­Pesimismo, crítica constructiva y un profundo acto de reflexión sobre la realidad turística de Ibiza. Así, a grandes rasgos, fue lo que dibujaron ayer Pedro Matutes, director general Sirenis Hotels & Resorts; Roberto San Esteban, presidente de la Asociación de Viviendas Vacacionales de Ibiza; y Ángeles Nogales, gerente de Fomento de Turismo de Ibiza en el debate abierto organizado por el Partido Popular en el centro cultural de Jesús.

Ante medio centenar de personas, la mayoría cargos públicos y dirigentes del PP (faltaron los alcaldes Vicent Marí y Antoni Marí), la moderadora Carmen Ferrer planteó el coloquio desde un punto de partida: el Plan Estratégico de Marketing elaborado en 2004 bajo el gobierno insular del PP. Ferrer destacó las virtudes de aquel plan, que se hizo «con un gran consenso y participación» de sectores implicados en el turismo y subrayó que entonces se plasmó la importancia de tener una oferta diversificada, «en una isla donde convivieran clubbers, familias y deportistas», algo en lo que los ponentes coincidieron.

Pedro Matutes, que fue el primero en intervenir, aseguró que ahora el viento sopla a favor, también porque otros mercados competidores tienen serios problemas, pero se mostró muy escéptico sobre el presente y el futuro inmediato. «Sabemos que Ibiza está de moda, conocemos su fortaleza, pero no debemos equivocarnos: no hay un único pilar, no hay un único producto que pueda sustentar el turismo, sino que es la diversidad y la capacidad de ofrecer al turista distintos atractivos lo que nos debe hacer fuertes», señaló el empresario hotelero, quien no conoce, «zonas turísticas que tengan la diversidad que tiene Ibiza».

Sin previsión

Matutes enumeró los riesgos que padece la isla, «de los que hay gente que no quiere hablar, pero existen», como la congestión, el colapso o la falta de infraestructuras «en un territorio pequeño como el nuestro» y lamentó que, siendo un problema detectado hace años, «no se ha avanzado en solucionarlo, sino que se ha retrocedido». «Cuidado que vienen curvas y debemos estar preparados», alertó.

En este aspecto también incidió Ángeles Nogales, que aunque dijo que no era partidaria de «prohibir», consideró que habría que poner límites. «Las discotecas tienen aforos, las playas tienen aforos, las carreteras... habría que valorar eso y quizás no tener miedo a que haya un cupo de gente», reflexionó la gerente de Fomento del Turismo, quien vio necesario «estar preparados ahora que las cosas van bien para cuando vayan mal».

Internet y los nuevos tiempos

La llegada de internet y el cambio que se ha producido entre los consumidores y la oferta que ha revolucionado el comportamiento del mercado fueron abordados por Nogales y Roberto San Esteban. Este último habló de la liberalización del mercado y lo importante que es la regulación en la oferta de las viviendas vacacionales, aunque reconoció que estamos «por detrás de la realidad» y que es muy difícil «meter mano» a este problema. San Esteban puso varios ejemplos de cómo se controlaban a las grandes plataformas como Airbnb o Booking para que no ofertaran viviendas ilegales.

El problema de esta oferta turística ilegal y su repercusión en la sociedad y en la economía local estuvo presente en todo el coloquio y alguno de los asistentes que intervino en el debate posterior también lo sacó a colación. «¿Cómo prohibir a alguien que alquila su piso en verano que gane dinero y pueda pagar el colegio de sus hijos?», preguntó uno de los asistentes. Difícil respuesta, pero tanto Nogales como Matutes coincidieron en sus argumentos: hay que regularizar para que el producto que es Ibiza no pierda valor. «Sí, se vive más cómodo en la ilegalidad, es más rentable, pero si consigues un alojamiento muy barato y que encima no cumple con tus expectativas, no lo aprecias; y además ese tipo de oferta acabará dañando al producto, porque después de esa experiencia ese turista igual ya no viene más», analizó Nogales.