«¿Por qué no puede haber una vía de tren entre Vila y Sant Antoni o Santa Eulària?», se preguntó ayer José Hernández Mendoza, que le ha ´robado´ el apodo de Pitu a su hijo, según bromeó en una conversación telefónica desde la residencia Can Blai, donde ingresó voluntariamente hace cinco años para acompañar a su esposa, que tiene alzhéimer. Hernández, de 86 años, es conocido por su vinculación al ciclismo y porque ha participado en la organización de carreras y otros eventos.

Pitu ha donado a la ONCE una maqueta de un pequeño ferrocarril. «Está hecha por un ciego, palpant, como decimos en Mallorca», añadió este hombre, natural de esa isla pero que lleva en Ibiza casi toda su vida. Con ilusión y paciencia, ha dedicado muchas horas a construir la ´Estación de tren de Ibiza´, que está acristalada, tiene reloj y hasta una campana elaborada con un dedal.

El túnel de esta maqueta de tres metros cuadrados, que recuerda al Ibertrén, es de cartón piedra, con madera y yeso. «Es tan fuerte que podemos poner una vaca encima», comentó de nuevo con muy buen humor Hernández, que está ilusionado porque expongan su maqueta en la ONCE y por el reportaje. «Al principio creía que lo mejor era colocarla en la residencia, pero luego pensé que en la sede de la Organización Nacional de Ciegos Españoles la vería más gente. Ojalá que la visiten muchos colegios», deseó. «La máquina es de tipo antiguo, emite sonidos y hasta echa humo», destacó Mariano Torres, director de la ONCE en las Pitiüses, que aceptó de buen grado el regalo de Pitu. Ocurrió un día en el que Torres visitó a Hernández en Can Blai, para llevarle un reader, un aparato con el que el invidente puede ´leer´ libros (permite escuchar un audio tras capturar una foto del texto). «Soy un gran aficionado a la lectura», dijo Pitu.

Un merecido homenaje

El artista no sabe todavía que su buena acción tendrá muy pronto una recompensa, posiblemente esta misma semana. La ONCE tiene previsto hacerle un pequeño homenaje, en el que le regalarán una placa como agradecimiento por haber donado la maqueta, anticipó Torres.

Todos los interesados en observar esta creación pueden acercarse al número 51 de la Vía Romana, donde se encuentra el local de la organización. Verán el pequeño tren en la sala de entrada, dando vueltas en círculo mientras los políticos meditan sobre la idea de Hernández de implantar el ferrocarril en la isla. «Por qué no? ¡Que hagan un tren para turistas!», pidió Pitu.