ivissa nació al turismo de masas en los años sesenta. Desde entonces esta industria ha sido el principal sustento de la economía insular, sino el único. Y con los años la isla ha evolucionado hasta convertirse en una referencia internacional. Hasta situar la marca Ibiza como una de las más potentes del mundo, que atrae inversores y empresas de todos los continentes ávidos de relacionar sus negocios con la isla para su expansión global.

Para dialogar acerca de la situación actual del turismo en las Pitiusas y sus perspectivas a medio y largo plazo, el Banco Sabadell y Diario de Ibiza han reunido a representantes de las principales empresas y asociaciones turísticas pitiusas en un desayuno-coloquio en el que se apuntaron no pocas claves imprescindibles sobre los retos y la problemática del sector, y sobre cómo encarar su pervivencia con el mismo nivel de éxito alcanzado hasta ahora. En el encuentro se abordó desde la falta de seguridad en la isla a la disparidad de ordenanzas e incluso de normativas urbanísticas entre los municipios (lo que ralentiza la tramitación de proyectos), pasando por la insuficiente implicación de los responsables políticos no solo en las reclamaciones de mejoras ante los gobiernos de Mallorca y Madrid, sino también en la limpieza, conservación y puesta a punto de los espacios públicos antes de la temporada, o por la estrategia de promoción de las islas. Un intercambio de puntos de vista difícil de repetir por la cualificación de los participantes.

Alonso Marí Calbet, expolítico y propietario del grupo Alonso Marí (con Insotel como división hotelera); Carmen Matutes Prats, consejera del Grupo Empresas Matutes; Marc Rahola Matutes, fundador de Ocean Group; Tolo Sbert, director general del Grupo Cursach Ocio de Mallorca y ex director general de turismo del Govern; Pedro Matutes Barceló, director general de Sirenis Hotels&Resorts; José Luis Benítez, gerente de la Asociación Ocio de Ibiza; Juanjo Riera, presidente de la Federación Hotelera pitiusa, y Lucas Prats, presidente del Fomento del Turismo de Ibiza (los dos últimos, también hoteleros), se sentaron alrededor de la mesa durante dos horas para reflexionar abiertamente sobre la industria turística y del ocio, tan fascinante y cambiante. Junto a ellos, Pedro Ballester y José María Martín Rigueiro, jefe de zona en Balears y responsable de la unidad de negocio turístico del Banco Sabadell, respectivamente.

«¿Dónde estamos, hacia dónde vamos y cómo hemos de llegar a ese objetivo de superación que nos trazamos constantemente y que nos obliga a estar siempre en vanguardia del sector turístico?». El primer envite lanzado por el director de Diario de Ibiza, Joan Serra, que moderó el debate, fue aceptado por Sbert: «Ibiza ha sido valiente, sus políticos han sido valientes y apostaron por el sector del ocio y el entretenimiento».

Esta decisión ha posicionado la isla en el mundo, añadió. Incluso en Mallorca, como reconoció el directivo de Cursach Ocio: «La suerte que tenemos es que de alguna manera estamos empezando a copiar ese modelo».

El éxito de Ibiza ¿está sirviendo para modernizar y reconvertir su oferta y su planta hotelera?, inquirió de nuevo Serra. «Absolutamente», respondió convencida Carmen Matutes. «Hace solo seis o siete año solo teníamos un hotel de cinco estrellas en la isla, el Na Xamena. En poco tiempo se abrió el Ibiza Gran Hotel y se reformaron muchos hoteles de tres estrellas para convertirlos en cuatro estrellas, elevando la calidad de la planta hacia un nivel medio-alto». Esta inercia se ha acelerado en los últimos años, matizó Matutes, mejorando una oferta con «cierta obsolescencia lógica» porque la mayor parte de los establecimientos se abrieron en la década de los setenta. Esta reconversión de los hoteles y los nuevos productos que ofrecen han permitido «posicionar la isla en el mundo y que su marca siga siendo tan potente». «Tenemos que vender experiencias nuevas -recalcó-, porque no podemos competir [con otros destinos turísticos] en costes bajos .

