Tras el paso de los miles de turistas atraídos por la arena y el sol y antes de que lleguen los temporales de invierno, el Ayuntamiento de Sant Antoni comenzó ayer a reponer en sus playas las 4.000 toneladas de restos de posidonia que fueron retiradas antes de la temporada turística y que servirán como barrera protectora ante el embate de las olas. El primer arenal en recibir los restos fue ayer el de Cala Salada, en el que se devolvieron al litoral unas 40 toneladas de material. En cada una de las playas se aportará «más o menos la misma cantidad que fue retirada», según aseguró a pie de playa el técnico municipal de Medio Ambiente, Diego Ponce, junto a la concejala del área, Lidia Prats.

Prats informó de que con este proceso de retirar y devolver después los restos de esta planta marina, que se inició en 2010, el Ayuntamiento se ahorra los 120.000 euros que antes costaba llevarlos al vertedero, donde eran tratados como residuos.

Además de los restos de posidonia se reintegra también parte de la arena que se retira junto a la posidonia y que antes acababa también en el vertedero. «La posidonia entra en el proceso de construcción de la playa, así que cuando nos la llevamos nos llevamos también parte de la arena y es necesario devolverla. Estos restos se van depositando formando capas y contribuyen a la regeneración natural del arenal, sin tener que hacer ninguna intervención artificial de reposición de arena», explicó el técnico mientras una retroexcavadora vertía el material al borde de la línea de agua.

En total el proceso durará aproximadamente una semana, tras la de Cala Salada se continuará por las de es Caló des Moro y es Pouet hasta completar todas las playas del litoral a las que puede acceder la maquinaria, que es en las que se hace este proceso. Las únicas que quedan fuera son Cala Saladeta y Cala Gracioneta.

Tampoco se hace en s´Arenal porque es una playa cerrada, sin dinámica marina, y no sufre ni pérdida de arena ni reducción de costa.

Ponce dijo que desde que se decidió retirar y devolver la posidonia se ha notado la mejoría en algunas de las playas tratadas, que ya no sufren las pérdidas de arena provocadas por los temporales. En concreto citó la de es Caló des Moro, una de las más populares del casco urbano, que en este periodo ha crecido entre 5 y 6 metros, «con lo que los bañistas pueden disfrutar de una playa mucho más amplia».

Acciones de limpieza

Tras el vertido de la posidonia mezclada con arena quedaron en el agua algunos restos como botellas de plástico o latas, que en su momento fueron llevados a la zona de almacenamiento entre la posidonia, aunque el técnico explicó que en cuanto se acerquen a la orilla serán retirados a mano.

«Esta es una más de las acciones que llevamos a cabo durante todo el año para mantener limpio el litoral y el medio marino. Entre ellas son también muy importantes las limpiezas populares, que hacemos desde hace quince años y que además de retirar basura sirven para concienciar a la población», terminó Ponce.

Cuando la máquina terminó el trabajo un cormorán y una garcilla se daban un festín con los pececillos que acuden a comer entre los restos vertidos. Más allá de las casetas varadero una garza real esperaba paciente a que el arenal se vaciara de mirones.