En los talleres que el Cepca lleva a cabo en los centros hacen mucho hincapié en la falta de igualdad entre hombres y mujeres. La coordinadora del Cepca, Belén Alvite, señala que a pesar de que «algunas cosas» han cambiado, la mayoría no lo han hecho: «Seguimos repitiendo en casa los mismos roles. Mamá trabaja, pero también se encarga de la limpieza y la cocina y papá suele ser el que lleva los coches a pasar la ITV».

En las sesiones les alertan de que los salarios de las mujeres son «embarazosamente» más bajos que los de los hombres, que la violencia se ceba con ellas y que la misma actitud en un hombre se valora y en una mujer es un defecto. Además, les explican que las mujeres pagan más por algunos productos que los hombres: la llamada pink tax: «Un estudio demostró que productos como las maquinillas de afeitar, los jabones o los desodorantes son más caros cuando están destinados a las mujeres que cuando son para ellos».

De la misma manera, se les intenta hacer ver que la igualdad beneficia a toda la sociedad, no sólo a las mujeres, también a los hombres. «Si la hubiera, les descargaría a ellos de algunas responsabilidades», asegura la coordinadora del Cepca.