La depuradora de Portinatx se limita a separar los sólidos y vierte el agua residual al mar sin depurar, según afirma el informe técnico incluido en la respuesta del Consell a la consulta previa de la Comisión Balear de Medio Ambiente sobre el proyecto de construcción de una nueva depuradora para la zona. Sin embargo, el alcalde de Sant Joan, Antonio Marí, ´Carraca´, aseguró ayer que la planta está depurando, aunque también recordó que esta infraestructura «siempre ha funcionado con deficiencias». El informe técnico indica textualmente que la depuradora está «fuera de servicio», aunque seguidamente precisa que «solo funciona la separación de sólidos». En todo caso, la instalación « vierte al mar aguas residuales sin tratar, a través de un emisario».

El alcalde explicó que la planta, que es de propiedad municipal y está gestionada por Aqualia, tiene 16 balsas, colocadas de mayor a menor tamaño, y que las aguas fecales deberían ir pasando por cada una de ellas. «A lo mejor no pasa por todas las balsas, quizá alguna tenga fugas o la empresa concesionaria está sacando fangos, pero la depuradora está en funcionamiento», recalcó Marí, quien también insinuó que posiblemente los técnicos del Consell hayan estudiado la depuradora en un momento concreto, y no con periodicidad regular, ya que Aqualia no le había comunicado ninguna avería.

«El agua no se está vertiendo directamente al mar sin depurar, pero que no se está depurando como se debería, eso seguro», admite el alcalde. «Si el Ayuntamiento redactó un proyecto, que cuesta entre 75.000 y 80.000 euros, e inició el proceso para construir una nueva depuradora es que no está muy contento con su funcionamiento», agregó. Por su parte, la empresa concesionaria Aqualia respaldó la versión municipal sobre el funcionamiento «deficiente» de la depuradora de Portinatx.

La nueva depuradora

El consell executiu del Consell de Ibiza aprobó ayer la respuesta a la consulta previa de la Comisión Balear de Medio Ambiente, en la que se recogen algunas características de la nueva planta prevista, entre ellas que tendrá una capacidad media diaria de tratamiento de 2.000 metros cúbicos y podrá dar servicio a una población máxima de 16.667 habitantes durante el verano.

El Consell aboga por estudiar con el «mayor detalle posible» los volúmenes de agua que se podrán gestionar para garantizar su funcionamiento y ha instado a tener en cuenta el incremento de población estacional o la conexión a la red de saneamiento de viviendas o establecimientos turísticos que actualmente no estén conectados. También sugiere que la capacidad de almacenamiento de fangos sea «un poco superior» a la exigida por el ritmo de producción, debido a las dificultades técnicas y territoriales que tiene Ibiza para gestionar los lodos. A día de hoy, todas las depuradoras de la isla tienen problemas por la acumulación de lodos.

Asimismo, los técnicos del departamento de Medio Ambiente del Consell advierten en su informe de que la nueva planta estará muy próxima al curso de un torrente, por lo que piden que se preste mucha atención al diseño para que en caso de aguaceros no se registren fugas o episodios de contaminación.