La Demarcación de Ibiza y Formentera del Colegio de Arquitectos de Balears insiste en su reclamación, ahora en las alegaciones que han presentado al Plan de Usos del puerto de Vila presentado por la Autoridad Portuaria (APB), de que se abra «un proceso o fase de debate y negociación» para la «redefinición exhaustiva de la delimitación de los espacios portuarios en trámite».

En estos encuentros que proponen los arquitectos deberán estar presentes «las administraciones competentes», y reclaman que en ellos «se eleve y observe con absoluto cuidado el objetivo principal y argumento primordial de esta alegación, que es la protección y enriquecimiento del Bien Patrimonial BIC que constituye el barrio histórico de la ciudad de Ibiza».

Además, este colectivo profesional, como ya adelantó este diario el pasado 29 de abril, solicita que se modifique, «mediante su oportuna anulación y revisión, el proceso de licitación de la concesión para embarcaciones de grandes esloras que se encuentra en fase de tramitación». Estos puntos de amarre se sitúan entre el Martillo y el antiguo espigón conocido como Muro y ya fueron explotados el pasado verano.

«La adjudicación de esta concesión para grandes embarcaciones -se añade en las alegaciones- contribuiría a la consolidación de una solución no idónea para su emplazamiento» que se ha decidido, advierten, «en un proceso participativo parcial y fragmentado».

La Demarcación de Ibiza y Formentera del Colegio de Arquitectos de Balears fundamenta sus alegaciones, entre otras cosas, en el impacto visual y paisajístico tanto en la zona histórica de la Marina como sobre el Patrimonio de la Humanidad.

En consecuencia, consideran que el amarre de yates de grandes esloras entre el Martillo y el Muro, donde estos profesionales proponen ubicar el tráfico de pasajeros entre las Pitiusas (que finalmente se ubicará en el muelle mercantil), «constituye una barrera visual que oculta una parte muy significativa de la fachada histórica, observada desde la fachada norte del puerto de Ibiza».

Esta «panorámica» desde el frontal de los muelles, con la Marina y Dalt Vila de fondo, resulta «icónica (€) mundialmente reconocida y admirada». También advierten de que la presencia de grandes yates «se enmarca exclusivamente en los meses de verano», lo que condicionaría el flujo de visitantes, cosa que no sucedería, señalan, con la presencia en esta zona portuaria de los pasajeros de la línea entre Ibiza y Formentera, con actividad durante todos los meses del año.

También recuerdan en estas alegaciones que para esta delimitación de espacios y usos portuarios, la APB «ha modificado la propuesta inicial (€) que figuraba en los planes generales del Proyecto de acondicionamiento y mejora de los muelles sur del puerto, y que concordaban con el Plan Director de Usos». El detalle de ambos planes, matizan desde este colectivo profesional, «deberá contar con la debida y obligada coordinación entre administraciones competentes en urbanismo y patrimonio con la finalidad de definir usos portuarios que se ajusten al interés general y siempre teniendo en cuenta la colindancia del puerto con la zona del casco antiguo de la Marina y zonas adyacentes».