­El Consell ha encargado a la Escola d´Art de Ibiza la construcción de dos centenares de trampas para atrapar culebras de herradura y de escalera, especies invasoras que desde hace varios años proliferan por el campo ibicenco, especialmente por las zonas de Sant Rafel, Santa Gertrudis, Santa Eulària, Sant Miquel y Sant Llorenç, aunque se han detectado incluso en Cala Xarraca, Portinatx y hasta en sa Cala. Las cajas, un modelo a base de láminas de contrachapado que ha sido copiado del diseño creado por el Cabildo de Gran Canaria para atajar su particular plaga de serpientes (en el caso canario, de culebra real de California, que desde hace 16 años coloniza numerosos barrancos y que posiblemente proceda de terrarios de coleccionistas), son ensambladas por una docena de alumnos de ebanistería.

De momento, los jóvenes ya han acabado 80 trampas. Las demás estarán listas antes del 13 de abril, cuando empezarán a ser distribuidas por el campo, según explicó ayer por la mañana en rueda de prensa Elba Montes, técnico de Medio Ambiente del Consell que dirige este proyecto junto al también técnico Jaume Estarellas. Las jaulas se repartirán asimismo entre los vecinos de las zonas de la isla más afectadas que lo soliciten.

Un ratón como cebo

Las culebras penetrarán en las trampas a través de un embudo creado con una malla de plástico. Serán atraídas por un sabroso ratón que se colocará (vivo y coleando) en el interior de la caja de madera. Una vez entren, no podrán escapar pues no sabrán encontrar la diminuta salida. Un método similar se emplea, por ejemplo, para acabar con los avisperos. Montes afirma que el pequeño roedor no acabará en el aparato digestivo del reptil porque estará protegido por una jaula. Además dispondrá de agua y de comida para poder resistir al menos tres días, periodo tras el que cada caja será revisada.

Mientras Montes asegura la supervivencia del ratón, la suerte de la culebra -sea de escalera o de herradura (la bastarda hace tiempo que no se ve)- está echada: «Será sacrificada». No obstante, antes de ser eliminadas darán un último servicio a la ciencia: serán analizadas y además serán abiertas en canal para comprobar cuál es su menú gastronómico favorito.

Las que han estudiado hasta el momento acumulaban en sus tripas un contenido altamente preocupante: lagartijas y dragones. Aunque no hacen ascos a nada: «Comen lo que les apetece en estado salvaje», afirma Montes. Desde roedores a gazapos e insectos o incluso pequeños polluelos de corral. Ya iberizadas (según los herpetólogos), han encontrado en la isla un hábitat que les va de maravilla, con sol, humedad, comida abundante y sin apenas predadores que las agobien, aunque ya han detectado que algunos gatos no solo atrapan ratones.

«Los expertos de la Península que han estudiado las culebras de Ibiza dicen que no las habían visto tan guapas en ningún otro sitio», contó ayer Antoni Marí, conseller insular de Agricultura que junto a Pepa Costa, responsable de Medio Ambiente, presentó esta iniciativa, que tiene un coste de 6.000 euros para la construcción de las cajas pero que asciende a 44.232 para todo el proyecto piloto. De esa cantidad, 23.000 euros corresponden a la segunda fase, en la que además de las trampas se empleará una unidad canina que olfateará los árboles (especialmente olivos) que se importen desde la Península hasta Ibiza, pues en sus raíces suelen ocultarse los reptiles.

Prueba satisfactoria

Las 200 nuevas trampas de madera (que tienen dos agujeros, uno a cada lado, así como una trampilla) que se colocarán en breve, se sumarán a las 60 de PVC -el conseller Marí las calificó como «más precarias» que las nuevas- que en 2014 se repartieron por el campo ibicenco, así como otras 40 de tipo tablero. Seis como las que preparan estos días los alumnos de ebanistería de la Esc0la d´Art de Can Cifre ya se usaron el pasado año a modo de prueba. Según Elba Montes, la experiencia fue satisfactoria, ya que se capturaron dos culebras.

Antoni Marí explicó ayer que aunque la competencia para tomar medidas contra la invasión de serpientes está realmente en manos de la conselleria balear de Medio Ambiente, han encontrado un hueco legal que les permite afrontar por sí mismos este asunto: la excusa perfecta es que las culebras de herradura y de escalera tanto comen lagartijas como perdices o gazapos, por lo que además de dañar especies endémicas tienen mosqueados a los cazadores ibicencos. Así que el departamento de Caza, integrado en el de Agricultura y Pesca y cuyas competencias sí que pertenecen ya del Consell de Ibiza, asume la responsabilidad.