Cuatro sindicatos del hospital Can Misses (CSIF, USAE, CCOO y UGT) denunciaron ayer que el retraso del traslado al nuevo edificio se debe a las «graves deficiencias» que presenta y señalan que los profesionales se mudarán «cuando racionalmente proceda, es decir, cuando se garantice la seguridad para los pacientes y los trabajadores». Además, consideran que sería «una grave irresponsabilidad» hacerlo antes de que esté asegurada «la asistencia en las condiciones adecuadas a cada servicio». Entre los casos más graves que impiden el traslado, los trabajadores apuntan al servicio de Radiología. «Se solicitó incluso la paralización del servicio y una nueva revisión del radiofísico de Palma y el del Consejo de Seguridad Nuclear debido a las graves deficiencias detectadas en sus revisiones por los delegados de prevención del área de salud», señalan los representantes de los trabajadores, que critican que aún no se les ha facilitado «copia de los informes que avalan la seguridad» del servicio.

Estos sindicatos responden así a las declaraciones del gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Ignasi Casas, que señalaba que sería posible trasladarse ya al nuevo hospital, pero que los diferentes servicios están intentando solventar las deficiencias antes de ocupar los nuevos espacios. Las palabras exactas de Casas fueron: «Le digo a los profesionales que, si quieren, mañana mismo nos vamos allí. ¿Podemos hacerlo? Sí. ¿Encontraremos problemas? Sí. La cuestión es: ¿qué grado de problemas queremos encontrar?».

Los sindicatos consideran que el gerente «traslada los profesionales la responsabilidad del retraso en el traslado al nuevo hospital» y consideran que la demora es «consecuencia directa de la incapacidad del gerente para hacer cumplir los pliegos de contratación firmados con la concesionaria, incumpliendo plazos y condiciones de entrega».

Sin contar con los trabajadores

Los representantes de los trabajadores de Can Misses niegan que las deficiencias del nuevo edificio sean «cosas pequeñas», como aseguró el gerente. Aseguran que hay «problemas» en varios de los servicios y que estos se deben a que no se han tenido en cuenta las peticiones de los trabajadores y a que la recepción del edificio se hizo «a toda prisa, sin estar acabado». En este sentido, destacan especialmente las carencias de seis espacios:

Rehabilitación. Los sindicatos afirman que se retrasó el traslado «porque las paredes no reunían las condiciones para soportar el aparataje del servicio». Aseguran que hubo que reforzarlas y que en estos momentos «aún faltan enchufes para poder trabajar». Critican que las puertas de entrada son manuales.

«Imaginemos la dificultad de entrada de los usuarios con muletas o sillas de ruedas», apuntan.

Radiología. Insisten en la falta de seguridad: «Hace unos días se podía pasar una libreta gruesa bajo la puerta plomada de la sala en la que se efectuaban las pruebas». De hecho, explican que durante el tiempo que se ha estado haciendo la formación de los profesionales del servicio algunas salas «tenían las puertas sin poner». Además, dicen que la resonancia magnética «está rota».

Urgencias. Los trabajadores explican que el mostrador principal mira hacia el interior del servicio en vez de hacia la calle, desde donde llegan los pacientes. Critican también que las puertas son manuales, no automáticas.

UCI. «No hay desagüe ni tomas de agua en el interior de los boxes, cuestión especialmente grave cuando hay aislados», comentan los sindicatos, que critican la falta de visibilidad de los pacientes que tienen los profesionales.

Quirófanos. Los trabajadores afirman que no se podrán abrir los ocho quirófanos con los que cuenta el nuevo hospital «porque no hay suficiente material ni aparataje» para todos. De hecho, están convencidos de que será necesario equiparlos con parte del material del viejo hospital.

Gabinete de función pulmonar. «No hay tomas de oxígeno ni gases medicinales: las han puesto en las consultas», denuncian.

Además, insisten en que profesionales de diferentes servicios «hace tres años» que solicitaron cambios en el edificio nuevo, modificaciones que, denuncian, «no se han llevado a cabo todavía». Entre estos destaca la falta de toma de datos de la sala de endoscopias, algo que consideran «fundamental».

De la misma manera, critican que los servicios que ya prestan atención en las nuevas instalaciones «siguen detectando incidencias». «Los mostradores son demasiado altos y no hay suficiente visibilidad, algunos habitáculos son excesivamente estrechos en contraste con los amplios pasillos», aseguran.