­Los ejemplares de cabra doméstica (Capra aegagrus hircus) que viven en es Vedrà pertenecen a una de las cien especies más dañinas para la flora en todo el mundo, tal y como consta en un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), según recordó ayer el presidente del Grup d´Estudis de la Naturalesa (GEN), Joan Carles Palerm.

La UICN, señaló, advierte de que la cabra doméstica constituye una verdadera amenaza para la conservación de las especies silvestres, pues se alimenta de toda aquella flora que no le resulte especialmente desagradable al gusto.

Como consecuencia de la presencia de estos animales en es Vedrà, «puede haber desaparecido más de la mitad de la flora de las especies importantes que hay en el islote», señaló Palerm, quien explicó que en es Vedrà crecen plantas únicas en el mundo, de elevadísimo valor científico. Por este motivo, en el Atlas de Flora Amenazada de España se cita también en varias ocasiones a las cabras de es Vedrà como amenaza botánica a nivel nacional, agregó.

El biólogo y presidente del GEN recordó que la cabra doméstica de es Vedrà «no es ninguna especie protegida ni amenazada, es la misma cabra que hay en cualquier finca rural de Ibiza y Formentera».

En cuanto al origen de estos ejemplares en el islote, Palerm indicó que fueron introducidos por el hombre en el siglo XX. «Desaparecieron durante unos años, pero hace 20 o 25 años volvieron a aparecer», afirmó. También indicó que «se han producido episodios de sarna entre la población de estas cabras, lo que ha provocado la muerte de algunos ejemplares».

85 ejemplares hace cinco años

Aunque su número es de varias decenas, se ha llegado a contabilizar un máximo de 85 ejemplares al principio de esta década. «Su población sube y baja, según los años».

Pero, además, el ganado caprino de es Vedrà está provocando la erosión del suelo del islote: «Así como las ovejas cortan la hierba con sus dientes, dejando en el suelo la raíz y la base de la planta, las cabras tiran de ellas y las arrancan totalmente. Eso hace que el suelo donde crecen pierda un elemento de fijación como son las plantas y la tierra vaya desapareciendo con la lluvia. En muchos lugares de es Vedrà donde había tierra ahora ya solo hay piedras y roca», indicó.

En resumen, el presidente del GEN advierte de que «el daño que provocan estos animales es enorme», por lo que considera completamente justificada la decisión de la conselleria de Medio Ambiente de retirar de allí estos ejemplares.

De hecho, los ecologistas ibicencos vienen reclamando esta medida desde hace años, al objeto de garantizar la adecuada conservación del «tesoro ecológico» que constituye es Vedrà, protegido además con la figura jurídica de Reserva Natural.