Antonio Huerta Briz, el presunto cabecilla de la red de corrupción urbanística desarticulada en el municipio de Sant Josep por la Guardia Civil durante la ´Operación Pitiusa´ de 2008, falleció ayer por causas naturales a la edad de 65 años, según confirmaron fuentes familiares.

Huerta, natural de Salamanca y afincado en Ibiza desde hacía muchos años, cobró notoriedad pública tras su contratación como arquitecto municipal del Ayuntamiento de Sant Josep en 1996, cuando empezó a ser objeto de numerosas denuncias sobre presuntas corruptelas urbanísticas por parte de la oposición y los ecologistas.

Los temores sobre su actuación irregular como máximo responsable técnico del Ayuntamiento de Sant Josep se vieron confirmados cuando en octubre de 2008 fue detenido, junto con sus familiares más inmediatos, durante una amplia operación policial desplegada en el Ayuntamiento de Sant Josep y en sus oficinas privadas. A las pocas semanas quedó en libertad provisional, a la espera de un juicio en el que ya no participará.

De hecho, la celebración de esta vista oral había ido acumulando numerosos retrasos por la lentitud en la realización de las diligencias.

El Consell de Ibiza estaba ultimando la verificación de numerosos proyectos con irregularidades detectadas en expedientes en los que intervino él como técnico. Se trataba del último trámite de relevancia que estaba pendiente para la convocatoria del juicio oral.

El funeral tendrá lugar mañana jueves en Sant Jordi.