Una planta hotelera no tan lujosa

Esta apreciación, compartida por todos, fue no obstante matizada por Pedro Matutes, quien explicó que ha estado analizando la evolución de la planta hotelera ibicenca en las últimas dos décadas y en periodos de cinco años. Su conclusión, sorprendente: «Ahora tenemos la idea de que todo es lujo, pero con respecto al resto de las islas e incluso de forma estática con la Costa del Sol o Tenerife, nos damos cuenta de una realidad diferente: nuestra categoría media, al menos hasta 2013, último año con datos oficiales, está por debajo». Sí coincidió con el apunte de Carmen Matutes en el sentido de que la optimización de la planta está siendo bastante brusca en los últimos años». «Tenemos la perspectiva de casos llamativos, pero, ojo, detrás hay 80.000 plazas turísticas cuya categoría media es mucho más baja de lo que pensábamos», sentenció el director general de Sirenis.

Alonso Marí, que posee negocios hoteleros en todas las Balears y de cinco estrellas salvo en Formentera, subrayó la necesidad de no dar la espalda a la ingente masa de plazas hoteleras de menor categoría: «Deben tener también su manera de ganarse la vida», advirtió. También destacó el salto de calidad dado por los empresarios pitiusos. «En Ibiza -dijo- se han hecho más cosas de lujo en los últimos años que en Mallorca». Al respecto, Sbert indicó que en esa isla, donde el Grupo Cursach inicia ahora su andadura hotelera, se han «puesto las pilas» al calor de la inventiva pitiusa pero, sobre todo, tras la declaración de la Playa de Palma y Magaluf como zonas maduras por parte del Govern. «Hay una reinversión importante del sector turístico» en estos dos puntos calientes de la isla vecina, donde consideran, apuntó, que Ibiza atrae a turistas de mayor poder adquisitivo: «Aquí tenéis el sello de que hay que ir con la cartera más llena; esto no lo hemos logrado en Mallorca y evidencia la potencia de la marca Ibiza», reconoció.

Alonso Marí le rebatió explicando que en los hoteles de Mallorca no pueden aplicarse los mismos precios que en Ibiza. Carmen Matutes le secundó y explicó que Mallorca tiene más territorio y, por consiguiente, «más competencia». «La gente que viene a Ibiza -afirma- acepta pagar más porque la isla tiene unos kilómetros limitados», hay menos oferta y más facilidad para tenerlo todo muy cerca. «Lo que echo de menos -advirtió- es que seguimos teniendo una parte de la oferta complementaria algo obsoleta y que cobra demasiado, lo que daña la imagen de la isla en general». También hizo Matutes una defensa del ´todo incluido´ en los hoteles: «Se denosta y me parece un error. Primero, el ´todo incluido´ no existiría si no hubiera una demanda, y además no implica que vengan hoolingans o que no gasten. Es un turismo familiar que coge esta oferta por comodidad y que además sale igualmente del hotel y consume en el exterior».

Un camino iniciado en los sesenta

En este punto, Marc Rahola diseccionó la evolución de la industria desde los sesenta, destacó que las mejoras no fueron necesarias durante 40 años porque para competir bastaba entonces con devaluar la peseta, y alertó de que ahora «es necesaria una reindustrialización, que se está produciendo, para poder seguir siendo competitivos». Además, apuntó la «clave del éxito» dentro de este mundo: «Lo más importante es apostar por el servicio, que se traslada al cliente a través del personal. La única manera de rentabilizar una estructura de costes es tener y potenciar el talento».

Este inquieto e innovador empresario tampoco cree en la calificación de la calidad mediante estrellas («en Estados Unidos no existen», recordó), y considera «esencial tener una idea y desarrollarla, y si va acompañada de estrellas, mucho mejor».

Marí, de los más activos en el coloquio, incidió en la cada vez mayor importancia de Internet en las ventas y destacó que en Insotel las han «doblado» en los últimos años. Esta venta directa ofrece al empresario una posición de fuerza ante los mayoristas, que suelen presionar para bajar precios. También incidió en que «cualquier inversión que se programe por debajo de un GOP (Gross Operating Profite, es decir, el resultado de explotación) del 30% es un fracaso económico. ¿Hasta dónde llegar? Hasta un 50% con independencia de las estrellas. Para mí, es la manera de afrontar este negocio, dijo.

