El Ayuntamiento de Sant Josep proyecta junto a la empresa Ibifor limitar a partir de la próxima temporada turística el acceso de vehículos a la playa de es Cavallet. Tras el fallecimiento a finales de agosto de una mujer cuyo vehículo se precipitó en un estanque, el Consistorio y la empresa que gestiona las concesiones de las playas del Parque Natural de ses Salines pretenden regular de una vez el tráfico de es Cavallet y evitar los colapsos que se producen por culpa de los coches mal aparcados en el borde del camino.

Para ello, se pretende instalar una barrera a mitad de la vía, justo donde se encuentra la entrada a sa Revista, para impedir el paso de vehículos en el momento en que los dos aparcamientos situados junto a la playa estén completos. En ningún caso se impedirá el paso a pie o en bicicleta. Hay que tener en cuenta que también se puede acceder a esta playa caminando desde ses Salines.

Para facilitar la vuelta atrás de los coches en el momento en que se baje la barrera, Sant Josep e Ibifor proyectan construir «una pequeña rotonda», según el concejal de Gobernación, Serafín Grivé, en la explanada que hay en el acceso a sa Revista «sin que afecte a los estanques». Además, el proyecto se completará con la instalación de vallas de madera en la parte de la vía que da a los estanques para evitar que los vehículos se puedan caer. El mismo día en que se produjo el accidente que costó la vida a una persona, otros dos vehículos también se precipitaron en las salinas.

Aparcamientos de pago

Ibifor redactará el proyecto siguiendo las directrices que marque el Consistorio, según Grivé. Además, se encargará de la contratación del personal necesario para regular el tráfico. «A cambio», apunta el concejal, la empresa pide la gestión de los dos aparcamientos situados junto a la playa y que pasen a ser «de pago» (entre «mayo y septiembre»), como los dos que ya hay en la entrada de la playa de ses Salines. Grivé explica que uno de los aparcamientos pertenece a Ibifor, mientras que el otro es de Costas, por lo que habrá que alcanzar «un acuerdo» con este organismo.

Grivé puntualiza que el Ayuntamiento «pretende» que «la gente de Ibiza» pueda utilizar estos dos aparcamientos «gratuitamente», pero no hay ningún acuerdo cerrado en este sentido. De hecho, en los parkings de pago de ses Salines, que gestiona Ibifor, no se hace ninguna distinción entre los residentes y turistas.

El edil de Gobernación destaca que con la limitación del paso de vehículos se impedirá que estos aparquen en el borde del camino de acceso, que ya es estrecho, lo cual dificulta el tráfico y provoca retenciones. «Es un peligro porque en caso de emergencia [si hay un colapso] no hay forma de que pase un vehículo de bomberos, una ambulancia o una grúa», justifica. Además, Grivé asegura que la policía local podría poner cada día decenas de multas a coches mal aparcados, pero que no sirve de nada como medida disuasoria porque al día siguiente acude «gente distinta» y sucede lo mismo. «Hay que regularlo», insiste.