El error como camino al éxito, los conceptos erróneos que rigen la sociedad actual o el inestimable valor de los fracasos durante el aprendizaje son algunas de las ideas que desarrollaron los ocho ponentes invitados a la tercera edición del encuentro TEDx Sant Antoni, una cita que se consolida y que da la oportunidad a los asistentes de contrastar opiniones y conocer puntos de vista de expertos en distintas disciplinas.

El aforo máximo de este encuentro está estipulado en un centenar de personas, pero el interés que despierta es superior y los organizadores se afanaban para intentar acomodar a quienes se acercaron hasta la sala de conferencias para adquirir una entrada en el último momento. El responsable del programa ´Policía 2.0´, Carlos Fernández Guerra, era un reclamo de lo más atractivo, pero lo cierto es que ninguno de los participantes decepcionó.

El organismo más «feroz». El biólogo marino Manu San Félix, por cuya escuela de submarinismo de Formentera han pasado 120.000 personas, fue el encargado de romper el hielo. Tras explicar que había pasado las últimas semanas sumergido, «esperando apostado a la entrada de la madriguera de un pulpo», para que el animal se acostumbrara a su presencia y poder grabar sus rutinas, confesó que había tenido mucho tiempo para pensar en su ponencia y que, después de 34 años buceando y 8.000 inmersiones, la especie más «feroz y dominante» que ha conocido, por su superioridad, es una planta: la posidonia. En la lucha por su supervivencia lleva implicado más de 15 años y vinculados a ella describió varios errores. A pesar de que su nombre científico es Posidonia oceánica, esta planta es exclusiva del Mediterráneo. Tampoco acertamos demasiado con su nombre común, alga, puesto que no es un alga. Ni crece en forma de praderas, sino en «auténticas selvas» en las que conviven millones de organismos. «Ha subsistido a las glaciaciones y a la desecación del Mediterráneo hace cinco millones de años, pero está muriendo porque no puede luchar contra los millones de litros de agua insuficientemente depurada que vertemos», denunció como otro gran error antes de mostrar el vídeo de un ancla siendo arrastrada por encima de una de estas ´selvas´ subacuáticas: «En ocho horas destruyó tres siglos de posidonia».

El caso Lewinsky. La organización de este encuentro, en el que los participantes no cobran por intervenir y lo recaudado con las entradas se destina a cubrir gastos o se dona a entidades benéficas, proyectó a continuación el vídeo de la participación de Mónica Lewinsky en el encuentro de la Fundación TED celebrado en Vancouver a mediados de marzo.

En apenas seis semanas, la exposición de la exbecaria de la Casa Blanca ha recibido más de tres millones de visitas. En él, Lewinsky asegura que en 1997 perdió su «reputación» y casi pierde «la vida» a consecuencia de un error: su relación con el expresidente de los EE UU Bill Clinton que provocó un escándalo de dimensiones hasta entonces desconocidas.

La norteamericana sostiene que lo que ella vivió hace 17 años se llama ahora, tras la explosión de Internet y las redes sociales, acoso cibernético y denuncia que esta práctica lleva al suicidio a muchas personas en todo el mundo y que afecta especialmente a los jóvenes. Sus palabras arrancaron aplausos, en Vancouver y en Sant Antoni, y dieron paso a la intervención de Carlos Fernández Guerra, quien abundó en que «todo el mundo merece una segunda y una tercera oportunidad para levantarse». Con un notable sentido del humor, el responsable de la comunicación en Internet de la Policía Nacional relató confesó: «Pocos tienen tanta experiencia como yo en equivocarse». Y expuso sin complejos algunas de sus meteduras de pata más sonadas en la red. «Piensa todo lo que dices y no digas todo lo que piensas», aconsejó después de explicar cómo creyó que estaba escribiendo en su propia cuenta de Twitter y colgó en la del Cuerpo Nacional de Policía un mensaje en el que se declaraba fan del programa ´¿Quién quiere casarse con mi hijo?´. Algo muy parecido le pasó al responsable de la cuenta del Gobierno de España cuando escribió con ironía: «Alemania cargándose Europa, qué raro, nunca había ocurrido».

Desobedecer para innovar. Fernández relató que, incluso cuando consigues grandes éxitos, puedes estar cometiendo errores. Él, que ha logrado que más de 1,5 millones de personas sigan @Policía, consiguió una enorme aceptación y numerosos retuits cuando publicó el ingenioso: «Si te tienta jugar a #BreakingBad, debes saber que acabarás en el escenario de #PrisonBreak». «Arrasé, pero había escrito de una serie sin haberla visto y luego supe que puse mal el nombre y que además los protagonistas se escapan», relató a todos los presentes.

No obstante, está convencido de que la vida es una «gestión del riesgo» y de que el sistema de prueba y error es fundamental para innovar: «Nunca se alcanzó algo novedoso cumpliendo las normas».

Entre sus referentes, Fernández citó a dos de los personajes protagonistas de Los Simpson, el señor Banks y Homer. Este último es de los que «no se mueve del sofá para no cagarla». El comunicador se pregunta acerca del porqué de esa «aversión absoluta al riesgo y al error». Para él, no tiene sentido ese temor ya que «el éxito y el fracaso están en el mismo camino: si aprendes del error, el destino es el éxito».

