Varios establecimientos de Sant Antoni han sufrido a lo largo de esta semana hurtos y pequeños robos en sus tiendas, que según los afectados están cometidos por el mismo ladrón. El miércoles a las seis de la mañana un individuo rubio de aproximadamente 1,70 de altura, y supuestamente español, según comentan los vecinos, entró a robar a una tienda de lencería de la calle Alicante.

El ladrón forzó la puerta sacándola de la guía y al tener una rampa de acceso, se deslizó por debajo. Se llevó un ordenador además de todo el dinero que tenían para dar el cambio a los clientes, aproximadamente unos 100 euros. Al día siguiente, este mismo individuo volvió a entrar en este establecimiento a la hora del mediodía para llevarse otra vez el dinero de la caja. «En total se habrá llevado unos 200 euros y el ordenador», explicó Mar, la hija de la propietaria del negocio. En ambos casos, el ladrón al ser descubierto echó a correr haciendo imposible su inmovilización, aunque los vecinos fueron capaces de identificarlo.

Asimismo, ayer a las cinco de la mañana, unos vecinos alertaron a Consuelo de que en su frutería de la calle Barcelona había ruido muy poco habitual para la hora que era. Un joven con la misma descripción que el anterior había forzado la persiana, para deslizarse por debajo de la misma y llevarse todo el dinero de la caja y un móvil que estaba en la oficina.

«Da la sensación de que vació el cajón del cambio en una bolsa, porque había monedas por el suelo», comentó Consuelo, propietaria de este otro comercio, que declaró que a ella le han robado entre 400 y 500 euros en efectivo y el móvil. Pero antes de entrar en la frutería de Consuelo, sobre las tres de la madrugada, en una ferretería cercana, entraron usando el mismo modus operandi que en las otras ocasiones, y se llevaron solamente el dinero que había en la caja, unos 30 euros, según comentó Joan, hijo del propietario del negocio. Joan también añadió que se trata de gente «muy profesional» por la forma que tienen de entrar. Además, dijo que el cerrajero le había comentado que esa misma noche habían entrado a robar en una carnicería de la calle Cervantes.

A Consuelo una de las cosas que más le afectó fue la tardanza de la Policía y la Guardia Civil. Según esta vecina, la Policía Local no llegó a pasarse por el local para ver cómo estaba la situación, y la Guardia Civil tardó dos horas y media en llegar porque solo había una patrulla para toda la isla, según le comentó el agente que la atendió. Por su parte, una portavoz del Ayuntamiento de Sant Antoni, explicó que la Policía no se acercó hasta el lugar ya que no existía ningún riesgo para los ciudadanos, ya que el robo ya había acabado. Por ello, pasaba a ser una tarea propia de la Guardia Civil.