La puesta en marcha de la desaladora de Santa Eulària no bastará para hacer frente a la demanda de agua en Ibiza en verano. El consumo durante la temporada turística es «muy superior» a la capacidad de producción de las tres plantas de la isla, según la directora general de Recursos Hídricos del Govern, Joana Maria Garau, que agrega que el agua desalada se tiene que «complementar» con la de los pozos. Por ello, Garau destaca la necesidad de las políticas de ahorro que trata de impulsar el Ejecutivo autónomo a través del decreto de sequía para tratar de aliviar la situación de los acuíferos.

La directora general de Recursos Hídricos advierte de que el próximo verano se puede «complicar» en Ibiza por la falta de lluvias registrada este invierno y el aumento previsto en la llegada de turistas. «No será fácil», dice Garau, quien, no obstante, confía en que no se repita la crisis que sufrió Sant Josep la pasada temporada turística.

Para ello, se han reanudado por fin, tras estar paralizadas cinco años por falta de presupuesto, las obras de interconexión de las desaladoras y el anillo de distribución, con un plazo de ejecución de seis meses. Este es el plazo que se ha previsto para que se pueda inyectar agua buena a la red de Sant Joan. No obstante, las obras han empezado ya por sa Carroca, en Sant Josep, y, según Garau, en un plazo de «tres meses o algo más», incluido el periodo de pruebas, Sant Jordi y Platja d´en Bossa deberían recibir agua desalada de las plantas de Vila y Sant Antoni.

El Ayuntamiento de Sant Josep ya ha solicitado a la empresa pública Abaqua que le suministre anualmente un total de tres millones de metros cúbicos de agua buena, incluida la que ya inyecta la desaladora de Sant Antoni a la zona de Cala de Bou. Este convenio se tiene que firmar antes de que finalicen las obras de interconexión.

El problema de la falta de lluvias

Garau alerta de que las medidas de ahorro adoptadas, como por ejemplo el consumo de agua desalada en Vila y Sant Antoni en invierno, para no explotar los recursos del subsuelo, no están dando los resultados esperados por la falta de lluvias. El nivel medio de los acuíferos de la isla se encontraban en febrero en el 48% de su capacidad, tres puntos por debajo que en el mismo mes del año pasado. «En diciembre había más agua que en el mismo mes de 2014, pero como no ha llovido este invierno no se producido una recarga de los pozos», lamenta la directora general de Recursos Hídricos.

La desaladora de Santa Eulària, en el caso de que se ponga en marcha este verano, no contribuirá a resolver el problema de agua de Sant Josep, puesto que su conexión a las otras dos plantas de la isla y al anillo de distribución tardará mucho más. La tramitación del concurso de las obras durará cinco meses como mínimo, a lo que hay que agregar cinco meses más de ejecución de las obras, «siempre que no haya problemas con los proveedores». Garau explica que como consecuencia de la crisis, las fábricas no disponen del material necesario (bombas y canalizaciones con capacidad suficiente) en stock, sino que se elabora a la demanda. El coste de esta obra es de 2,2 millones de euros.

El próximo verano, la nueva planta desaladora solo podrá abastecer al núcleo urbano de Santa Eulària y alguna otra parte del municipio, siempre y cuando culminen a tiempo una serie de obras proyectadas por el Ayuntamiento.

Garau explica que la demora en la interconexión de la planta al sistema insular, que confía que esté lista de cara al verano de 2017, se debe a que el Govern balear no puede empezar a trabajar en su tramitación, aunque asegura que ya lo hace, hasta que se haya formalizado definitivamente el traspaso de la infraestructura a la Comunitat Autònoma. La negociación está cerrada, pero falta el acto formal de entrega de la infraestructura.