La gran mayoría de las obras que actualmente se ejecutan en Ibiza y Formentera son promovidas por ciudadanos extranjeros, especialmente europeos, que acaparan hasta el 80% de los encargos que reciben los constructores pitiusos, según explicó ayer la presidenta del sector, Consuelo Antúnez.

Estos inversores se centran básicamente en la construcción de chalets y mansiones en el campo, aprovechando la normativa urbanística insular, que permite obras de gran tamaño en suelo rústico para luego ser comercializadas para su alquiler durante los meses de verano.

Además, estos mismos ciudadanos optan por reformas integrales de casas antiguas, o por ampliaciones de grandes proporciones, «porque muchas veces es más práctico y fácil que tramitar una licencia de obra nueva, que suele tardar mucho», afirmó Antúnez.

En cualquier caso, la construcción en Ibiza y Formentera cerró con una ligera subida respecto al año anterior, si bien la Asociación de Constructores de las Pitiusas, integrada en la patronal Pimeef, carece de estadísticas propias al respecto. La presidenta advierte, no obstante:

«Parece que va mejor y que se va reactivando, pero no en la medida que se suponía», puesto que las estadísticas de visados del Colegio de Arquitectos anticipaban unos resultados que finalmente han sido más moderados. El visado de los arquitectos es un documento previo a la obtención de licencia, por lo que muchas obras visadas no llegan a ejecutarse.

La obras realizadas en las industrias turísticas -especialmente en la modernización y mejora de hoteles-, así como la rehabilitación y ampliación de casas de campo constituyen el grueso de las actuaciones de estos empresarios en la actualidad.

En todo caso, Antúnez lamenta que «las grandes obras no las suelen realizar constructores de la isla, sino que las empresas se traen el personal de la Península».

En cualquier caso, la recuperación que va experimentando el sector se aprecia también en la contratación, tanto de trabajadores en régimen general de la Seguridad Social, como en autónomos. La subida en contratación de empleados ha sido del 7% en el conjunto de Balears, aunque en Ibiza, donde la construcción funciona mejor, el aumento podría ha sido algo mayor. De hecho, 2014 terminó con un 12% menos de parados en la construcción que el año anterior en la isla de Ibiza.

Junto a la llegada de grandes empresas foráneas, otro problema que lastra al sector es la presencia de un gran número de empresarios-pirata, que ejercen la profesión sin autorización y sin pagar los correspondientes impuestos. Aunque su número es indeterminado, la asociación de la Pimeef lamenta que haya «muy pocas inspecciones» por parte de las Administraciones. «A eso hay que sumar que, cuando viene un inspector, se va a revisar la empresa que ve con el cartelito colgado en la puerta, y justamente esos no son los piratas, sino los que funcionan legalmente», añade.