El mar le ha robado el protagonismo al fuego en la Nit de Sant Joan. Miles de personas disfrutaron ayer de la noche más corta del año en la playa de Talamanca, que acoge desde 2010 esta celebración que se ha convertido en poco tiempo en una de las fiestas más multitudinarias de la isla. Los amantes de las llamas y de la tradición optaron por disfrutar de esta velada en Sant Joan y en ses Figueretes. En la plaza Julià Verdera, la Asociación de Vecinos y el Institut d´Estudis Eivissencs (IEE) ofrecieron la fiesta más reivindicativa y exigieron «la plena normalización y enseñanza de la lengua catalana propia de este país».

Para los menos supersticiosos y para los que no creen en mitos ni leyendas, la noche del 23 de junio es la excusa perfecta para reunirse con los seres queridos y compartir un rato agradable, sin necesidad de practicar ningún ritual. Basta la buena compañía y algo de comida y bebida para pasar la noche. Incontables neveras de plástico azules cubrían, juntos a los pareos, la arena de Talamanca.

Algunos, a pesar de que no creen que saltar sobre una hoguera les dará buena suerte decidieron llevarse tablas y leña a la playa para construir una. Es el caso de Lara Gallardo, nacido en Málaga pero residente en Ibiza desde hace 50 años, y sus amigos. A las 21 horas yas habían formado una pequeña hoguera con la leña de algarrobo que habían recogido y las tablas que les habían regalado en una carpintería. «Somos un grupo de 15 personas y estamos aquí para pasárnoslo bien y no nos iremos hasta que la música termine», aseguró Gallardo. No obstante, lo de saltar por encima de las llamas no le parece tan divertido y se conforma con ver cómo el fuego convierte en cenizas la leña y tablas amontonadas en medio de la playa.

Para José Caballero, un granadino que vive en la isla desde 2012, la velada de ayer era una de las más especiales de su vida. Era la primera noche de Sant Joan que compartía con Ana Flores, su pareja. «Me gusta mucho el ambiente de esta fiesta y las hogueras», contó Caballero, que esperaba a sus amigos tumbado sobre un pareo para prenderle fuego a la pequeña montaña de leña que habían formado.

Al ritmo de los músicos de la Orquesta Migjorn, que tocaron hasta las 23 horas, la coordinadora de Fiestas del Ayuntamiento de Vila, Isabel Ramón, comprobaba que todo estuviese en orden. «Este año hemos extremado las medidas de seguridad porque esta fiesta cada vez tiene más éxito», explicó Ramón, que añadió que repartirían 500 raciones de macarrons de Sant Joan.

En ses Figueretes, los Bluesmàfia i es Saligardos animaban la fiesta e hicieron una pausa para que el IEE entregase sus premios y se leyese el manifiesto. La ganadora del concurso del Cartel Nit de Sant Joan, Paloma Miguel, subió con una sonrisa de oreja a oreja al escenario. «Era la primera vez que me presentaba. Me ha hecho mucha ilusión», aseguró la joven, licenciada en Bellas Artes. El otro premiado fue Josep Ramon Cardona por la obra ´L´Ibiza turística com a recreació del paradís perdut´. El presidente del IEE, Marià Mayans, destacó el enorme trabajo que supone la organización de esta velada: «Aunque se hace con gusto», afirmó.