El Ayuntamiento de Sant Josep ha clausurado tres beach club situados en Platja d´en Bossa, es Codolar y Cala de Bou que estaban funcionando sin ningún tipo de licencia de actividad, lo que constituye una infracción grave. Según explicó la teniente de alcalde de Policía y Gestión Administrativa, Paquita Ribas, estos chiringuitos, que tenían permiso de Costas pero no municipal, funcionaban como beach clubs, organizando fiestas que podían llegar a reunir a centenares de personas y habían sido motivo de quejas por parte de vecinos y comerciantes.

Uno de los locales es el No Name Diesel Beach Club, situado en Platja d´en Bossa. La concejala explicó que reunían a un gran número de personas y organizaban fiestas por las noches que publicitaban en las redes sociales. Antes de proceder a la clausura incluso se les retiró el equipo de música porque «iban a hacer un ´fiestón´ de estos que se anuncian por todas partes, no actuaban como un chiringuito que vende coca-colas», añadió Ribas.

Otro de los locales, un poco más pequeño pero también muy conocido, es el chiringuito que hay al final de es Codolar, llamado Soul Beach. En este caso, según la regidora, empezó siendo un local «bastante normalito pero se fue animando y no sé por qué nadie miró si tenía licencia».

«Había días en que parecía una discoteca, además de que ahí no hay sitio para aparcar y no tiene posibilidad porque está dentro del Parque Natural de ses Salines; tendría que haber sido un chiringuito para dar servicio a la gente que va a la playa y no para llenar la playa de gente», explicó Ribas, que indicó que, aunque en menor medida que en el de Platja d´en Bossa, también hacían fiestas. En su página de Facebook incluso hay vídeos colgados que atestiguan las celebraciones nocturnas con música y baile que llevaba a cabo este chiringuito sin licencia.

Reggae en Cala de Bou

El último de los establecimientos clausurados es el Reggae de Cala de Bou, también más pequeño que el de Platja d´en Bossa, pero con actividad de música y fiesta en la playa.

La concejala indicó que además de no tener permisos, estos chiringuitos organizaban fiestas masivas en la playa, «sin garantizar la seguridad de los asistentes y provocando molestias». Las órdenes de cierre ya han sido cumplidas por los tres establecimientos.

Según explicó la teniente de alcalde, la Policía Local ha realizado esta temporada numerosas inspecciones en los locales del municipio para comprobar que cumplieran con la legalidad. «Lo pedían los vecinos y los comerciantes porque se hablaba mucho de intrusismo y se hacían cosas que no tocaba», indicó Ribas, que añadió que no se ha multado a estos locales porque eso si acaso sería objeto de un expediente sancionador posterior. Preguntada por si no se han estado lucrando durante mucho tiempo sin tener permiso, la teniente de alcalde remarcó que todavía les quedaban «quince días buenos de temporada que ya no podrán hacer». «Hemos hecho lo que hemos podido, primero hay que hacer investigaciones, visitas y armar un expediente que recibe alegaciones, llevamos un mes en ello», agregó Ribas, que indicó que en principio «la multa es el cierre de la actividad».

El Ayuntamiento informará a finales de temporada sobre la actividad que han desarrollado para controlar horarios, aforos, música y hamacas.

«De publicidad también intentaremos hacer alguna cosa, pero es que no damos para más, la Policía levanta actas y vamos actuando sobre lo que traen, están haciendo muchísimo trabajo», añadió Ribas, que indicó que quieren que haya «convivencia» y se cumpla la ley.