El guante económico fue recogido por Martín Rigueiro: «Nosotros hacemos un análisis más frío». El directivo del Sabadell destacó la importancia de mejorar las cuentas de explotación y la rentabilidad y aportó una reflexión: «Hablamos de récords de turistas y de ingresos, pero al final son 65 millones de turistas [al año en todo el país] y 65.000 millones de gasto turístico. El gasto medio no se incrementa y el aumento de la actividad se traslada de manera muy lenta a las cuentas de explotación», que instó a mejorar «trabajando en la rebaja de las partidas de costes». Y aportó un dato más: «El 85% de la planta hotelera son pequeños negocios con el reto de ser competitivos». Y también una crítica: «Aún recibimos pocas operaciones de mejora, por ejemplo, de la eficiencia energética, donde cualquier mejora sensible aumenta la cuenta de resultados».

Juanjo Riera abundó en este razonamiento y puso como ejemplo al empresario Toni Palau, del hotel Garbí, que «fue de los primeros en reformar su establecimiento y que este año mejora la mitad de las habitaciones». «La mayor parte de los empresarios te dicen que lo que quieren es que su negocio no se muera». A continuación, el presidente de los hoteleros pitiusos, el más reivindicativo en este encuentro, lanzó su primera regañina a los políticos: «Los hoteleros están muy preocupados por su falta de mentalidad», afirmó, antes de mostrar su apoyo al plan de excelencia del Grupo Empresas Matutes en Platja d´en Bossa y criticar que «cada año haya que recordar a los ayuntamientos que a estas alturas todo debería estar listo y los espacios comunes y públicos, preparados para recibir a los turistas». «¿En qué cabeza cabe que queramos abrir la isla en abril si hasta junio no se otorgan las concesiones de playa?», se preguntó.

También aludió Riera al problema del abastecimiento de agua. «Las patronales a veces no sabemos qué hacer con las administraciones. Cuando vamos a Mallorca, nos dicen: ´´Madrid me mata´´. Y yo pienso: ´´¡A mí me matan Mallorca y Madrid!´´ Y no hablemos de Formentera...». En este punto, lamentó la falta de inversiones del Estado en las Pitiusas, una apreciación que todos compartieron.

«Siempre hemos sido los últimos de las 17 comunidades autónomas» en inversión, apuntó Alonso Marí.

«Faltan infraestructuras públicas», apoyó Lucas Prats. «Es un problema de las instituciones en general», añadió Carmen Matutes, quien explicó así la inacción o la indecisión de muchos políticos: «Si no hago nada no me equivoco, y si hago algo, por algún lado recibiré». Entre las muestras de apoyo general, Matutes advirtió de que con esta parálisis institucional se ha entrado «en una dinámica muy costosa y ahora mismo sacar adelante un proyecto en Ibiza es casi una heroicidad». «Es algo general en España, pero en Ibiza es flagrante», afirmó. «Eso -añadió- crea desasosiego y desánimo entre los jóvenes».

La inalcanzable desestacionalización

En sus consideraciones sobre la insuficiente ayuda de las instituciones, Carmen Matutes abrió el melón de uno de los problemas principales de la industria: la desestacionalización, aunque todos creyeron conveniente sustituir este concepto por el de ´alargar la temporada´. Y al respecto destacó la importancia de la industria de la música para Ibiza («somos una potencia mundial en este terreno») y la necesidad de potenciar otros productos: «Podemos aportar mucho más, ofrecer otras posibilidades». «Nosotros [desde el Grupo Empresas Matutes] apostamos muy fuerte por el turismo de congresos y convenciones. La isla tiene muy buenas condiciones para desarrollar este segmento por su buen clima y su situación geoestratégica». «Si alargamos la temporada -prosiguió-, aumentamos el número de clientes y el gasto medio turístico sube». Esta posibilidad abriría «un nicho de mercado realmente importante para hoteles pequeños», enfatizó.

¿Y qué se debería hacer para alargar la temporada?, preguntó entonces a los presentes Joan Serra.

Rápido, Marc Rahola recogió el guante: «Del mismo modo que hemos hablado de una reindustrialización de la hostelería, debería producirse otra reindustrialización de las instituciones para que den un servicio acorde con la realidad». Rahola recordó que la isla «está ahora en una senda de éxito» pero advirtió de que «solo se cambian las cosas cuando se produce un fracaso».