«Hola, me llamo Lina y soy violinista. Hace 24 horas que no me atormento por mi último error. Estoy limpia». De este modo inició su ponencia la reconocida violinista Lina Tur Bonet, que denunció que el error estigmatiza en la enseñanza de la música y consideró que cometer errores y superarlos con creatividad debe formar parte de la formación. En su opinión, si un músico se limita a ejecutar piezas sin errores los conciertos resultarían aburridos para el público, porque es el «duende» el que engancha y emociona. De hecho, señaló el error como «el principio de la improvisación».

«Vivimos en un mundo de Photoshop, donde todos quieren que todo sea perfecto y que los músicos en directo suenen igual que una grabación», denunció la violinista antes de describir el emotivo concierto que dio en Japón tras el tsunami o la anécdota en la que Paco de Lucía, tras escuchar una guitarra en el hilo musical de un restaurante preguntó al camarero quién tocaba porque a él le gustaría llegar a hacerlo igual. «Es su disco, maestro», le respondió el joven.

La artista Irene de Andrés focalizó su discurso en un error arquitectónico ya desaparecido pero que durante 25 años se levantó en un solar situado a apenas cinco minutos del Hotel Palladium Palmyra, en el que se desarrolló el TEDx. La artista habló de la estructura de la discoteca Idea, que nunca se llegó a inaugurar, y de los sentimientos que la llevaron a trabajar sobre esta y otras construcciones similares.

La solidez de lo inútil. Este tipo de «residuos-monumento» merecen un recuerdo, según esta creadora, que los considera un reflejo de la sociedad actual, de los cambios trepidantes de las ciudades y de la falta de reflexión sobre el territorio.

p

De Andrés indicó que los muros de Idea, derribada finalmente en 2011, habían acogido una histórica discoteca al aire libre, Playboy, con numerosas actuaciones de grupos en directo. Cuando la ley impidió este tipo de espectáculos, grandes locales como Amnesia o Ku se vieron obligados a cubrir sus superficies. Con este mismo fin se construyó la estructura que coronaría Idea y que, según pudo averiguar la creadora, resultaba extraordinariamente sólida pese a no haber tenido nunca utilidad. «Andrés Moreno, el gerente de Ca na Negreta, me explicó que el proceso de derribo era tan complejo como el de construcción y requería incluso de planos», apuntó la ponente que no solo capturó en imágenes aquel proceso sino que guarda también la instantánea de una valla publicitaria colocada sobre la vacía estructura de Idea en la que otra discoteca felicitaba el año 2006. La fotografía se realizó cinco años después, pero allí seguía aquella felicitación.

El binomio éxito-fracaso. Xavier Marcet, presidente de la consultoría Lead to Change, aseguró que «el mayor riego es no innovar» y relató cómo el binomio éxito-fracaso es inseparable en el ámbito del emprendimiento. Citó además algunos ejemplos de campañas y productos (como Nespresso y Ungry Birds) que han requerido mucho esfuerzo y tiempo, pero han logrado triunfar y consolidarse.

El escritor ibicenco Ben Clark tituló su ponencia ´Negociar la ilusión» y comenzó afirmando: «Yo soy un poeta fracasado». Desde su propia experiencia, describió cómo las personas que intentan desarrollar cualquier forma de arte se topan con el mercado. Él, que ha publicado varios libros y ha recibido distintos reconocimientos, confiesa que esto «entra en conflicto con la ilusión primera». Clark señala como error a evitar que el mercado, el reconocimiento ajeno o la retribución económica, condicionen esa ilusión inicial.

¿Por qué se dedica alguien a desarrollar detectores de física de partículas? Esther Ferrer, miembro del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) intentó explicarlo. «Parece algo esotérico, pero es muy terrenal», advirtió. Esta científica tiene claro que se dedica a esta disciplina para ayudar a responder las preguntas fundamentales que plantea: «¿De dónde venimos? ¿Cómo evoluciona el universo? ¿Qué fuerzas gobiernan todo lo que vemos?». Ahí es nada.

Ferrer insiste en que el suyo es un trabajo de equipo en el que todos empujan hacia los límites del conocimiento y responde a aquellos a los que «les importa poco qué ocurrió diez minutos después del Big Bang» que este tipo de física tiene muchas repercusiones en la vida real: «Internet se inventó en el CERN y, por ejemplo, la radioterapia para tratar el cáncer procede de las técnicas de la física de partículas».

Charlatanes en la red. No menos interesantes son las aportaciones de Jordi Pereyra, autor del concurrido blog de divulgación Ciencia de Sofá. Advierte de que Internet es «una gran fuente de información pero también de desinformación» y de que en la red «hay mucha gente dispuesta a aprovecharse del desconocimiento científico de la sociedad». Alerta, especialmente, contra los «charlatanes» que entran en materia de salud «y convencen a personas para que abandonen sus tratamientos médicos llegando a provocar muertes». La desinformación es para él un error potencialmente mortal. Sin llegar a ese extremo, reprueba también a los «vendedores» que aseguran, por ejemplo, que la wifi provoca cáncer, con el único objetivo de colocar sus «inhibidores». «No tiren el dinero en eso», aconseja. Hay cosas mejores en las que equivocarse.