El gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Josep Balansat, reconoció ayer la necesidad de mejorar cuanto antes el servicio de Urgencias del hospital Can Misses. Balansat aseguró que para ello no será necesario contratar personal -«en estos momentos no hace falta»- sino mejorar la coordinación y organización de la plantilla actual. «Ya se hizo un cambio en los horarios de la plantilla del servicio para evitar que sábados y domingos hubiera menos personal que entre semana», apunta. «Hay unos 25 médicos ahora mismo, el número de facultativos por enfermos está bien», asegura.

El responsable de la sanidad pitiusa señaló que uno de los problemas es que el trabajo en el servicio de Urgencias no es homogéneo: «Hay primera línea, segunda línea y boxes. Muchas veces hay más trabajo en un puesto que en otro y en esos momentos el personal debería redistribuirse». En este sentido, Balansat señaló que en estos momentos se está valorando la posibilidad de nombrar un coordinador «por turno» que se encargue de controlar y dirigir los flujos de pacientes así como de reorganizar a los profesionales para minimizar los «tiempos muertos», como la demora en trasladar pacientes a realizarse pruebas o la falta de fluidez a la hora de llamarles para que les vea el médico.

Un coordinador por turno

«En estos momentos hay una coordinadora de Urgencias, pero no está las 24 horas en el servicio. De esta manera siempre habría alguien con autoridad encargado de que todo funcione correctamente», indica. Balansat explica que ha hecho esta propuesta en la última reunión del servicio, celebrada la semana pasada, y que está pendiente de que el personal de Urgencias lo apruebe: «Me gustaría que la medida contara con el consenso del personal».

Otro de los objetivos que se ha planteado la dirección del hospital es reducir las esperas más largas, que, señala Balansat, suelen coincidir con los pacientes que llegan al servicio con dolencias menos urgentes. «Hay muchos casos que llegan a las urgencias del hospital cuando se atenderían igual y en mucho menos tiempo en los servicios de urgencias de los centros de salud», recalca el gerente, que añade que también hay pacientes que, en realidad, deberían acudir a su médico de cabecera. «También hay que hacer un poco de pedagogía con los usuarios», añade el gerente: «Si tienes tos, puedes ir al centro de salud, el médico de auscultará y te pondrá un tratamiento. Si vas a Urgencias del hospital con tos, hay casos más graves que pasarán por delante». «Hay veces que los usuarios no entienden que esto no es como una consulta. Si una persona tiene un constipado, por muchas horas que lleve esperando, si llega alguien con una hemorragia interna pasará antes que él», insiste.

Precisamente para evitar estas esperas prolongadas se redirigirá a estos pacientes al recurso más apropiado. Esto podría hacerse en el triaje, la consulta en la que se valora el estado del paciente y la urgencia con la que debe ser atendido. De la misma manera, cree que hay casos que, aunque no sean de máxima urgencia, deberían atenderse lo antes posible para desatascar el servicio: vendajes, puntos o curas que no requieran pruebas diagnósticas.

Balansat indica que está previsto instalar unos monitores en la sala de espera en los que se indique el tiempo que deberán aguardar.

El gerente cree que el cambio en la coordinación del servicio, motivado por causas personales, puede haber influido «algo» en el funcionamiento y la organización de Urgencias, aunque considera que no ha sido un motivo «determinante». El traslado al nuevo hospital también ha afectado a la rutina, pero el responsable de Can Misses afirma que ya debería haberse normalizado. Balansat reconoce que entre la plantilla también hay «diferentes formas de entender» cómo debe funcionar Urgencias, algo que puede haber dado pie a «desajustes» que confía que se solventen de forma inmediata: «Tengo ganas de que se arreglen los problemas del servicio de Urgencias».