Para apuntalar su argumentación, criticó: «No tiene sentido que cada municipio regule de una manera su ordenación urbanística, su servicio de taxi o que tenga su propia política de limpieza. Hay que mancomunar servicios», sentenció.

«Si cada municipio va por su cuenta llegaremos a una situación de difícil solución». Rahola apostó por «una reflexión más madura por parte no solo de las instituciones sino también de los políticos», y alertó: «Si las instituciones no colaboran aportando estabilidad (?) no podremos consolidar una apertura más prolongada de la temporada, empezando por los extremos».

Juanjo Riera defendió el trabajo de la consellera ibicenca de Turismo, Carmen Ferrer, y recordó que en la última feria de Berlín anunció un proyecto para abrir la isla ´por zonas´ para prolongar la actividad. Pero insistió en sus críticas a los ayuntamientos: «No podemos abrir antes cuando no se dan las concesiones de playa hasta junio o no se retira la basura de las playas». Y remachó: «Son problemas de los que hablamos hace 50 años».

Riera también hizo autocrítica: «Desde las patronales nos hemos vuelto un poco funcionarios», señaló, frente a los políticos, al no ser más combativos.

Sin sintonía con los políticos

Sobre la capacidad de los empresarios turísticos para actuar de manera coordinada, el director de Diario de Ibiza preguntó si es cierto que los de Mallorca consiguen más cosas porque son capaces de unirse y actuar juntos en sus reivindicaciones. Juanjo Riera reconoció: «La Federación Hotelera de Mallorca tiene mucha fuerza, mucho peso ante cualquier partido político. Echo en falta más unidad entre las patronales y ser más reivindicativos ante las administraciones».

Esta falta de sintonía con los gestores políticos, ¿también se produce en Mallorca?, interrogó entonces Joan Serra. «Abrí un hotel el año pasado en Calvià», relató Marc Rahola, «y tienen una velocidad, una agilidad administrativa que aquí no existe». «Es que en Mallorca están mejor preparados en todos los aspectos», apuntó entonces Alonso Marí, percepción compartida por Riera, que les dio la razón citando una reflexión anterior de Carmen Matutes: «A veces las instituciones dejan de hacer cosas por temor a equivocarse. Y mientras tanto pasa el tiempo...».

El lado positivo de la competencia de Mallorca lo aportó José Luis Benítez, quien destacó que Ibiza, al ser una isla de tamaño más reducido, ofrece la posibilidad de «disfrutar de un beach club, luego de una playa tranquila y después pasear por el puerto antes de ir a una discoteca; esa ventaja la da la isla por sus características, no los buenos hoteles o las grandes discotecas». «Pero podemos morir de éxito». Benítez recogió otra afirmación anterior de Alonso Marí y señaló la necesidad de contar también con «esos hotelitos gestionados por familias preocupadas por hacer las cosas bien». ¿Por qué? «El lujo necesita una masa que no puede pagar un cinco estrellas», respondió.

Abundando en la propuesta de Carmen Matutes, Benítez apostó por el turismo de convenciones y congresos para trabajar más meses: «Ibiza puede estar cerrada con llave en diciembre y enero pero el resto de meses tenemos que abrir». Para lograrlo, insiste en la necesidad de que las instituciones se impliquen más, «por ejemplo incentivando a los empresarios que abran no cobrándoles por las terrazas o algunas tasas durante esos meses», propuso.

Carmen Matutes intervino entonces señalando la necesidad de «trabajar en equipo» con las administraciones, pero también hizo autocrítica: «Echo de menos que la gente que tenemos algo de talento que aportar en este tipo de negocio nos sentemos para avanzar unidos».

Respecto a la temporada, Marí Calbet recordó que sus hoteles en Mallorca llegaron a abrir todo el año.

¿Qué pasó para acabar con una temporada de seis o siete meses? «Apareció Canarias y desapareció el turismo de invierno», explicó el empresario. Sbert confirmó esa tesis y recordó que Mallorca nació precisamente como «una isla de turismo de invierno». En el caso de Ibiza, «no es un problema de oferta, que existe», comentó Pedro Ballester, a lo que Juanjo Riera replicó que Ibiza «tiene muchos hoteles pequeños que estarían encantados de abrir si hubiera una continuidad con los vuelos a primeros de marzo».

