Un concierto sobre un escenario de discoteca, con focos, grandes altavoces, luces de color y una artista ucraniana llegada ex profeso a la isla para actuar ante el selecto público que disfrutó de la velada. La música duró al menos hasta las dos de la madrugada. Todo ello no sucedió en una sala de fiestas ni en un local de moda, sino en el islote supuestamente protegido de Tagomago, declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) por la Unión Europea, donde habitan especies en peligro de extinción.

El acto tuvo lugar el miércoles 27 de agosto y contó con la presencia de 37 personas que participaron primero en una cena de cumpleaños en la vivienda de Matías Khun y luego disfrutaron de esta actuación musical, cuya estrella principal fue la artista Verka Serduchka, una peculiar cantante ucraniana, acompañada de su correspondiente conjunto coreográfico.

A gran distancia

El concierto, que según han denunciado los vecinos de Sant Carles del colectivo Tagomago Parque Nacional podía escucharse a considerable distancia, no habría contado con las autorizaciones necesarias. De hecho, los propios gestores del islote afirmaron ayer que no es necesario ningún permiso para «una cena con 37 personas con una tarima en una casa privada». «Fue una cena con amenización musical, como si yo cumplo años en mi casa y pongo música», manifestó a este diario el director general de Tagomago Island SA, la empresa gestora del islote, Carlos Batista Almeida, que se mostró muy indignado con las «injurias brutales» y la «persecución» de que afirman ser objeto por parte de este colectivo vecinal, al que amenaza con denunciar judicialmente.

También instó a demostrar que la música se escuchaba desde tierra firme. «¿Se oía la música desde Pou des Lleó? Que lo demuestren. ¿Se oye desde Sant Vicent? Ya está bien de esta persecución». «Una cena para 37 personas y montan este pitote, cuando en Pou des Lleó hay un chiringuito que todas las noches tienen música hasta las 5 de la mañana, los vecinos no pueden dormir, y esto no se denuncia en ningún sitio», agregó.

«En la casa ubicada en la isla de Tagomago, y solo en la casa, se celebró un cumpleaños particular al que asistieron 37 personas, el cual fue amenizado con música, siempre dentro del perímetro de la casa y sin vulnerar norma o prohibición alguna», señaló luego en una nota.

Tagomago Parque Natural, que dirige Luis Ferrer, afirmó en Facebook que ese mismo día se había visto «un yate enorme totalmente iluminado y anclado enmedio de la bahía, luces de neón a lo largo de la casa y el quiosco, un láser de vez en cuando y música que se escucha desde un kilómetro tierra adentro en la zona de Pou des Lleó».

Todos estos hechos fueron negados por la empresa propietaria del islote, que aseguró que los invitados habían llegado «en un barco de turistas» desde Santa Eulària. Según Tagomago Island SA, no hubo luces de neón ni láser y, además, «la poca iluminación que había era de escasa contaminación lumínica».

Aunque este hecho provocó numerosos comentarios en las redes sociales y en la propia zona de Sant Carles, no consta que ningún vecino hubiera denunciado los hechos ante la Policía Local.

La música, según admitió la empresa, duró hasta las dos de la madrugada, si bien hubo invitados hasta una hora después.