La conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca ha condenado enérgicamente todas aquellas acusaciones y amenazas recibidas a los responsables de la erradicación de las cabras de es Vedrà, que atentaban contra la flora endémica del islote pitiuso.

"Respetamos la diversidad de opiniones, la divergencia de criterios y el debate, pero no los insultos ni las amenazas bajo ningún concepto", ha señalado en un comunicado.

Asimismo, ha insistido en que la actuación "se hizo con todas las garantías legales" y "asegurando que los técnicos no ponían en riesgo de su integridad física".

Ha afirmado que antes de acometer dicha operación ya se habían analizado "todas las alternativas posibles". Asimsimo, ha recordado que se contaba con el consenso científico y técnico que avala la teoría de la pérdida de diferentes endemismos provocada por las especies invasoras, que identifica las cabras como la principal amenaza para las plantas, y las incluye en la lista de las cien especies invasoras del mundo.

La conselleria ha destacado que tenía conocimiento de las malas condiciones con las que se encontraban estos ejemplares, unos animales domésticos asilvestrados, que estaban en una situación de abandono con falta de agua y alimento, "una muerte anunciada para estos animales". Ha justificado que se llevase a cabo en febrero "para no interferir en la época de nidificación del halcón marino".

Este tipo de actuaciones se han llevado a cabo en diferentes espacios naturales protegidos a nivel Internacional, a modo de ejemplo en las mismas Islas Galápagos. El protocolo a seguir es el mismo que se ha llevado a cabo en otras ocasiones, como el sacrificio de miles de cabras en la Sierra de Tramuntana, ha señalado.

La conselleria ha asegurado que se valoró la retirada de los animales vivos, "pero se estaba poniendo en riesgo la integridad física del técnicos y la utilización de diferentes medios para extraerlas de la isla". Tampoco se hizo por motivos sanitarios, ya que podía provocar riesgos a otras rebaños. Por ello, Medio Ambiente consideró que sería "una opción desmesurada con un alto coste económico".

En cuanto a la legalidad de la actuación, han señalado que se hizo "bajo control veterinario" y teniendo en cuenta la ley de bienestar animal, estos ejemplares no se podían incorporar a rebaños domésticos.

Con respecto a las críticas referentes a que la actuación de la conselleria se contradice con la ley 8/2003 afirma que no son ciertas. Ya que hacen referencia a situaciones en que se dé un riesgo sanitario por la sanidad animal, para la salud pública o que contaminen el medio ambiente, y no es el caso.

En lo que respecta a la normativa Sandach, referente a residuos cárcnicos, se excepciona la eliminación de cadáveres cuando se trata de zonas con un acceso particularmente difícil.

El Real Decreto 1632/2011 permite en supuestos de conservación de aves carroñeras el abandono de cadáveres y sus restos para la alimentación de estas aves. En este caso, en las Pitiusas está la presencia puntual del buitre leonado y una población de cuervo, catalogado como vulnerable en las Pitiusas.