergencia, la base queda desatendida, con excepción de la persona que atiende el teléfono, ante cualquier imprevisto.

A medianoche, desde las 23.45 del martes hasta las 0,46 del miércoles, tuvieron que sofocar un pequeño incendio forestal que se registró en la carretera de Cala Llonga, junto al Hotel Montemar. Apenas ardieron 40 metros cuadrados junto a esta carretera.

A las 2.58 tuvieron que apagar el incendio que se produjo en un contenedor de papel y cartón situado en la confluencia de la avenida de España con la calle Extremadura. Terminaron a las 3.24. Se desconocen las causas que originaron este fuego.

Los pocos bomberos que había en el parque se tuvieron que dividir, porque al mismo tiempo que el fuego de Cala Llonga se produjo un incendio industrial en es Molí de Sant Miquel, donde se incendió un saco de harina. Tuvieron que apagar el fuego y ventilar el local. En esta ocasión los bomberos comenzaron a trabajar a las 2.26 y hasta las 3.28 no regresaron al parque.

Ya por la mañana, exactamente a las 10.33 surgió otra emergencia, esta vez en el barrio de Cas Mut, donde la válvula de la cuba de un camión cargado con 21.613 kilos de CO2 (anhídrido carbónico) reventó y hubo que aliviar la presión del habitáculo. Mientras un técnico fue graduando la válvula de la cuba para que el CO2 fuera saliendo, los bomberos tuvieron que permanecer en el lugar por si se producía un incendio. Trabajaron en este caso desde las 10.33 hasta las 10.55.