De hecho, el presidente de los hoteleros informó de que varias compañías aéreas de bajo coste ofrecen vuelos en esas fechas. «Tenemos la oportunidad de abrir buena parte de la isla en Semana Santa.

¿Seremos tan tontos como para no aprovechar esta oportunidad?». Y volvió a fustigar a los políticos: «A veces me da la impresión de que el Consell va por un lado y los ayuntamientos, por otro», señaló respecto a la promoción de la isla fuera de temporada y la ausencia de actividad de los consistorios para adecentar los espacios públicos.

Pedro Matutes relató que, siendo presidente de la Federación Hotelera, tuvo la oportunidad de coordinar el Plan de Marketing 2005-2010, una herramienta que «no tuvo en cuenta el turismo musical, una verdad incómoda entonces». «Decidimos incluirla como una oferta más, pero la isla ahora no es solo música, su auténtica fuerza radica en la diversidad de su producto». En cualquier caso, destacó la «potencia» de la oferta musical, y para apuntalar esta sentencia, aportó un dato: «En el gasto turístico por cama más o menos estamos igualados con el resto de las islas en temporada baja. Pero en julio y agosto se dispara: es una constante de los últimos años».

Esta circunstancia llevó entonces a los empresarios a sugerir al Consell que destinase fondos para promocionar otras ofertas más allá de la música, «que tiene notoriedad mundial». El director general de Sirenis recalcó que el Plan de Marketing de Ibiza establecía que el mundo de la música «no debería interferir con el resto de sectores, un tema polémico» y no llegar hasta las playas, que «son un activo común», aunque esa advertencia cayó en saco roto. El cambio de perspectiva desde entonces es tal que Pedro Matutes advirtió de la posibilidad de que el sector turístico y el de la música, «que da de comer a miles de personas, al calor de los cambios políticos pueda pasar a una situación de bloqueo total», de marginación.

Una isla «fuerte»

Carmen Matutes respondió que la isla «es fuerte» a nivel turístico y que nació al mercado «antes de que abriera la primera discoteca». «Es necesario que convivamos -señaló- porque hay mucha gente que quiere cierta música relajada en la playa. No es malo, siempre y cuando exista la alternativa de la tranquilidad, que en Ibiza la tenemos. Pueden coexistir, solo hay que regularlo», afirmó en coincidencia con Alonso Marí.

Precisamente esa necesidad de regular acaparó parte del debate posterior. Para Rahola, «el problema es que la política va por detrás de la realidad», mientras Pedro Matutes destacó la necesidad de «pensar también en los residentes». Los intereses de estos y los de los turistas «por lo general siempre han sido bastante convergentes», describió, y puso como ejemplo «la seguridad» o «que las zonas públicas comunes estén limpias».

La inseguridad jurídica que planeó en muchas de las críticas empresariales , «¿también se da en Mallorca?», quiso saber Joan Serra. «Igual», certificó Sbert.

Lucas Prats puso como ejemplo de inseguridad y mala regulación la normativa contra los party boats, que «penaliza al propietario de los barcos por lo que pueden hacer quienes los alquilan», algo que, recordó, «también sucedió con los taxis ´pirata´ y los rent a car». «Se llegan a legislar cosas absurdas», criticó.

La imagen de las discotecas y la de la isla

Joan Serra introdujo después en la conversación el tema del control de la imagen de Ibiza en el exterior y su posible distorsión por las campañas de algunos negocios que efectúan grandes inversiones publicitarias. Sbert confirmó ese riesgo y constató la dificultad de ejercer ahora un control de la imagen de la isla. Como ejemplo señaló el caso de los djs «verdaderas estrellas» que en algunos casos, «como David Guetta, tienen 51 millones de seguidores en la red. Cuando dicen que pincha en tal sitio, la información promocional llega de inmediato a esos 51 millones», enfatizó.

