«Ojalá lloviera un poquito, que tenemos sequía», comenta Sandra Benbeniste, de Ibiza Preservation Fund, en la plaza del Parque, donde nueve asociaciones celebran el Día de la Tierra. Sus deseos parecen órdenes para la estratosfera. Diez minutos más tarde cae un ligero chirimiri. «Podría esperarse a las nueve de la noche...», comenta, con una sonrisa, Benbeniste.

Ese agua no es la que más preocupa en la plaza del Parque. Hazel Morgan, presidenta de Amics de la Terra, denuncia la salinización de los acuíferos de la isla «debido a las perforadas que se han autorizado». De hecho, el agua centra el manifiesto del Día de la Tierra, (leído por Irene Prats, del GEN, y Juanjo Torres, de Amics de la Terra) que es claro: «No se puede sacar más agua de los acuíferos». Recuerda el rechazo de la UE al Plan Hidrológico del Govern balear y que la Comisión Europea «afirma que deben tomarse medidas urgentes para recuperarlos». Además, exige a los gobernantes «la aplicación de una política de recursos hídricos responsable y coherente».

Morgan critica la falta de actuación de las instituciones para solucionar las «pérdidas» de la red de agua. «No le podemos estar diciendo a la gente que haga un consumo responsable si luego la Administración no hace nada», apunta mientras atiende el puesto de Amics de la Terra, donde animan también a la gente a cambiar de compañía eléctrica para que la energía que consumen en casa sea «limpia y renovable». «Cualquiera que quiera informarse, que venga los martes, o que nos llame para concertar una cita», comenta la presidenta de Amics de la Terra, que reta a los más valientes a colocar placas solares en su casa. «Yo tengo y estoy encantada», afirma mientras Juanjo Torres atiende a una de las primeras participantes en el test de las energías, que deposita sus respuestas y su nombre en una urna para ver si se lleva a casa el lote de productos ecológicos que sortea la asociación.

Algunos turistas cotillean entre la ropa de segunda mano que vende la Fundació Deixalles y se sorprenden al ver la buena pinta que tienen las frutas y verduras ecológicas de uno de los puestos. Greenpeace pide a todo el que pasa que firme para la conservación del Ártico y los vecinos de es Fornàs explican a todo aquel que se acerca que no quieren tendidos eléctricos en su valle.

Cerca del escenario un carrito de la compra llama la atención de los que pasan por la plaza. Está lleno de envases vacíos: porexpán, latas, garrafas, tetra bricks, bolsas... El objetivo es que la gente se dé cuenta de los residuos que genera una familia. «Reciclar está muy bien, pero no se puede reciclar todo», lamenta Jordi Salewski, de Amics de la Terra, que destaca que una buena medida para reducir los residuos domésticos es «comprar a granel». Para que sea más fácil entrega a los que se interesan un listado de tiendas de la isla en las que se pueden encontrar legumbres, frutos secos, setas, harinas, miel, cereales, especias, fruta, verdura, jabón, té y café al peso. «No tiras nada porque puedes escoger la cantidad que compras y es más económico», insiste Salewski.

En el centro de la plaza, esperando que lleguen los niños, una enorme pancarta aún blanca rodeada de botes de pintura y pinceles. «Otros años habían venido algunos colegios», comenta Morgan mientras Benbeniste pasea de estand en estand con Federica Tesoriero, italiana implicada en la creación de Aeolian Preservation Fund, fundación hermana de la ibicenca que tendrá como objetivo cuidar el entorno de las islas Aeolias. «Casi todo el mundo tiene que buscarlas en el mapa, la más conocida es Stromboli», comenta Benbeniste. «Están al norte de Sicilia», apunta Tesoriero, que estos días recorre la isla acompañada de Benbeniste para intercambiar ideas sobre la conservación del medio ambiente en las islas. «En un coche eléctrico. Es ideal para la isla y cargarlo sólo cuesta tres euros», destaca.