­La elaboración del reglamento que concreta la aplicación de la Ley Turística del Govern balear está resucitando la controversia derivada de la liberalización que implica esta normativa, que abre la posibilidad de mezclar varias actividades en un mismo negocio sin por ello obtener nueva licencia, así como convertir en alojamientos turísticos las casas de campo o legalizar la transformación de quioscos de playa en beach clubs.

Después de la preocupación manifestada por la patronal hotelera ibicenca, es ahora la Asociación de Empresarios de Discotecas y Salas de Fiestas de Balears, en la que se engloban los principales establecimientos del sector en la isla de Ibiza, la que ha criticado la «desregulación» que consagra el reglamento de la ley, ahora en trámite de audiencia antes de ser aprobado por el Parlament.

Esta patronal ha presentado una serie de alegaciones en las que, para empezar, lamentan que el reglamento no entre a regular la actividad de los beach clubs, una modalidad de oferta que aún no tiene ninguna normativa específica. «Es una nueva actividad que queda sin regular, porque se describe lo que es, pero nada más. Solo se dice que cualquier establecimiento situado en las inmediaciones del mar podrá realizar actividades de entretenimiento, ocio, comercio, restauración, alquiler de hamacas y demás», señaló Jesús Sánchez, presidente de la patronal de discotecas.

«Los chiringuitos de toda la vida se han reconvertido en discotecas al aire libre, pero tributando un 10% de IVA, frente al 21% que tributan las salas de fiestas, haciendo ambos la misma actividad», añadió.

Sin música desde las 12

La patronal pide en sus alegaciones que se prohíba expresamente en el reglamento la emisión de música audible desde el exterior a partir de las doce de la medianoche, como por otra parte prevé la Ley de Contaminación Acústica, así como las ordenanzas municipales de la isla de Ibiza desde hace un año.

Otro de los aspectos que preocupan a la Asociación de Discotecas y Salas de Fiestas, así como a otras patronales de las islas -que están articulando un «frente común» ante la conselleria de Turismo-, es la posibilidad de que se autoricen actividades «compatibles» en una misma industria sin necesidad de obtener la correspondiente licencia.

«Resulta que ahora el comedor de un hotel puede convertirse en un restaurante para el público en general, con la agravante de que no requiere licencia, cuando un restaurante normal sí ha de tenerla. Incluso puede darse el caso de que la actividad principal (el hotel) esté cerrada y funcione solo el restaurante, pero sin tener que pedir permisos, ni cumplir aforos, ni nada», explicó el presidente de esta patronal.

De hecho, como consecuencia de la aprobación de la Ley General Turística, ya se están produciendo situaciones tan extremas como la que publicaba ayer un periódico de Mallorca: «Una tienda de souvenirs que vende bolsos, chaquetas y cinturones, por la noche se reconvierte en cafetería y hamburguesería, porque todo establecimiento turístico situado en una zona turística puede tener una actividad secundaria sin licencia», manifestó Jesús Sánchez.

Ante esta situación, varias patronales de Balears han decidido unificar su estrategia para presentar alegaciones conjuntas al reglamento de la Ley Turística antes del día 15, cuando acaba el plazo. En esas alegaciones figurará también el rechazo a la legalización masiva de las viviendas rurales como alojamiento turístico, dado que suponen «competencia desleal» para los promotores inmobiliarios, una de las patronales que suscribirá este escrito conjunto.

La Ley Turística «bebe de las directivas liberalizadoras del señor Bolkenstein, que en un momento dado dijo a toda Europa que cada uno hiciera lo que le dé la gana», añadió el presidente de los empresarios de discotecas de las islas.