Por ello, este empresario mallorquín predijo un futuro poco halagüeño para el turismo familiar, lo que rebatió Carmen Matutes: «Sigue siendo mayoritario en las islas», adujo, y reiteró que ambos mercados «pueden y de hecho han coexistido ya». Todos señalaron cierta «demagogia» por parte de algunos medios de comunicación a la hora de vender lo contrario.

En cualquier caso, esa «potente» imagen que tiene la marca Ibiza en el mundo ha servido a muchos negocios para promocionarse en el exterior. Pero ahora, señaló Pedro Matutes, sucede algo curioso «que no estamos percibiendo». «Antes exportábamos marca», pero desde hace un par de años «son las grandes marcas del mundo las que vienen a la isla para asociar su nombre al de ellos». Puso como ejemplos «el Nikki Beach, que fue el primero, Cavalli o Cipriani». Este desembarco de primeras firmas mundiales trae este verano la que para Matutes es «la noticia turística de la década: la propuesta de los hermanos Adrià y el Cirque du Soleil», marcas «mundialmente famosas y que además no están directamente relacionadas con la música, sino con el arte, la creación» «Nos hemos convertido en importadores de marcas y eso está bien porque nos diversifica», concluyó entre la aprobación general («es un éxito para la isla», remató Alonso Marí).

Riesgo de «despersonalizar» la isla

No obstante, Pedro Matutes advirtió del riesgo de «despersonalizar» la marca Ibiza. «El reto es mantener nuestra esencia, un perfil diferente» al resto de destinos turísticos, animó.

Marc Rahola se mostró coincidente con este análisis y añadió que hoy en día, «compiten entre sí las grandes ciudades como Barcelona, Nueva York, Madrid o Milán». «Lo bueno», a su entender, es que «Ibiza se ha convertido en una nueva marca y vienen empresas a asociarse a ella para competir en un mercado global. Es algo muy potente».

«La mejor vía que teníamos para controlar la imagen era el Plan de Marketing», destacó en este debate Carmen Matutes, pero el problema es que «no tuvo continuidad». «Ojalá nos sirva de ejemplo para que, esté quien esté en las instituciones [a partir de las elecciones de mayo] vuelva a hacer ese esfuerzo», deseó.

Pese a las reticencias de muchos empresarios del sector, los negocios del ocio nocturno parece que tienen bastante interiorizada la idea de que «no vale solo con vender fiesta y una discoteca», como apuntó su representante, José Luis Benítez. Relató que en la última feria de Madrid, Fitur, a la que acudieron con el Consell «después de mucho negociar», dedicaron el fin de semana «a repartir productos de marketing de nuestros asociados, de las discotecas, y logramos que el estand ibicenco fuera el más visitado», algo nada baladí si se tiene en cuenta que esta última edición concentró a 9.419 empresas expositoras de 165 países. «El propio empresario del sector del ocio se ha dado cuenta de que tiene que vender otra imagen más allá de la diversión. Saben que los turistas vienen a Ibiza para disfrutar de otras muchas cosas», explicó Benítez.

Desde el punto de vista de los bancos, ¿hay ahora financiación para los nuevos proyectos empresariales o se centra más en la renovación de los que existen o en las propuestas de empresas que ofrecen más garantías?, interrogó Serra a los directivos del Sabadell. «Hay financiación para cualquier proyecto que tenga visos de viabilidad -respondió Martín Rigueiro-, siempre y cuando las cuentas lo respalden, será estudiado por nosotros». «Es una cuestión de oferta», explicó el responsable de negocio turístico de la entidad.

Alonso Marí Calbet, Grupo Insotel: «El problema de Mallorca es que tiene los precios más bajos»

Insotel posee hoteles en todas las islas pero Alonso Marí advierte de que en Mallorca «tienen el problema de los precios», que de media son más bajos que en Ibiza, Formentera o Menorca. El expolítico también lamenta la falta de inversión pública en Balears: «Siempre hemos sido los últimos de las 17 comunidades autónomas» en cuanto a las inversiones del Estado.

Carmen Matutes Prats, Grupo empresas matutes: «Ahora mismo sacar un proyecto adelante en Ibiza es una heroicidad»

Carmen Matutes advirtió de que debido a cierta inacción de las instituciones, «hemos entrado en una dinámica muy costosa y ahora mismo sacar adelante un proyecto en Ibiza es casi una heroicidad. Es algo general en España, pero en Ibiza es flagrante». «Eso -añadió- crea desasosiego y desánimo entre los jóvenes», apreciación que apoyó el resto de los contertulios.

