Dos pescadores encontraron pasadas las once de la mañana de ayer el cuerpo de un delfín mular de menos de un año de edad flotando en la bocana del puerto de Ibiza, poco antes del dique de es Botafoc. El animal mide 1,4 metros de longitud y pesa 37 kilos.

Marcelo Guaman, de la tripulación del barco que halló el cetáceo, explicó que al principio pensaban que se trataba de un pequeño tiburón. «Después de comprobar que estaba muerto lo izamos con un pequeño gancho por la cola y lo subimos al barco». Llevaron el cuerpo hasta el puerto deportivo Marina Ibiza, desde donde avisaron al departamento correspondiente de la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear, dos de cuyos agentes se encargaron del cuerpo.

El animal no presentaba contusiones ni cortes. Ningún signo de violencia. Además, se encontraba en un estado casi perfecto. Santiago Yepes, veterinario de la empresa Eivivet, que trabaja para el Consorcio de recuperación de la fauna de Balears (Cofib), dependiente del Govern, realizó una primera autopsia y confirmó que no había encontrado «nada relevante» en este delfín, que llevaba muerto apenas veinticuatro horas, señaló.

Además de Yepes, dos agentes de Medio Ambiente se desplazaron hasta los muelles de Marina Ibiza pocos minutos después de recibir la llamada. Este diario intentó sin éxito recabar información tanto de la conselleria como de los propios agentes.

El veterinario explicó que ha recogido varias muestras del animal que después enviará al propio Cofib, cuya sede está en Mallorca. «Serán ellos los que deberán determinar las causas de la muerte en función de lo que encuentren». El experto recogió muestras de sangre, orina y del aparato digestivo, así como de tejidos del hígado y de los pulmones, de la piel y de grasa.

«Era un macho, joven, y no puedo aventurar la causa de la muerte». Yepes no descartó que pueda haber sido víctima de un virus extendido por el Mediterráneo que afecta sobre todo a los delfines. Por ello, también ha recogido muestras del sistema nervioso.

Solo hasta marzo de este año Medio Ambiente tenía constancia de al menos cinco delfines varados en las costas pitiusas.