Más de mil colillas de cigarro en la playa de Santa Eulària. Esto es lo que recogieron ayer los voluntarios que durante toda la mañana participaron en el acto convocado por el Ayuntamiento para conmemorar el Día Mundial sin Humos, destinado a combatir el tabaquismo en todo el planeta. Sin embargo, también se daba a conocer con esta jornada la aprobación de la playa de Santa Eulària como la primera libre de humos de todo Balears y una de las primeras de España.

Un puesto instalado en el paseo marítimo informaba de diversas formas sobre la necesidad de preservar las playas, incluyendo consejos, un taller de dibujo para niños y unas curiosas urnas para votar «qué tipo de playa prefieres» entre un repertorio que incluía unas contaminadas y otras perfectamente limpias. Una empresa de bicicletas exponía al lado algunos modelos eléctricos para dar a conocer las ventajas de este medio de transporte. Aunque los precios de los modelos expuestos no eran baratos, el representante de la empresa explicaba que las bicicletas eléctricas no llegan a agotar su batería en toda la jornada y, además, también están disponibles en versión de montaña.

Recogida de colillas

También en esta zona, se veía el tubo de plástico transparente donde se iban depositando las colillas que se encontraban en la playa por parte de los voluntarios. Al finalizar la mañana se habían recogido más de mil, lo cual supone la presencia de una colilla por metro cuadrado de arena en esta playa, cuando todavía no ha empezado la verdadera temporada de baños. Un voluntario destacaba lo que sucedería si la arena de las playas no se limpiara regularmente. «Estas mil colillas se multiplicarían de forma enorme», señalaba.

La primera teniente de alcalde, Carmen Ferrer, recordaba los perjuicios ambientales que suponen las colillas. «Tardan más de diez años en degradarse y van a parar al organismo de muchos animales marinos, que las confunden con alimentos», explicó. De hecho, un folleto repartido entre los bañistas y viandantes explica que lanzando una única colilla en un litro de agua con peces pequeños, la mitad de ellos mueren al cabo de 96 horas debido a la cantidad de sustancias tóxicas que contienen esos elementos.

Este será el primer verano en que se ponga a prueba la declaración de la playa de Santa Eulària como libre de humos. «Se ha elegido una playa urbana, porque siempre ofrecen más alternativas para tomar algo o fumar en lugares apropiados, si quiere hacerse», señaló Ferrer, quien reiteró que «la gente no es consciente del daño que se provoca con un gesto tan simple como tirar una colilla al suelo o a la arena».

Sin sanciones, de momento

De momento, no habrá sanciones para quienes fumen en la playa de Santa Eulària. «Confiamos en que sea suficiente con la información que se dé y con la señalización que se ha colocado. Sin embargo, si vemos que no funciona se verá si se elabora una ordenanza con alguna sanción», señaló la concejala.

Este tramo de litoral fue el primero de todo Balears en ser declarado Playa sin Humos, aunque posteriormente el municipio de Eivissa hizo lo propio con Talamanca. También Santa Eulària ha creado un parque libre de humos: el nuevo Parc des Fameliar, en el casco urbano.

Si la experiencia resulta positiva, «se puede valorar extenderla a otras playas, sobre todo de tipo urbano, que es donde hay más medios para controlar que no se fume y para informar a los usuarios», añadió Carmen Ferrer.

En realidad, no abundan las playas vedadas al tabaco en España, pues el Ayuntamiento de Santa Eulària sólo tiene constancia de algunas de ellas en el País Vasco y en Cataluña, aunque se desconoce qué resultados están dando allí.

Turismo familiar

Algún turoperador extranjero al que han llegado noticias de la experiencia adoptada en Santa Eulària ha mostrado su satisfacción por esta medida, según el Ayuntamiento, que considera que también desde el punto de vista turístico se valora cada vez más que la limpieza de las playas sea absoluta. «Santa Eulària lleva muchos años luchando por el turismo familiar y esto es una cosa que tenemos muy clara», señaló la primera teniente de alcalde.

A media mañana de ayer, la playa de Santa Eulària presentaba un elevado nivel de afluencia de bañistas, gracias a las favorables condiciones meteorológicas. Al menos en ese momento, no se observaba a nadie fumando entre las docenas de personas, casi todas de avanzada edad, que se encontraban tumbadas al sol.

El personal municipal y los monitores recordaban asimismo que las colillas constituyen residuos que obligan a emplear sistemas de limpieza que encarecen los costes de mantenimiento de las playas, motivo que se añade a los sanitarios y medioambientales para acabar con estos elementos.

La prueba de fuego de esta experiencia tendrá lugar durante los próximos cuatro meses, cuando esta emblemática playa recibirá a miles de bañistas de todas las edades, procedencias y condiciones sociales.

El reto consiste en comprobar cómo reaccionarán personas que nunca se han encontrado con este impedimento ante una norma que limitará, también en un espacio público al aire libre, el derecho a fumar en beneficio del bienestar colectivo y el medio ambiente.