Marc Rahola Matutes, Ocean Group: «Debería producirse una ´reindustralización´ de las instituciones»

«Del mismo modo que hemos hablado de una reindustrialización de la hostelería, debería producirse otra reindustrialización de las instituciones para que den un servicio acorde con la realidad». Marc Rahola lamentó la diversidad de normas entre los diferentes ayuntamientos de la isla o la falta de servicios mancomunados y alertó de la falta de agilidad administrativa que deben sufrir los empresarios.

Tolo Sbert, Grupo Cursach Ocio: «En Mallorca estamos empezando a copiar el modelo de Ibiza»

El director general del Grupo Cursach valoró la «valentía» tanto de los empresarios como de los políticos ibicencos por «apostar por el turismo de ocio», fórmula que se empieza a copiar en Mallorca. Debido a este «sello de calidad», Sbert entiende que Ibiza se ha ganado a nivel mundial «la imagen de que hay que ir con la cartera más llena» que en otros destinos turísticos.

Pedro Matutes Barceló, Sirenis Hotels&Resorts: «El reto más importante es mantener nuestra esencia, un perfil diferente»

El empresario y expresidente de la Federación Hotelera pitiusa señaló que desde hace un par de años «son las grandes marcas del mundo las que vienen a Ibiza para que asociar su nombre con ellos». No obstante, advitió del riesgo de «despersonalizar» la marca Ibiza. «El reto es mantener nuestra esencia, un perfil diferente», animó el director general de Sirenis Hotels&Resorts.

Pedro Ballester, Banco Sabadell: «Ibiza no tiene un problema de oferta para abrir más meses»

Para el responsable en Balears del Banco Sabadell, en Ibiza en posible alcanzar la deseada desestacionalización porque la isla «no tiene un problema de oferta», tanto hotelera como de negocios del sector complementario, para abrir «más meses» aparte de la temporada estival. En esta consideración coincidió con todos los presentes en este desayuno de expertos en turismo.

José María Martín, Banco Sabadell: «Cualquier proyecto que tenga visos de viabilidad es estudiado por nosotros»

Responsable de la unidad de negocio turístico del Sabadell, Martín Rigueiro explicó que esta entidad bancaria tiene en cuenta todos los proyectos que pueden ser viables y animó a los empresarios a invertir en la reducción de costes. Puso un ejemplo: «Aún recibimos pocas operaciones de mejora de eficiencia energética, donde cualquier mejora sensible aumenta la cuenta de resultados», aseguró.

Juanjo Riera, Federación empresarial hotelera: «No podemos abrir antes si dan las concesiones de playa en junio o no se limpia»

El presidente de la Federación Hotelera pitiusa fue muy crítico con las administraciones, sobre todo con los ayuntamientos de Ibiza. «No podemos abrir antes cuando no se dan las concesiones de playa hasta junio», lamentó. «No se retira la basura de las playas», agregó, problemas sobre los que, según recordó el hotelero ibicenco, «hablamos desde hace 50 años».

Lucas Prats, Fomento del turismo: «A menudo los políticos llegan a legislar cosas absurdas»

Lucas Prats, presidente de Fomento del Turismo, puso como ejemplo de inseguridad jurídica en las islas algunas normativas, que «penalizan al propietario de los barcos por lo que pueden hacer quienes los alquilan». El empresario recordó que esta circunstancia «también sucedió con los taxis pirata y los rent a car». «Se llegan a legislar cosas absurdas», criticó.

José Luis Benítez, Asociación ocio de ibiza: «Ibiza puede cerrar en enero y febrero pero puede abrir más meses»

Benítez, como Carmen Matutes, rompió una lanza por el turismo de congresos para trabajar más meses: «Ibiza puede estar cerrada con llave en diciembre y enero, pero el resto de meses tenemos que abrir». Para lograrlo, insiste en la necesidad de que las instituciones se impliquen más, «por ejemplo incentivando a los negocios y no cobrando por las terrazas durante esos meses», propuso.