­Un grupo de obreros de la empresa navarra Erri Berri, especializada en demoliciones, inició a primera hora de la mañana de ayer el proceso de desmantelamiento del interior de la vivienda ilegal del Puig d´en Serra, en es Cubells, construida en 1996 con una licencia otorgada de forma ilegal por el Ayuntamiento de Sant Josep, que fue llevada a los tribunales por los ecologistas del GEN.

Una decena de operarios, acompañados de un agente de la Policía Local y provistos de la correspondiente autorización judicial, accedieron al interior de la casa a las ocho y media de la mañana. Todas las dependencias estaban en impecable estado, perfectamente ordenadas y limpias, con su mobiliario y decoración habitual, sin síntoma alguno de abandono. Pocas horas después, llegó un camión grúa cargado con vallas de obra que fueron situadas en el perímetro de la vivienda para aislar los trabajos, tal y como prevé la ley. No está previsto que los trabajos de derribo propiamente dichos empiecen hasta la semana que viene, según explicó el responsable de la empresa.

La puerta de una dependencia del inmueble situada junto a la entrada principal tuvo que ser abierta por la fuerza con la ayuda de una maza y una pata de cabra y en su interior apareció un individuo que dijo vivir en ese cuarto en calidad de inquilino desde hacía unos quince días. Visiblemente apesadumbrado, recogió sus enseres y poco después abandonó la casa. Al parecer, el dueño de la casa le había asegurado que no debía preocuparse por los comentarios y noticias sobre un inminente derribo del inmueble.

Desmontaje de los sistemas

Los operarios de Erri Berri -la misma empresa que demolió en mayo de 2009 la mansión de Michael Cretu en Santa Agnès- explicaron que los trabajos iniciados ayer corresponden a una «demolición progresiva», que empezará con el desmontaje de todas las instalaciones eléctricas, cristales, puertas y ventanas, sistemas de energía fotovoltaica, canalizaciones de agua, y otros sistemas, que serán separados y enviados a un gestor autorizado para su reciclaje. Ayer por la mañana aún se desconocía cuáles son esos gestores, dado que «ha habido otros intentos anteriores de derribo y hasta ahora no estaba claro que se fuera a iniciar hoy», afirmaban los obreros.

La propiedad se despreocupa

A la empresa de derribos no le consta que la propiedad se haya interesado por recuperar el mobiliario de la vivienda, que incluye todos los electrodomésticos habituales de una casa.

Una vez que concluya esta fase previa, llegará la máquina retroexcavadora de cadenas que se ocupará del derribo de los muros y demás estructuras hasta que la totalidad del edificio sea suprimida. Ese trabajo empezará «dentro de una semana» y duraría alrededor de tres días, según Erri Berri. El plazo de ejecución de la obra que figura en el contrato, según recordó ayer el Ayuntamiento, es de tres semanas incluyendo la restauración del terreno a su estado natural.

El concejal de Urbanismo, Javier Marí, señaló también que los costes del derribo, que ascienden a 80.000 euros, serán abonados en primera instancia por el Ayuntamiento, pero que luego se pasará la factura al promotor.

Los propietarios de la casa, que son los mismos que la edificaron en 1996, han intentado hasta el último momento detener la demolición mediante una sucesión de recursos judiciales que ya ha llegado a su fin.