´El color vuelve a casa´... «De donde nunca se tuvo que irse». El conseller ibicenco de Industrial, Vicent Roig, añadió esa coletilla al lema de la fiesta del orgullo gay que se celebrará en Ibiza del 8 al 12 de julio y que ayer fue presentada en Fitur en un acto que tuvo tanta expectación como el de los eventos deportivos programados para 2015.

Serán cinco días para los que los organizadores, que llevan tres años trabajando en esta convocatoria, ya han reservado 4.000 plazas hoteleras y que no solo se desarrollará en la Marina y en la calle de la Virgen.

El Gay Pride 2015 tendrá, además, espíritu reivindicativo. Sus padrinos, los empresarios Carlos Marredo y Kike Sarasola, ayer presentes en el acto, leerán un manifiesto. Para Sarasola, esa fiesta del orgullo homosexual «será la guinda» que necesita Ibiza como destino.

El presentador del acto, Juan Pedro Tudela, fundador de Gay Marketing Solutions, aseguró que ni Mikonos es tan conocida como Ibiza entre el mercado de gais y lesbianas. Recordó que el pasado verano llegó a la isla en el ´Atlantis´ con 6.000 «tíos» a bordo que en cuanto vieron la silueta de las Pitiusas se volcaron a babor y -exageró - casi hacen zozobrar la nave. Pero Tudela calló la parte negativa de esa experiencia: «Cuando bajamos al puerto, 2.000 tíos se quedaron sin autobuses en medio de la estación marítima de Formentera. La mitad eran americanos y ni siquiera encontrábamos a gente que hablara inglés. El conseller Vicent Roig estaba desesperado. Son fallos de los que se aprende», contó posteriormente a este diario.

Para el hace un año desesperado conseller, el Gay Pride ha de devolver ese segmento del mercado a la Marina, donde en los últimos años han bajado las ventas, según aseguró Roig.

Los pitiusos están entusiasmados con su estand, lleno desde primeras horas de la mañana. La gerente de Fomento del Turismo, Ángeles Nogales, cuenta que han pulido los errores del pasado año. Ahora todo va como la seda y no paran de negociar. «Es el triunfo de la conciencia de David», asegura. Goliat, claro, es Mallorca: «Ese sentimiento ha ido muy bien al sector. Nos ha hecho tomar conciencia de que unidos somos mejores. Lo que está ocurriendo aquí es fruto del esfuerzo colectivo. Y algo debemos estar haciendo bien cuando las cosas no nos van mal», subrayó.

En el estand hay «una colaboración y respeto impresionantes». ¿Y en el de Balears? Lo visitan, pero poco para no llevarse disgustos: «Vamos para ver qué han hecho en el ´Escaparate´, a ver qué han puesto». No lo saben de antemano porque no les dicen nada. Sus críticas a esa herramienta tecnológica van más allá de que, a pesar de haber costado 4,5 millones de euros, contenga errores y poca información o que el Govern no les facilite personal para llenarlo de contenido: «Dicen que es una novedad, pero llevamos ya tres años con eso».

La relación con el Govern es tensa: «De desencuentro y de desamor», clama Nogales. En la práctica casi no se pueden ver, hasta el punto de que el estand de Ibiza y Formentera se encuentra en la esquina de la derecha, nada más entrar en el gigantesco pabellón 7, junto a Cataluña, mientras el de Balears se halla casi en la otra punta en diagonal, pegado al de Melilla.

«Se nota que hay alegría»

Nogales cree que las presentaciones son realmente «de consumo interno, un esfuerzo» que se hace para demostrarse a sí mismos qué han logrado: «Pero es complicado lograr impacto mediático», admite.

Ayer, Ibiza compitió al mismo tiempo con otros 11 destinos cada vez que promocionaba algo. «En realidad, lo importante es ver a los ojos, mirar a aquellas personas con las que sueles hablar por teléfono.

Es cuando se entabla una relación», dice Nogales. Los negocios van luego mucho mejor. Otro aspecto importante, asegura, es la sensación que se da de cara al público: «Se nota dónde hay alegría, dónde hay buenas perspectivas. Eso la gente lo nota». ¿La hay en el estand pitiuso? «Claro. Yo estoy entusiasmada».