´Interstellar´, la película de Christopher Nolan que acaba de estrenarse en los cines, ha desatado una auténtica fiebre por la ciencia y el espacio incluso entre el público tradicionalmente más alejado de estas materias. Los Multicines Eivissa están registrando llenos de público en la sala donde se proyecta desde hace una semana y hasta el próximo miércoles.

La producción, que muchos consideran ya heredera de ´2001: una odisea del espacio´, pero en versión más asequible para cualquier espectador medio, sitúa la acción en un futuro no muy lejano en el que la Tierra está a punto de sucumbir como resultado de una crisis ecológica global. Aprovechando que se ha descubierto un agujero de gusano en las cercanías de Saturno, la NASA envía una nave para intentar llegar a otro sistema solar a través de ese accidente del espacio-tiempo. Se quiere así encontrar otro mundo que habitar para empezar de nuevo. A partir de ahí, se ponen de manifiesto los fenómenos que acompañan los viajes de una estrella a otra a la velocidad de la luz y utilizando agujeros negros.

´Interstellar´ logra explicar qué es un agujero negro, un agujero de gusano y la relatividad del tiempo, conceptos que hasta ahora parecían reservados para un selecto colectivo de científicos.

El físico y miembro de la Agrupación Astronómica de Eivissa (AAE) Albert Prats explica que «el viaje interestelar tripulado es un imposible con las tecnologías actuales», puesto que el exoplaneta (los que están en otras estrellas) más cercano a nosotros está a 4,4 años-luz, lo que significa que una nave tardaría esos 4,4 años en llegar allí viajando a la velocidad de la luz, cosa que aún no se ha logrado. «Estos imposibles tienen una vía de escape en la ciencia-ficción: los agujeros de gusano», prosigue Prats. Estos objetos cósmicos, que han sido confirmados en el plano teórico pero aún nadie ha observado, permitirían «dar el salto a una región mucho más lejana del Universo».

Los agujeros de gusano serían aquellos, según la explicación clásica, que enlazan un agujero negro y uno blanco. El agujero negro es un punto del universo con una atracción gravitatoria tan intensa que nada puede escapar a su influjo. Ni siquiera emiten luz porque ´se la traga´ y crea literalmente un agujero en el espacio-tiempo. El agujero negro conectaría con un agujero de gusano y éste desembocaría en un supuesto agujero blanco, cuya naturaleza exacta es aún objeto de debate entre los científicos.

La AAE destaca también la relatividad del tiempo cuando se viaja a velocidades próximas a la de la luz: mientras que para los astronautas de la nave interestelar solo pasan unos pocos minutos, en la Tierra esos minutos han sido años enteros.

El experto en cosmonáutica Daniel Marín explica en su conocido blog (danielmarin.naukas.com) que uno de los méritos de ´Interstellar´ es haber logrado mostrar un agujero negro -Gargantúa se llama en este caso- con realismo: «Es la primera vez que podemos ver en una película los efectos de la distorsión del espacio-tiempo causados por un agujero negro». Ello ha sido posible gracias a que el director del telefilm ha contado con el asesoramiento de Kip Thorne, considerado uno de los actuales gurús de la relatividad general y padre de los agujeros de gusano.

Al margen de algunas «licencias artísticas» que chocarían con la ciencia -pero que, en general, los físicos consideran menores-, la película habla también de los exoplanetas, de los cuales hasta la fecha ya se han descubierto más de 1.800, según recuerda la Agrupación Astronómica de Eivissa. El primero se descubrió en 1995 y el número aumenta cada día. Algunos de ellos tienen características parecidas a la Tierra.

La producción, según la crítica, tiene también la virtud de poner al espectador frente a una cruda realidad: la evidencia de que, de momento, solo hay un planeta donde vivir: el nuestro.