El Ayuntamiento de Ibiza logró ayer en una sola mañana completar el desalojo de las viviendas ocupadas en una manzana del barrio de sa Penya, la UA-27, algo que, inicialmente, sus responsables esperaban completar en dos días. En rueda de prensa, el edil de Patrimonio de Vila, Pep Tur, calificó la operación de «muy satisfactoria» y destacó que se desarrolló «con total normalidad» tanto por la rapidez como porque no se produjeron incidentes y todas las familias que quedaban en las calles Alt y Retir abandonaron voluntariamente las infraviviendas que ocupaban.

Desde las 7.30 horas de la mañana, cuando comenzó la operación, fueron recuperados 20 domicilios (uno más de los previstos en la sentencia que avalaba la intervención) en los que residían 18 familias, una de ellas llegada este mes de abril y formada por dos individuos. Estaban integradas por 37 adultos y 15 menores, 52 personas en total.

El Consistorio había llegado previamente a acuerdos con tres núcleos familiares y estaba «en vías de acuerdo» con otros cuatro, según especificó en rueda de prensa Pep Tur. Dos familias no han presentado propuestas pero siguen en contacto con el Ayuntamiento. Además, siete tampoco presentaron propuestas y el Consistorio no tenía, a día de ayer, contacto con ellas: «Tenemos la sospecha de que pueden haberse realojado por su cuenta», según Tur. Una de esas familias apareció ayer a las 18 horas para empezar a negociar con Bienestar Social.

Seis viviendas derruidas

Los interiores de cuatro viviendas de la calle del Retir y dos de Alt ya fueron ayer derruidos. Hoy se procederá con el resto y a tapiar el exterior.

Aún queda una segunda fase en la que hay siete domicilios por recuperar. De ellos, cinco ya han sido desalojados por las familias que vivían en ellos, de manera que solo quedan dos habitadas. El Consistorio espera una nueva sentencia para proceder a su desalojo, algo que Tur confía en que suceda «en breve».

En el operativo de ayer intervinieron en torno a un centenar de personas, de las que unas 34 eran agentes de la Policía Nacional, en buena parte antidisturbios llegados el lunes desde Valencia. Participaron 16 agentes de la Policía Local, tres de ellos mandos y un policía tutor. Cespa envió a nueve operarios y a un encargado, pero luego tuvo que reforzar su equipo con tres personas más. El contenido de los 21 inmuebles, tanto enseres como basura, fue recogido en dos camiones grandes y seis pequeños de Cespa (12 toneladas en total).

Un perro y una gallina

Endesa, que se encargó de cortar el suministro eléctrico y de anular los empalmes ilegales, aportó cinco operarios. Aqualia, que cortó la red de agua, movilizó a otros cinco trabajadores, mientras Citellum (empresa responsable de la iluminación viaria) llevó a dos. La empresa que debe derribar los inmuebles trasladó a 16 empleados, a los que a última hora sumó otros cuatro como refuerzo. También acudieron una decena de funcionarios del Consistorio, un agente del Seprona, dos veterinarios y un lacero municipal. De las viviendas fueron recuperados un perro pequeño y una gallina.

Algunos de los vecinos que ocupaban los inmuebles instalaron en la calle cuatro tiendas de campaña que ellos mismos retiraron cuando fueron requeridos por agentes de la Policía Nacional, explicó el edil de Patrimonio durante la rueda de prensa.

En las casas se intervinieron tres rifles de aire comprimido, aunque en ningún momento se produjeron incidentes. Todo fue tan deprisa que a las 10 de la mañana Endesa ya había cortado el suministro de luz y Cespa empezaba a retirar los objetos del interior de las viviendas recuperadas. A mediodía los técnicos del área de Patrimonio seguían comprobando el estado de las casas, una por una.

Pep Tur destacó que se mantendría «con especial atención» el operativo durante la pasada noche con el fin de que no se volvieran a ocupar las viviendas. La vigilancia se reforzará también durante los próximos días con ese fin.