Un niño de siete años metió ayer sobre las 16 horas el brazo en un tubo de un conducto de aspiración mientras nadaba en una piscina de los apartamentos Balansat del Port de Sant Miquel, y quedó atrapado.

Hasta el lugar se desplazaron a las cuatro de la tarde una ambulancia del 061 y los bomberos, que trabajaron durante tres horas para liberar al pequeño, para angustia de sus familiares y de las demás personas que estaban disfrutando de un día en la piscina.

Podía respirar bien

Los profesionales tuvieron que romper parte de la estructura de la piscina hasta que consiguieron liberar al pequeño, con mucho cuidado para que no sufriese ningún daño. Por suerte, la cabeza del niño estaba fuera del agua, por lo que podía respirar bien, y los bomberos y las demás personas intentaron tranquilizarle mientras trabajaban.

El pequeño, que se encontraba consciente y en principio no parecía haber sufrido heridas importantes, fue trasladado a las siete de la tarde en una UVI móvil al hospital Can Misses, donde quedó ingresado.