Vecinos de Sant Rafel han denunciado el envenenamiento de varios perros en esta localidad. De ellos, uno ya ha fallecido.

Según se ha difundido en las redes sociales, el veneno se ha localizado en fincas situadas detrás de Can Parentona, donde se han encontrado recipientes de comida que contienen un veneno de color azul.

Desde la clínica veterinaria Vidal-Pereyra, en declaraciones a Europa Press, han alertado sobre estos envenenamientos. "Ponen un producto de color azul intenso mezclado con la comida y muy cerca de las casas. Uno de los perros ha fallecido y otro ya está mejor y ya se ha dado aviso a la Guardia Civil para descubrir quién está poniendo estos tóxicos", han explicado.

Responsables del centro han lamentado que estas prácticas "suelen ser habituales" y han recomendado que, en caso de detectar en los animales algún comportamiento anómalo, lo mejor es trasladarlo de urgencia a la clínica veterinario o provocarle vómitos.

"Si vemos que el animal presenta síntomas extraños, está desorientado o sufre convulsiones, hay que llevarlo al veterinario. Muchas veces, si no ha pasado mucho tiempo desde la ingesta del veneno, si se le hace vomitar podemos salvarle. Para hacerle vomitar se puede usar agua oxigenada, aunque si ya ha entrado en coma o tiene los reflejos disminuidos, es mejor no provocárselo", han explicado.

"El veneno podría comerlo un niño. Son casos muy importantes que pueden tener gravísimas consecuencias. Por los síntomas que hemos visto, los perros envenenados tienen convulsiones y salivan mucho, así que pensamos que puede tratarse de veneno para matar caracoles o babosas", han dicho.

Desde el centro veterinario han recordado además que el animal, aunque se salve, es probable que sufra graves consecuencias y tarde en recuperarse.