Entre 400 y 500 personas han participado esta tarde en la manifestación para protestar por la eliminación de las cabras de es Vedrà que estaban acabando con el equilibrio ecológico del islote y con especies de plantas endémicas y de especial protección. Los manifestantes exigen la dimisión del conseller de Medio Ambiente de Ibiza, Miguel Vericad (Guanyem), y de la directora general de Espacios Naturales, Caterina Amengual (Més) por la decisión de acabar con el medio centenar de cabras asilvestradas que vivían en el islote, una Reserva Natural donde la presencia de estos animales no es compatible con la conservación medioambiental.

Los convocantes son los colectivos Pacma, Basta Ya, DUO, Renace Natura, Assaib, Ibiza4Patas, Santuario Mojis, Santuario Mapache, Animales Especiales de Ibiza, Fundación Animales Abandonados de Ibiza, Care4Cats y Can Horse.

La manifestación ha salido a las cuatro de la tarde del puerto de Ibiza y el recorrido es la avenida de Bartomeu Roselló, Isidor Macabich y avenida de España, donde se ha leído un comunicado delante de la sede del Consell Insular.

Las pancartas que portaban los manifestantes rezaban 'Ibiza ni olvida ni perdona'; 'Dimisión de todos los culpables de la matanza'; 'Cárcel ya para todos los maltratadores y asesinos de animales'; o 'Político que no vale de vuelta a los corrales'. También gritan 'dimisión, dimisión'; 'siguen matando, seguimos protestando'; 'las mataron a traición, no las dieron otra opción'.

Al menos 45 manifestantes han llegado en un autobús fletado por los 'vedraners' (dueños de es Vedrà y responsables del rebaño de cabras) desde Sant Josep, la mayoría personas mayores.

Entre los manifestantes estaban Vicent Torres, de Alternativa Insular; Joan Marí Tur, 'Botja', exconseller del PP, y Serafín Grivé, del PP de Sant Josep.

La decisión de abatir a las cabras con escopeta y dejar los cuerpos en el islote la tomó la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear (a cuyo frente está el conseller Vicenç Vidal) de acuerdo con informes técnicos y científicos, después de descartar otras opciones como sacarlas con vida o retirar los cuerpos. El coste de sacar las cabras con vida habría superado los 80.000 euros y la operación se habría prolongado incluso durante meses, sin que estuviera asegurado el éxito, dado lo esquivo de los animales; además, entrañaba riesgos para los técnicos, ya que el islote es muy escarpado.

Otros técnicos han explicado que el destino último de las cabras en cualquier caso era el matadero de Ibiza, ya que no habían tenido atención veterinaria nunca, tenían que guardar una cuarentena de un año y animales asilvestrados como estos no habrían aguantado encerrados y habrían muerto en cautividad, incluso topando contra los cercados.

La situación de es Vedrà era ya de "colapso ecológico", según han advertido en reiteradas ocasiones técnicos y científicos, después de que las cabras hayan proliferado sin control desde que los 'vedraners' soltaron 12 en el año 1992. Las cabras han arrasado la vegetación y han provocado una alarmante erosión en el islote.

En Mallorca cada año solo en la sierra de Tramuntana se abaten de la misma forma que en es Vedrà (con escopeta) a casi 2.000 cabras asilvestradas al año, ya que se considera una especie invasora que provoca gravísimos daños sobre el ecosistema de las áreas protegidas. Este método de control de poblaciones de cabras silvestres es habitual en otros lugares de la Península, en Canarias y en otras islas.