El Consejo de Administración de la Agencia Balear del agua y de la Calidad Ambiental (Abaqua) ha declarado hoy la emergencia las obras de sustitución del emisario de Talamanca, de la dirección de obra y del contrato de coordinación de seguridad y salud. Además, ha encomendado la ejecución inmediata a la entidad pública Tragsa.

La declaración se ha basado en los informes de las consellerias de Medio ambiente, Agricultura y Pesca, de Salud y de Presidencia (por medio de la Dirección de la Abogacía), que aconsejan esta medida. De hecho, el director ejecutivo de Abaqua, Antoni Garcies, ha recordado que se trata de una instalación que sufre "rupturas constantes" porque es "antigua y soporta una fuerte presión de embarcaciones todo y la vigilancia".

El informe jurídico señala que la declaración de emergencia es posible cuando hay una situación real que justifique, ante un peligro grave, una actuación inmediata de la Administración. En el caso concreto del emisario de Talamanca, continúa el texto, "hay bases sólidas para considerar que se dan los presupuestos que prevé la legislación de contratación para una declaración de emergencia que evite el peligro grave para el medio ambiente y la salud pública".

Por eso se puede hacer uso de este mecanismo excepcional, debido a los riesgos medioambientales, de salud pública y socioeconómicos previsibles, y el hecho que estos riesgos no se pueden evitar mediante la tramitación ordinaria, que dura entre ocho y diez años, ni mediante la tramitación de urgencia (al menos cuatro o cinco años). La emergencia implica que las obras tienen que empezar en los treinta días posteriores en la declaración.

En cuanto a la dirección de obra, que no la puede llevar a cabo Tragsa ni Abaqua, se redactan unas bases para que varias empresas se puedan presentar sin que se tenga que retrasar el inicio de las tareas sobre el terreno.

El nuevo emisario tendrá una longitud de 2.026,22 metros, de los cuales 1.069,05 serán terrestres, y el resto, marítimos. La infraestructura podrá soportar un caudal máximo de 4.000 m3/hora, el doble que el actual, en previsión de la puesta en funcionamiento de la nueva estación depuradora de aguas residuales de Ibiza que ha adjudicado hace poco el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio ambiente.