La decoradora, artesana y artista Sola, nacida en Alemania en 1961 y afincada en Ibiza desde 1988, falleció este viernes en una casa de la isla después de una larga enfermedad sobre la que mantuvo una extrema discreción hasta el final. Sus restos serán incinerados en Mallorca, aunque se celebrará un acto de despedida en Ibiza en una fecha todavía por confirmar.

Pionera de los movimientos artísticos de la isla, Sola nunca se desvinculó de la escena creativa y prueba de ello es que hasta noviembre del pasado año fue presidenta del Art Club, como recuerda su amigo Chris von Gagern, muy afectado por la desaparición de su colaboradora con solo 53 años.

También se mostraba muy afectado ayer Juanito Marí, de Las Dalias, después de más de 20 años de amistad y relación con Sola. La artista creó algunos de los carteles más emblemáticos de la casa, además de las decoraciones del mercadillo de Navidad, sin olvidar que promovió la Noche del arte y el Domingo del arte, con la famosa pasarela de moda de reciclaje.

Además, Sola era la creadora de la marca Piratas de Ibiza, que tenía su propio puesto en el mercadillo de Sant Carles con un gran éxito entre el público.

Entusiasta y risueña, Sola se enamoró de Formentera en el año 1984. Por entonces no quería ni oír hablar de Ibiza, que para ella «era un lugar de vacaciones locas para secretarias alemanas», relataba entre risas. Un amigo la convenció de que Ibiza era más que eso, se animó a dar un paseo por sa Penya y el blanco y la luz de la isla la encandilaron para siempre.

En sus primeros años encontró empleo como decoradora en Pachá y en Amnesia y a partir de ahí se dedicó a crear escenografías, que poco a poco se hicieron más populares, hasta el punto de ser reclamada en festivales internacionales de Brasil, Portugal y España.

Muchos la conocen por el diseño de medallones con motivos fenicio púnicos que eran imprescindibles para acceder a las famosas fiestas rave que se organizaban en los años 90.

En invierno se centraba en su faceta artística más personal, creando sus famosos collages de gran formato (los de la diosa Tanit son los más icónicos) y sus cuadros oníricos. «Me gusta cambiar, trabajar en equipo, sola, con ayuda y sin ella. Me gusta variar», aseguraba sobre su espíritu inquieto.