­El Govern balear insistió ayer, durante la presentación del balance final de la campaña de fumigación aérea contra la procesionaria del pino, en que las operaciones se han realizado «con todas las garantías medioambientales y sanitarias» utilizando el producto fitosanitario conocido comercialmente como Dimilin. El tratamiento se realizó en Ibiza los días 11 y 12 de octubre, mientras que en Formentera no se llevó a cabo por estar los bosques afectados por la procesionaria en zonas LIC y ZEPA, afectadas por la protección de la Red Natura 2000, donde no se ha actuado. También se ha fumigado en Mallorca y en Menorca.

En esas tres islas se han tratado un total de 23.148 hectáreas, lo que representa un 10,5 por ciento de la superficie forestal. Concretamente, en Ibiza se han tratado 1.190 hectáreas, en la zona de es Amunts y alrededores, lo que representa un 4,7 por ciento de la masa forestal de pinos.

La directora general de Medio Natural, Neus Lliteras, insistió «en las plenas garantías tanto medioambientales como sanitarias de la campaña realizada». De esa forma, quiso despejar las dudas expresadas por varios colectivos de agricultores, apicultores, ecologistas y vecinos que consideraban el uso del citado producto nocivo para varias especies de insectos, entre ellos las abejas. Durante su comparecencia en Palma ante los medios de comunicación, estuvo acompañada por el jefe del Servicio de Sanidad Forestal, Luis Núñez, quien negó que el producto utilizado fuera cancerígeno, tal y como algunos opositores a las fumigaciones han asegurado.

El tratamiento se ha realizado con medios aéreos (aviones y helicópteros) que han volado a primera hora de la mañana, preferentemente, cuando se han dado las condiciones meteorológicas de ausencia de viento y otros elementos exigidas para una aplicación efectiva del producto.

Excepciones al tratamiento

Lliteras justificó la actuación del Govern contra la plaga por el incremento sustancial de la población de procesionaria que se ha constatado durante los últimos años y las consecuencias nocivas que tiene para la salud de las masas forestales, así como las molestias ocasionadas a la población que vive en las proximidades de los bosques: «El tratamiento aéreo es el más efectivo para acceder a zonas abruptas y para tratar de manera eficaz una superficie como la que se ha tratado», recalcó la directora general.

El tratamiento no se ha aplicado en las masas de agua o zonas húmedas y se ha mantenido en todo momento un área de seguridad de 100 metros a su alrededor. Lliteras aseguró que lo mismo se ha hecho respecto a los asentamientos apícolas, las explotaciones de agricultura ecológica existentes según el Consejo Balear de Producción Agraria Ecológica (Cbpae) y un perímetro a su alrededor de 100 metros.

En los núcleos urbanos se ha mantenido una franja mínima de seguridad también de 100 metros, en los casos en que eran limítrofes a zonas de tratamiento.

Tampoco se han tratado zonas declaradas LIC o ZEPA incluidas en la Red Natura 2000, tal y como ha ocurrido en Formentera. La directora general manifestó: «La conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio no ha hecho otra cosa que cumplir con su obligación de velar por la sanidad forestal de los bosques y ha cumplido en todo momento con la normativa europea, estatal y autonómica».