«La labor de los cuidadores merece un grandísimo reconocimiento y apoyo, ya que cargan con los servicios que deberían prestar las administraciones. La sociedad está en deuda con ellos». Así de contundente se mostró la enfermera especialista en Geriatría y Gerontología María José Balbuena, que ofreció la conferencia ´Acuérdate de ti´ con motivo del Día Mundial del Alzhéimer, celebrado ayer en el Club Diario de Ibiza y organizado por la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Ibiza y Formentera (Afaef).

Balbuena reclamó una mayor sensibilidad por parte de las instituciones y señaló que deben prestar «la ayuda necesaria» para garantizar la independencia y bienestar de los que sufren alzhéimer, así como proporcionar a las familias los recursos materiales y humanos «suficientes y adecuados para ofrecer los cuidados óptimos». «Los cuidadores se hacen cargo de sus familiares enfermos por afecto y liberan a la sociedad de tener que abrir centros y conceder ayudas, pero están muy solos», advirtió Balbuena, que trabaja desde hace 25 años en un centro residencial de Asturias.

En su dilatada experiencia laboral, esta enfermera asturiana ha detectado los síntomas más comunes que suelen aflorar en los cuidadores de personas afectadas por esta patología como la ansiedad, el estrés, la depresión, la tristeza y la frustración. «El cuidado del enfermo de alzhéimer es un camino largo y difícil, por lo que se requiere apoyo y orientación», advirtió Balbuena.

Por esta razón, en su charla ofreció una serie de pautas que pueden resultar útiles para el día a día con el afectado: «Se debe dignificar al enfermo. Respetemos la dignidad de las personas hasta el final, aunque ellas no sepan quiénes son», sostuvo la experta, que también insistió en que no se debe discutir con ellos. «Hay que adaptarse al enfermo, a sus ritmos y a sus deseos. Por ejemplo, si por la mañana es difícil ducharlo, hay que optar por hacerlo por la tarde o por la noche», aconsejó la enfermera para evitar «batallas» en el hogar.

Asimismo, destacó que se debe captar la atención de los enfermos, pero sin caer en el error de tratarles de modo paternalista y con un tono infantil. Llamarles por su nombre para que lo recuerden, usar frases sencillas y cortas, no hablar de ellos como si no estuviesen presentes y darles tiempo para responder cuando se habla con ellos son algunas de las recomendaciones que dio al público.

Además, la enfermera insistió en que los cuidadores, o mejor dicho las cuidadoras porque en el 83% de los casos son mujeres, deben pedir ayuda a sus seres queridos y orientación a los profesionales. «No vale victimizarse y callar. No puede ser que nos quieran echar una mano y rechazarla», sostuvo la enfermera. Por ello, la conferenciante señaló que lo ideal sería que la sociedad funcionase como una orquesta. «Como decía el compositor Rubinstein, nunca se podrá hacer buena música si los integrantes de la orquesta no escuchan a sus compañeros. Con el alzhéimer ocurre lo mismo: los enfermos, los familiares, los profesionales y los representantes de las distintas administraciones deben hablar entre ellos», concluyó Balbuena.