La fiscal solicita tres años de prisión para un supuesto miembro de una banda del Rolex que al parecer operaba en Ibiza en el verano de 2011. «Soy inocente», dijo en italiano el acusado, el joven napolitano L. A., que declaró por videoconferencia desde la prisión de Palma, en la que se encuentra recluido. En la sala de vistas del juzgado de lo Penal 2 de Ibiza, en la que se celebró la vista, estuvieron presentes su madre y su pareja.

El agente judicial acercó a la cámara fotografías que constan en el sumario, en las que aparecen el acusado y sus dos presuntos compinches en plena acción, grabados por las cámaras de seguridad del lugar en el que supuestamente perpetraron el robo. Ocurrió a las 6.46 horas del 16 de agosto de 2011 en la calle del ceramista Joan Daifa, la que une el paseo marítimo con la avenida 8 d´Agost.

Una turista salía de la conocida discoteca que está cerca cuando la asaltaron en la parada de taxis que se encontraba enfrente L. A. y otros dos jóvenes, según la acusación, le sustrajeron un reloj que llevaba en la muñeca. No ha trascendido su valor.

Los presuntos delincuentes huyeron pero la Policía Nacional comenzó una investigación a raíz de la denuncia de la víctima. Gracias a las grabaciones de locales próximos arrestaron a L. A. e identificaron a los que al parecer eran sus cómplices, que no fueron detenidos.

«No sé si soy yo, no se ve bien», repitió varias veces el encausado, que dijo «no estar seguro» de conocer a otro de los sospechosos. La representante de la Fiscalía calificó el reconocimiento de los fotogramas como fundamental para el desarrollo del juicio, en el que acusa a L. A. de un robo con violencia. Por este motivo, solicitó la suspensión.

La abogada defensora se opuso a la petición de la fiscal pero la magistrada Martina Rodríguez, titular del juzgado de lo Penal 2 de Ibiza, acordó que continuará el 6 de febrero a las 12 horas.

En cuanto al breve testimonio del encausado, reconoció que estuvo en Ibiza ese verano aunque no recordaba cuándo llegó. «El 16 o el 17 de agosto», dijo. Explicó que estuvo acompañado de una amiga y no aportó detalles sobre dónde se alojó.

El hombre cumple a la perfección el perfil de las denominadas bandas del Rolex, según informa verano tras verano la Policía: suelen ser jóvenes napolitanos, la mayoría enviados por la Camorra, la mafia del sur de Italia, y operan solo en los meses centrales del verano en zonas de gran afluencia turística, como el paseo marítimo.

El modus operandi de los delincuentes también es el habitual, según se aprecia en las fotos: uno arrebata el reloj de un tirón, lo entrega a otro que a su vez se lo da a un tercero, que huye en una motocicleta.