Como a principios de siglo, pero con las comodidades de finales de siglo. Hace 30 años empezó a navegar un curioso modelo de barco de cruceros: el ´Wind Star´, un moderno motovelero al que siguieron dos gemelos más, conformando la flota inicial de Windstar Sail Cruises hasta la década de los 90, unos buques que pueden llevar un máximo de 148 pasajeros atendidos por 90 tripulantes.

La informalidad sofisticada de estos barcos tuvo buena acogida entre un público ya viajado y que buscaba cierta exclusividad y algo diferente a los cruceros a motor 100%, por más que en este caso las velas juegan más un papel más preciosista que necesario, puesto que estos barcos podrían funcionar a motor sin problemas durante todas las travesías, sin necesidad de la ayuda del viento.

En todo caso, el éxito de esta apuesta dirigida a un cliente internacional, aunque prioritariamente al mercado estadounidense y británico, hizo viable apostar por construir dos buques más, de líneas similares aunque con más eslora.

310 turistas y 201 tripulantes

Aun teniendo nombre ya asignado, el baile de accionistas de la compañía a finales de los años 80 dejó en suspenso la incorporación de estos nuevos motoveleros con mayor capacidad: 310 cruceristas y 201 tripulantes (capitán incluido).

Fue finalmente una célebre corporación turística francesa la que se hizo con los dos barcos gemelos poniéndoles el mismo nombre que a su marca: ´Club Med 1´ y ´Club Med 2´, que navegaron por los mares de todo el mundo durante una década, hasta que el primero pudo ser adquirido por Windstar, que lo rebautizó como ´Wind Surf´ y es el que ayer desde las 10 de la mañana quedó amarrado en el muelle adosado, que en la actualidad es el mejor amarre para cruceros del puerto de Vila por su ubicación.

Casualmente hoy, primero de mayo, los buenos observadores tendrán una sensación de dejà vu, pues su gemelo, el ´Club Med 2´, atracará exactamente en el mismo muelle junto al antiguo muro.

El ´Wind Surf´ tiene una característica que lo hace prácticamente inconfundible en los puertos en que recala: cinco mástiles de casi 70 metros sobre una eslora próxima a los 180 metros.

En estos mástiles hay velas de despliegue y recogida automatizada que ocupan algo más de 2.600 metros cuadrados y que además de dar una imagen muy marinera al barco cuando entra o sale de sus escalas, también ayudan a incrementar la velocidad media unos cuatro o cinco nudos sin la escora clásica de los barcos a vela, puesto que lleva un sistema de compensación hidráulico de casi un millón de litros que impide que el barco se incline más de seis grados.

La acomodación de los pasajeros se divide en 156 cabinas, de las que 31 son suites y otras dos suites más grandes, que vendrían a ser el alojamiento del armador. Son la joya de la corona a bordo y las que, curiosamente, siempre se reservan primero: tienen 50 metros cuadrados, un salón separado, baño de mármol e incluso un vestidor separado.

A la naviera le gusta impresionar a sus viajeros teniendo preparadas las cabinas con las bebidas favoritas que hayan pedido gracias a un cuestionario que se rellena durante la reserva del viaje y además siempre se dispone de flores y frutas frescas en las habitaciones.

El nivel de capricho llega al punto de que al solicitar una película del menú de a bordo hay la opción de recibirla junto a un bol de palomitas recién hechas acompañadas de Coca Cola o champagne, a criterio del espectador.

Para esos huéspedes tan mimados se ha preparado un programa de excursiones en la isla: la más sencilla es un simple traslado para pasar unas horas en la zona de Platges de Comte. Hay una segunda opción, que incluye la inevitable sangría y conocer las calles y edificios de Dalt Vila.

El resto de opciones son a la carta, en todo terreno, furgoneta o coche, siempre con guía y conductor para sacar partido a las ocho horas de estancia en la isla.

A las seis de la tarde y con la ayuda del práctico, el ´Wind Surf´ saldrá de Vila poniendo rumbo a un puerto poco frecuente para cruceros turísticos: Tarragona, ciudad eclipsada turísticamente por la capital de Cataluña, que será precisamente la última escala de la actual travesía de este barco.

En cuanto a Ibiza, desde ayer y hasta el próximo martes tres de mayo se esperan siete escalas más: desde veleros como el ´Club Med 2´ o el ´Royal Clipper´ a megabuques turísticos como Los ´Mein Schiff 3´ y ´Mein Schiff 4´ o barcos boutique como el ´Seadream I´.