«La economía de Ibiza no tiene problemas de crecimiento, el problema es cómo crece porque este beneficio no se traduce en bienestar». Antoni Riera explica que la economía pitiusa «va a ritmo de un buen velero», crece de manera constante, pero el tejido empresarial y sobre todo el social, no saben aprovechar el beneficio de esta bonanza económica para mejor el nivel de vida de sus ciudadanos.

Preguntado sobre qué hacer al respecto, cómo utilizar ese beneficio económico, el responsable de la Fundación Impulsa Balears responde que hay que mejorar en educación, en inversión, en tecnología pero sobre todo en competitividad.

Uno de los grandes problemas del tejido productivo pitiuso es la falta de mano de obra de cualificación media, de técnicos. «Existe muchísima mano de obra de baja cualificación», advierte Riera. Y el ibicenco Toni Torres, presidente de las agencias de viajes pitiusas y que también estuvo en la presentación, apunta otro dato revelador: la mayor parte de los técnicos con formación profesional proceden de países del Este de Europa. «Casi no hay españoles en estos puestos», señaló en referencia a expertos en servicios técnicos en general.

Baja la rentabilidad

«El empresario que busca trabajadores de cualificación media no encuentra y cubre sus necesidades con empleados de una cualificación inferior sin poder aprovechar al máximo sus potencialidades. Por lo tanto, la productividad y la rentabilidad de las empresas baja», añadió al respecto Antoni Riera.

Por todo ello, uno de los principales retos a los que se enfrentan las administraciones y la patronal pitiusas radica en la formación de sus trabajadores. Desde la Fundación consideran muy importante, esencial, reducir el número de desempleados, pero también aumentar la preparación de los trabajadores que ya están en plantilla.

«En esto tenemos un problema grave», agregó por su parte Toni Torres.

Este reto resulta fundamental, en opinión de los expertos de esta Fundación creada por la CAEB, para intentar que Balears recupere gran parte de su competitividad perdida y tenga la oportunidad de situarse en los niveles de producción y riqueza, pero sobre todo de bienestar social, de las economías más productivas de Europa.