Pesca sostenible. Es la consigna que hoy mueve al sector pesquero en medio mundo. En Ibiza, además, los esfuerzos se encaminan a aunar la defensa y promoción de las artes pesqueras tradicionales con el consumo de especies típicas de la isla y no sobreexplotadas. Pesca sostenible y tradición son las dos ideas que más repiten Toni Box y Virginia Marí, inspectores de la conselleria de Pesca, y que suelen ir ligadas. En este sentido, el gerret o caramel (Spicara smaris) ofrece las condiciones idóneas para ser uno de los referentes del trabajo que realiza el departamento de Pesca del Consell y es, desde hace cuatro años, objeto de un estudio que servirá para regular esta pesquería, de larga tradición en Ibiza y a la que hoy, con arte de tirada, se dedican cinco embarcaciones, tres de la Cofradía de Pescadores de Ibiza y dos de la de Sant Antoni. Aunque este proyecto aún no ha concluido y deben analizarse y evaluarse los datos que serán aportados al Govern, puede adelantarse ya que el gerret es una especie abundante y que no sufre peligro alguno de sobreexplotación.

Si bien la idea inicial era comprobar científicamente que la pesca de esta especie es sostenible, al estudio, que hoy cuenta con la colaboración de la Universidad de Alicante y de la Universitat de les Illes Balears, se han ido aportando objetivos como la estimación de la madurez sexual de la especie o de su ciclo reproductor y la determinación de su calidad nutritiva. Todo ello contribuirá a redactar un plan de gestión apropiado en los despachos del Govern en Palma, mientras desde Eivissa buscan la fórmula para devolver el gerret, un pez semigraso rico en omega 3, a las mesas de la isla, porque ajustar la cuota de la pesquería debe hacerse teniendo en cuenta tanto un componente biológico como otro comercial, explica Toni Box. Para mantener la pesquería hay que potenciar el mercado.

Devolver el ´gerret´ a la mesa

Los padres de hace medio siglo, e incluso tres décadas atrás, no habían oído hablar del omega 3 pero ya sabían que el gerret era sano para el crecimiento de sus hijos, a veces prácticamente obligados a comerlo la mitad de los días de la semana. En algún momento de la historia pitiusa, y al tiempo que la globalización portaba a las islas novedades de las pesquerías de medio mundo, el caramel fue saliendo de las cocinas.

Mal cambio, porque no solo sigue siendo sano, algo que ya se ha comprobado científicamente, sino que su pesca con artes tradicionales de tirada, es tan sostenible como respetuosa con los fondos marinos y muy selectiva, con apenas capturas accesorias. Y buena parte de estas bondades puede constatarse levantándose antes de las cinco de la madrugada y acercándose a alguna de las áreas habituales de pesca. A esa hora, los pescadores de la embarcación 'Cap Nonó' ya han tirado sus redes frente a es Jondal, su zona acostumbrada, donde saben que hay bancos de gerret y que sus suaves fondos no comportan peligro para sus redes. Conocen el terreno.

A este respecto, la inspectora Virginia Marí destaca la importancia de que otras instituciones, las que deban instalar emisarios, cables submarinos o boyas para fondeos, por ejemplo, tengan en cuenta al sector pesquero y colaboren con ellos para evitar la pérdida de esas zonas de pesca habituales, muy importantes para los pescadores. «Hay que prestar más atención a la pesca, sobre todo a la tradicional», indica. Box y Marí resaltan también el grave daño que la basura lanzada al mar (incluso han visto casos de motores de zódiac y un carrito de golf) puede provocar en las redes de las embarcaciones; la tarea de arreglarlas supone días de pesca perdidos.

Las redes apenas sacan del agua nada excepto gerret. Los pescadores del llaüt 'Cap Nonó' descartan y devuelven al agua un roncador y un par de rayas. Y cuando en la corona de la red hay más peces de los que se considera que es necesario llevar a puerto para no saturar el mercado, los propios pescadores abren el bol y devuelven al mar el excedente, en perfectas condiciones. Tampoco salen a faenar si saben que el pescado ya no se venderá. Y aunque para esta especie concreta no hay una talla mínima establecida, también suelen descartar los ejemplares más pequeños. Así, ellos mismos, los primeros interesados en conservar la pesquería, se autorregulan en cuanto a tamaño y cantidad.

Durante los meses de invierno, los bancos de gerret se acercan a la costa, y es por ello que la temporada de pesca se prolonga desde el 15 de octubre hasta el 15 de abril, aunque en la práctica la captura no suele iniciarse hasta finales de noviembre, cuando las aguas están más frías. «Pueden pescar desde ninguno hasta 400 ó 500 kilos», señala Toni Box, que añade que se trata de una pesquería con grandes altibajos, muy cambiante en función de las corrientes y, por supuesto, de la meteorología. Esta temporada, sin embargo, el tiempo ha permitido salir a faenar con regularidad.

Vuelve la Fira des Gerret

Antes de que finalice el periodo de pesca y los bancos de este pez regresen a aguas más profundas, el Consell, en colaboración con las cofradías de pescadores y el Ayuntamiento de Santa Eulària, organizará una nueva edición de la Fira des Gerret, para dar a conocer los beneficios de su consumo. El día central, con degustación y charlas, será el sábado, 5 de marzo. Y durante 15 días, las cofradías venderán el gerret a un precio más barato.

Y si los múltiples beneficios ya apuntados no son suficientes, hay que añadir, finalmente, que el tiempo que tarda en comercializarse y las condiciones del transporte, desde la captura hasta llegar al consumidor, son factores que pueden mermar los valores nutricionales del pescado. Y esta circunstancia es un gran argumento para esgrimir a la hora de potenciar el consumo de la pesca local tradicional. Más sostenible, más respetuosa con los fondos marinos, más selectiva y, al final, también más sana.